PRESENCIA. El carismático y polémico juez Alexandre de Moraes.
BRASILIA, Brasil.- La corte suprema de Brasil empezó a votar el veredicto en el juicio contra el ex presidente Jair Bolsonaro, un proceso histórico que Donald Trump busca influenciar.
Los jueces del Tribunal Supremo de Brasil deliberan ante el público, a diferencia de prácticamente e todas cortes equivalentes en el mundo. Y eso significa que cualquiera puede seguir en directo, en la sala o por internet, cómo los magistrados construyen el veredicto.
El líder de la derecha y la ultraderecha brasileñas, de 70 años, está acusado de haber conspirado para tratar de aferrarse al poder tras su derrota en las elecciones de 2022 frente a Luiz Inácio Lula da Silva.
En audiencias públicas y retransmitidas en vivo, los cinco jueces deben votar hasta el viernes para decidir el futuro del ex mandatario y otros siete coacusados, varios de ellos ex ministros y altos mandos militares.
El juez instructor, Alexandre de Moraes, el primero en votar, pidió que Bolsonaro, que presidió Brasil entre 2019 y 2022, sea condenado por los cinco delitos que se le imputan, que pueden suponer una pena mínima de 12 años y un máximo de 43.
De Moraes es objeto de sanciones de Estados Unidos y blanco de un supuesto plan de asesinato por parte de los golpistas liderados por Bolsonaro.
A lo largo de cinco horas, el juez se refirió a una “organización criminal”, que durante meses se coordinó para llevar a cabo esos delitos. El magistrado incluyó una imputación específica para Bolsonaro: la de liderar dicha organización. “Brasil casi volvió a una dictadura”, dijo.
“Ese texto de hoy (de Moraes) fue escrito hace meses, tal vez años antes del juicio”, dijo en X el senador Flávio Bolsonaro, hijo del ex presidente, al referirse a su padre como un “defensor del orden y la legalidad”.
Banquillo vacío
Bolsonaro, que se declara inocente, y el resto de acusados no comparecieron ante el tribunal en Brasilia. Sus abogados atribuyen la ausencia del ex capitán del ejército, en arresto domiciliario, a cuestiones de salud.
Está acusado de cinco delitos, entre estos intento de golpe de Estado, que no se habría consumado por falta de apoyo de la cúpula militar. Habría contemplado el asesinato de Lula antes de su investidura, así como de Moraes y del vicepresidente Geraldo Alckmin.
La fiscalía también lo acusa de instigar el 8 de enero de 2023, cuando miles de seguidores vandalizaron las sedes de poder en Brasilia en un intento de derrocar a Lula.
El apoyo de Trump
La sociedad brasileña, polarizada, se muestra dividida sobre el juicio. Mientras el 53% cree que Moraes aplica las leyes, el 39% estima que Bolsonaro es juzgado por motivos políticos, según un sondeo del instituto Datafolha de agosto.
Durante el juicio, Bolsonaro ganó el apoyo de Trump. Aduciendo una “caza de brujas” contra su aliado, el mandatario estadounidense impuso aranceles de 50% a algunas exportaciones brasileñas y sancionó a funcionarios como Moraes. La amenaza de nuevas sanciones planea sobre Brasil.
“Para el juez De Moraes y aquellos cuyos abusos de autoridad han minado libertades fundamentales, seguiremos tomando las medidas apropiadas”, dijo el lunes en X un alto funcionario del Departamento de Estado, Darren Beattie.
























