PREOCUPACIÓN. Los productores temen que, a raíz de la falta de recursos, la actual zafra termine con caña en pie.
Los factores del sector azucarero están más que preocupados, si bien en la última jornada se observó un repunte, el precio interno del azúcar sigue siendo una amenaza para la subsistencia de pequeños y medianos cañeros. Algunos de ellos, ante las perspectivas del mercado, salieron a “quemar” la producción para evitar quedarse con ella y caer, otra vez, en la espiral de los bajos valores. Pero este no es el único problema que los acecha. Tampoco tienen financiamiento o, de conseguirlo, tiene un elevado costo financiero. Herramientas como el warrants es demasiado cara por las elevadas tasas de interés, de acuerdo con las opiniones recogidas por LA GACETA entre los agricultores. Los gremios que los representan coinciden en dos cuestiones para normalizar el mercado. Por un lado, estimular más las exportaciones, de tal manera de sacar los excedentes. Por el otro, promocionar más el consumo de bioetanol.
Según el consultor Arquímedes Carrizo, a partir de 2008 con la política fiscal, cambiaría y algunas regulaciones, el Gobierno nacional generó un contexto para que el precio interno sea menor al internacional, subsidiando a los consumidores, industrias que usan azúcar y el Estado en su tres niveles. “El Gobierno que encabeza el presidente, Javier Milei, avanzó algo para sacar trabas a la competitividad de las producciones exportables, pero hay bastante para hacer y tiene oposición de provincias que tienen altos impuestos y gastos, de empresas que venden insumos, equipamiento y servicios a precios superiores a los de mercado producto de leyes y normas del Estado”, subraya. A su criterio, los buenos precios internacionales constituyen un escenario ideal para desprenderse de los excedentes. “En un país normal, con tipo de cambio de mercado, y con una presión fiscal y regulaciones razonables, a mayor producción los excedentes se pueden exportar y los productores cubrir sus costos y tener resultados positivos”, indica. Carrizo agrega que la Argentina es uno de los pocos países productores de azúcar con costos reales bajos, comparables con los de Brasil o India. Y enfatiza que hay evidencia empírica que sustenta esta postura. “Pero las políticas elegidas desde 2008 no hicieron más que tirar la competitividad real; por eso, los productores sufren caídas de precios internos por sobreoferta y sólo pueden exportar a pérdida”, subraya. El consultor acota que grandes empresas han decidido reajustar su unidad de negocio en las últimas dos décadas, afectadas por las políticas sobre la actividad. En febrero pasado, el asesor e historiador azucarero Horacio Ibarreche sugirió la sanción de una ley que ayude a administrar la sobreoferta de azúcar. En ese entonces, propuso declarar la Emergencia Productiva y de Comercialización de la zafra 2025; crear el “Fondo Exportador 2025” y fijar en un millón de toneladas la cantidad exportable de la próxima zafra. Cifra que se ajustará en más o en menos el 31 de julio del 2025 conforme a los eventos climáticos si los hubiere. Esas acciones, a su criterio, contribuirían a ordenar la actividad y evitar un colapso.
Avance
La zafra azucarera ha alcanzado un 55% de avance, con un incremento en la producción de azúcar cruda, blanca y refinada. El crecimiento exponencial de la producción de alcohol es resultado directo de la ley provincial de promoción de los biocombustibles, que estableció un corte del 15% en las naftas, jerarquizando así la actividad más importante de la provincia, afirma el secretario de Producción de la Provincia, Eduardo Castro.
“Cuando la oferta es sostenida, el precio tiende a cero; no encontrás demanda. A ello se suma la recesión en el consumo. Entonces, si no sacamos los excedentes el precio no mejorará”, evalúa Maximiliano Bulacio, presidente del Centro de Agricultores Cañeros de Tucumán (Cactu). El productor señala que es necesario concentrarse en las exportaciones de excedentes, que tiene mayor probabilidad de mejorar el mercado que el bioetanol, si no se registran modificaciones al régimen de biocombustible para uso directo.
Julio y agosto son los meses de mayor molienda en los ingenios. El riesgo es que se siga acumulando la producción y que la cosecha se extienda a noviembre, una situación que puede impactar en los precios durante el período interzafra.
En la última evaluación del Centro Azucarero Argentino (CAA) y del Instituto de Promoción del Azúcar y Alcohol de Tucumán (Ipaat), los directivos destacaorn el perfil exportador de esta campaña, evidenciado por los contratos cerrados y los envíos efectivos, así como por los volúmenes de alcohol. Sin embargo, los actores del mercado expresaron su preocupación por el bajo precio del producto en el mercado interno. Esta situación ha obligado a revisar los cálculos productivos, sobre todo, los cañeros de Tucumán y las demás provincias sucroalcoholeras. Incluso, llamó la atención que el valor local se encuentra por debajo del índice de Brasil.
Mónica Dávalos, secretaria de Cañeros Unidos del Este, afirma que este año es muy crítico, debido a la situación financiera de los productores y no repunta el precio interno, que agrava la situación. “La esperanza que tenemos es que si se cumple la meta de exportaciones y si salen los excedentes, haya menos oferta en el mercado interno y, por ende, aumente el valor hacia finales de la zafra”, acota. “Con el precio interno actual, no se llegan a cubrir los costos de producción. La sobreoferta no se puede controlar, porque los productores no tienen dinero, cuando nos manejamos por la oferta y la demanda. Si la oferta aumenta, el precio baja. Por eso la mayor apuesta es la exportación y el alcohol para estabilizar aquel valor”, finaliza.
























