GRAN EXPECTATIVA. Bikers de distintos puntos del país estarán el domingo 17 en nuestra provincia para competir en el Trasmontaña.
La cuenta regresiva está en marcha. El domingo 17 de agosto, los cerros tucumanos volverán a rugir con el paso incesante de miles de bicicletas de montaña. Será una nueva edición del Rally Trasmontaña de mountain bike, la competencia de cross country en parejas más importante y convocante de la Argentina. Una verdadera fiesta del deporte, que reunirá a casi 3.000 bikers de todo el país y que, como cada año, promete emoción, épica y desafíos físicos al límite.
El Trasmontaña no es una carrera más: es una cita ineludible para quienes respiran mountain bike, un punto de encuentro entre generaciones, un ritual de esfuerzo y compañerismo que se renueva con cada edición. Con una historia que supera las tres décadas, la prueba tucumana combina la dureza del trazado con la belleza del entorno y el fervor de un público que, desde las laderas o los senderos escondidos, acompaña a los corredores con la misma pasión año tras año.
“Como ocurre todos los años, hay muchísima expectativa entre los bikers, y eso quedó demostrado con la gran cantidad de participantes de otras provincias que hubo en La Gran Vuelta a La Sala”, señaló Gabriel Quiroga, uno de los grandes referentes del ciclismo de montaña tucumano. La carrera disputada el pasado domingo sirvió como preparación ideal para el Trasmontaña y ofreció un anticipo del nivel que se verá en la gran cita.
“La Víbora”, como se lo conoce en el ambiente, tiene autoridad para hablar de esta competencia: ganó la clasificación general en tres ocasiones consecutivas (2001, 2002 y 2003), cuando corría junto a su hermano Sebastián. Esta temporada, a los 50 años, sigue vigente y se prepara con entusiasmo para disputar la categoría Elite, la más exigente, junto a su compañero Nicolás Ortiz. “Entrenamos casi todos los días. Este será nuestro cuarto Trasmontaña juntos. Nos sentimos muy bien, andamos muy parejos. Yo creo que estamos en condiciones de cumplir un buen papel”, se ilusionó.
Sensaciones positivas
La Gran Vuelta a La Sala dejó sensaciones positivas para Quiroga, que se adjudicó la categoría Master C1 y marcó un gran ritmo. “Estuvo el día perfecto: no hacía calor, ni frío. La carrera fue muy linda y sirvió mucho de preparación. La verdad que el balance es muy positivo. Me sentí cómodo, sólido. El trazado estaba excelente. La lluvia de la semana pasada le vino bárbaro: no había polvo suelto, el terreno estaba firme, como pocas veces”, explicó con entusiasmo.
Pero además de analizar su propia actuación, Quiroga puso el foco en la nueva generación. Y uno de los nombres que más entusiasmo genera en el ambiente es el del juvenil Luciano Gay, quien deslumbró con su victoria en la clasificación general de La Sala. El joven talento correrá el Trasmontaña junto a una leyenda: Darío Gasco, seis veces ganador de la general del rally y el biker más laureado de la historia tucumana.
“Luciano viene mostrando un crecimiento notable. Tiene un gran futuro y está en un momento excepcional, como lo dejó claro al ganarle al catamarqueño Álvaro Macías, un biker muy experimentado”, analizó Quiroga. “Es fundamental que aparezcan chicos como él. El mountain bike necesita renovación, figuras nuevas que garanticen continuidad. El domingo vi corredores de 16 y 17 años con un nivel impresionante. Creo que el semillero tucumano es excelente. En un par de años, muchos de esos chicos serán protagonistas en la categoría principal”, comentó.
Otro joven que viene pidiendo pista es Nicolás Delgado, que se impuso en la categoría Juveniles con un tiempo de 1 hora, 53 minutos y 15 segundos para completar los casi 35 kilómetros del trazado. A los 16 años, “Nico” ya sabe lo que es destacarse en las pruebas más exigentes del calendario tucumano, y se prepara para correr su sexto Trasmontaña consecutivo.
“La clave para el Trasmontaña es administrar bien las fuerzas. Es una carrera larga, exigente, muy física, que te demanda concentración y energía hasta el final. Pero al mismo tiempo, es una experiencia increíble”, aseguró. Delgado conoce de memoria los senderos y rincones del cerro: es oriundo de Horco Molle y practica mountain bike desde los cinco años. Su primera competencia fue el tradicional Gran Premio “Martín Cossio”, en Raco. Desde entonces, nunca dejó de pedalear.
Pero el dato que convierte su historia en una de las más emotivas de esta edición es que Nicolás competirá, como en las anteriores, junto a su papá Camilo. Padre e hijo formarán pareja por sexto año consecutivo, fortaleciendo un vínculo que va mucho más allá del deporte. “La primera vez que corrimos fue en 2018, cuando quedamos terceros. En 2019 fuimos segundos y en 2021 ganamos el Trasmontañita. Fue algo hermoso”, recordó el joven biker con una sonrisa.
Emocionante
Para Camilo, el Trasmontaña representa algo especial. “Es muy emocionante poder correr junto a tu hijo. Se disfruta muchísimo, es una experiencia que no se compara con nada. Actualmente no compito en ninguna otra carrera de mountain bike: solo me preparo para esto. Es la gran fiesta del ciclismo tucumano, y formar parte de ella es un privilegio”, destacó.
Camilo también tiene un recorrido propio dentro del ciclismo, ya que corre en ruta y mantiene una conexión profunda con la actividad. “Vivir esta carrera desde adentro, compartirla con mi hijo, es una forma de agradecer todo lo que me dio el ciclismo. Y también es sembrar una semilla para que la pasión continúe”, reflexiona.
Este año, el Trasmontaña tendrá un nuevo formato, con una largada diferente a la de las últimas ediciones. Ya no se partirá desde la tradicional Calle 15 de San Javier, sino que el recorrido fue modificado, incorporando más subidas y desniveles. Para muchos, el cambio le aporta un nuevo grado de exigencia a una competencia que ya de por sí demanda al máximo a los corredores.
Un trazado duro
“El trazado es un poco más duro que en años anteriores. Pero también es más entretenido. Es importante que los bikers lleguen bien preparados, porque cada detalle puede marcar la diferencia”, señaló “Gaby” Quiroga, que destaca la importancia de La Sala como prueba de fuego. “Sirvió mucho para tener un panorama más amplio, para ajustar detalles, probar cosas nuevas. La clave será mantener la regularidad y no cometer errores”, indicó.
En los cerros tucumanos, donde el monte parece cerrar los caminos y al mismo tiempo invitar a perderse, cada edición del Trasmontaña escribe una historia distinta. Historias de gloria, de lucha, de aprendizajes. Hay bikers que corren por la victoria, otros que simplemente buscan cruzar la meta. Pero todos comparten el mismo espíritu: el de enfrentar la montaña con humildad, respeto y pasión.
A medida que se acerca el gran día, el ambiente se carga de expectativas. Las bicis ya están a punto, los senderos fueron marcados, los equipos afinan su estrategia. Tucumán se prepara para recibir a corredores de todo el país y seguramente algunos extranjeros, como viene ocurriendo en las últimas ediciones. El Trasmontaña no es sólo una carrera: es una celebración del esfuerzo colectivo, una ceremonia del pedal y la voluntad.
Y como cada año, habrá sorpresas y muchos bikers emocionados al cruzar la meta. Sea cual sea el resultado, una cosa es segura: el 17 de agosto, los cerros tucumanos volverán a latir con fuerza, porque el Trasmontaña no es sólo la carrera más prestigiosa del país, es el corazón del mountain bike argentino.























