DUELO COPERO. Racing y Vélez vuelven a enfrentarse, esta vez en Avellaneda, por un lugar en semifinales.
La noche de Avellaneda se presenta como decisiva. Racing y Vélez definirán esta tarde, desde las 19, quién se quedará con el boleto a semifinales de la Copa Libertadores. El 1-0 conseguido en Liniers por el gol de Adrián “Maravilla” Martínez le da a la Academia un margen estrecho, pero valioso. El “Fortín”, herido, viaja con la ilusión de la remontada.
El plan de Racing
El equipo de Gustavo Costas encontró en la ida un libreto que le dio resultado: presión alta, un mediocampo combativo y una defensa sólida. Agustín Almendra, Juan Ignacio Nardoni y Santiago Sosa dominaron la mitad de la cancha, obligando al rival a jugar a un ritmo incómodo. Detrás, Facundo Mura, Franco Pardo y Nazareno Colombo mostraron seguridad, mientras que Facundo Cambeses sostuvo el cero con solvencia.
Arriba, la gran carta sigue siendo “Maravilla”, un delantero con capacidad para fijar centrales y aparecer en los momentos justos. Su aporte será clave, aunque deberá cuidarse porque está al límite de amarillas junto a Almendra y Gastón Martirena.
Las estadísticas también juegan. Racing perdió solo una vez en Avellaneda durante esta Copa y desde entonces ganó todo en su estadio, con ocho goles a favor y apenas uno en contra. El Cilindro se convirtió en su gran fortaleza.
El desafío de Vélez
Del lado visitante, la misión es clara: necesita marcar para tener chances de clasificación. Guillermo Barros Schelotto logró darle identidad a un plantel joven que mezcla presión alta con frescura ofensiva. La recuperación de Braian Romero es la gran incógnita: si llega, aportará gol y liderazgo. En caso contrario, el peso ofensivo recaerá en Maher Carrizo, uno de los goleadores del torneo, y en la creatividad de Manuel Lanzini o Claudio Aquino.
En defensa, el “Fortín” sufrirá la baja de Lisandro Magallán, expulsado en la ida, por lo que Aaron Quirós será titular. La solidez del arquero Tomás Marchiori y la capacidad del equipo para mantener la calma también aparecen como factores determinantes, sobre todo luego de la expulsión que complicó la primera mitad de la serie.
Las estadísticas no lo favorecen. Vélez perdió sus últimas seis visitas al Cilindro y solo en 1994, con Carlos Bianchi como DT, logró revertir una serie tras caer en la ida. La referencia histórica es lejana, pero alimenta la ilusión de un nuevo golpe.
Racing se apoya en la ventaja, en el empuje de su gente y en un funcionamiento sólido que le permitió dar un paso clave en Liniers. Vélez, en cambio, viaja con la urgencia de un gol, pero con la confianza de que su presente futbolístico y anímico puede sostenerlo en Avellaneda.
El Cilindro será testigo de un duelo cargado de tensión, con dos equipos que llegan por caminos distintos, pero con la misma meta: meterse entre los cuatro mejores de América.






















