CARAVANA. En medio de rutas polvorientas, la evacuación continúa.
FRANJA DE GAZA.- En un camino polvoriento, entre escombros, una fila ininterrumpida de familias que huyen de Ciudad de Gaza avanza hacia el sur del enclave palestino: algunos apiñados en camionetas o carretas, otros a pie con bebés en brazos.
El ejército israelí lleva a cabo una ofensiva en la mayor aglomeración de la Franja de Gaza, que considera uno de los últimos bastiones del movimiento islamista palestino Hamas, y llamó a la población a evacuar.
Las autoridades israelíes calculan que un millón de personas abandonarán Ciudad de Gaza, ubicaba en el norte de la Franja, para reubicarse en el sur del enclave, devastado por casi dos años de conflicto.
Muchos habitantes temen que no estarán a salvo en el sur, ya que Israel ha bombardeado varias veces zonas a las que pedía a los civiles que se dirigieran.
En la larga fila de personas que huyen se puede ver a un hombre en silla de ruedas con un niño en brazos y a otro que camina con dificultad con muletas. Muchas familias agotadas llevan sus pertenencias sobre la cabeza o los hombros.
La mayoría de los gazatíes ya han sido desplazados varias veces desde que comenzó la guerra el 7 de octubre de 2023, desencadenada por un ataque de Hamas contra Israel.
Mohamed Ghazal, de 32 años, que huyó del barrio de Shujaiya de Ciudad de Gaza, afirma que los ataques eran incesantes en su zona. “Vivimos en un estado de pánico extremo. Los bombardeos no han cesado desde el amanecer, las explosiones son intensas y los disparos continuos”, cuenta.
El ejército israelí afirmó el sábado que más de 250.000 habitantes habían abandonado ya la urbe. La Defensa Civil de Gaza dio la cifra de 68.000.
Dadas las restricciones impuestas a los medios de comunicación en la Franja y las dificultades de acceso sobre el terreno, la agencia AFP adelantó que no puede verificar de forma independiente la información proporcionada por las partes.
Zona “peligrosa”
En Tel al Hawa, al suroeste de Ciudad de Gaza, “los bombardeos no han parado desde la mañana”, afirma Um Ala Chaaban, una mujer de 45 años.
“No hemos dormido en toda la noche (...) los ruidos de los bombardeos y las explosiones no han cesado”, dice. Según cuenta, las tropas israelíes bombardearon viviendas. “Estábamos muy asustados, mis hijos gritaban aterrorizados”.
Las fuerzas israelíes han destruido varios edificios de viviendas en Ciudad de Gaza en los últimos días y el ejército ha afirmado su intención de “intensificar el ritmo de sus ataques selectivos (...) con el fin de destruir las infraestructuras terroristas de Hamás (...) y reducir la amenaza para sus tropas”.
La flotilla solidaria
Mientras se acelera la ya grave crisis humanitaria en Gaza, el grueso de la flotilla solidaria Global Sumud, con cientos de activistas y toneladas de alimentos e insumos médicos, partió desde Túnez, con el objetivo de romper el asedio israelí y abrir un corredor humanitario.
Ayer, miles de personas se congregaron en el puerto de Bizerta para celebrar la partida. con un agudo sentido de urgencia, pues ya han muerto más de 360 personas de inanición en Gaza, la mayoría niños.
Después de varias demoras, entre los barcos que partieron de Barcelona y las que se añadieron en Túnez, zarparon de forma escalonada más de 30 navíos. Se espera que una veintena más se alisten en alta mar, procedentes de Italia y Grecia.
“Esta es la mayor misión de solidaridad no violenta que hemos vivido, con más de 80.000 personas que han participado de alguna forma.
“Los desafíos y las dificultades a los que nos enfrentamos son muchos, pero el objetivo lo vale: poner fin al hambruna y al resto de violaciones que padece la población de Gaza abriendo un corredor humanitario”, declaró antes de zarpar el principal coordinador de la misión, el brasileño Thiago Avila.
El mal tiempo y el estado precario de algunas embarcaciones explican que la salida de Túnez se haya producido con más de una semana de retraso. El principal contratiempo, según la organización, han sido los ataques con drones que han sufrido dos de los barcos de la misión mientras estaban atracados en Túnez, el “Familia” y el “Alma”.
Aunque los navíos han sufrido desperfectos a causa de los incendios provocados por los drones, que la organización atribuye a Israel, no hubo que lamentar ninguna víctima.
“Ya sabíamos que Israel nos puede atacar. Ha dicho que nos tratará como terroristas y ha demostrado que le da igual la ley internacional. Esto genera inquietud, claro, no vamos tranquilas. Pero más miedo nos da permitir que el genocidio continúe”, dijo la ex alcaldesa de Barcelona Ada Colau, una de las más figuras a bordo de la flotilla, junto con Greta Thunberg y Mandla Mandela, el nieto de Nelson Mandela, y más de una docena de diputados europeos. Entre los viajeros hay ocho argentinos.























