03 Agosto 2025
Argentina es un país generoso (o quizás ingenuo) que sorprende al mundo ofreciendo servicios gratuitos de alto valor, aún a costa de afectar sus propias necesidades. “No hay plata”. Con esa consigna se eliminó la continuación de presidentes mentirosos. Pero ciertos errores continúan vigentes, tal como la oferta de regalar dinero, casa, comida y enseñanza especializada a recién graduados de cualquier lugar del mundo, a la par de nuestros jóvenes nativos. Con las puertas tan generosamente abiertas -en un último concurso para cubrir pasantías en el hospital modelo Garrahan, y otros- el enjambre de extranjeros copó los asientos, obligando a seleccionar los mejores mediante concurso escrito para todos los postulantes, nativos y extranjeros por igual. Pero la “picardía” -más la moderna tecnología- no tiene fronteras, y de ella se valieron estos últimos para “brillar” en el concurso escrito. Al punto que nuestros mejores connacionales quedaron abrumados y en total minoría. La maldita palabra “trampa” aturdió al jurado, que no tardó en descubrir la deshonesta jugada, increíble en aspirantes a profesionales de tan noble profesión de médico. Este lastimoso ejemplo pone en duda, una vez más, la calidad de los exámenes escritos, asociados a la arrasante tecnología, que supera nuestra imaginación.
Darío Albornoz
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