Hay amores que no se explican con palabras. Son costumbres del alma, rituales silenciosos que nos abrazan en cada aurora. Y yo, que he crecido leyendo sueños y desvelos, no puedo imaginar un mundo sin LA GACETA sobre mi mesa, esperando, como espera un amigo fiel, compartir la primera mirada al día. Se celebró sus 113 años como quien honra un templo: porque no es solo papel y tinta lo que cobijan sus páginas, es memoria, es historia, es la voz de un pueblo que se niega a callar. Porque en tiempos en que la verdad parece una moneda frágil y el silencio una orden disfrazada de prudencia, ustedes han sido la brújula, la voz firme entre el ruido, la llama que no se apaga cuando el poder sopla fuerte. El periodismo - cuando es noble y libre - no es un oficio: Es una forma de resistencia. Una barricada de palabras contra la censura, una trinchera de ideas frente al olvido. Y en esa trinchera, ustedes han sido centinelas de la democracia. La prensa escrita, y digital esa alquimia de letras y papel, es aún el refugio de los que piensan, de los que dudan, de los que creen que la libertad empieza por el derecho a decir. A disentir. A contar lo que otros quisieran esconder. Hoy levanto mi copa - llena de tinta y gratitud - por cada periodista que se animó a preguntar, por cada redactor que se jugó su firma, por cada titular que incomodó a los cómodos. Por la GACETA, centenaria y viva, como la palabra cuando es libre, como la verdad cuando encuentra papel y espacio. Feliz cumpleaños, vieja amiga. Sigan siendo faro. Sigan siendo pluma. Sigan siendo libres.
Jorge Bernabé Lobo Aragón
jorgeloboaragon@gmail.com




















