Paola Nieva corrió 10K en la media maratón de LA GACETA. LA GACETA / ANALÍA JARAMILLO
El sonido de un corazón marcó el inicio de la largada. Para Paola Nieva, ese latido fue mucho más que el de la carrera: fue el suyo propio, luchando, resistiendo. Con una cinta rosa en el pecho, símbolo de la lucha contra el cáncer de mama, Paola completó los 10 kilómetros de la media maratón de LA GACETA y lo hizo con una sonrisa.
“Tengo una metástasis en etapa cuatro, pero acá estoy, súper bien, con toda la energía”, contó, abrazada a su marido, Mauricio Rebledo, quien la entrenó para este momento. A su lado estaban también sus hijos, Valentina y Joaquín.
“En esta etapa de la enfermedad me encuentro ‘en mantenimiento’, por lo que jamás pensé que podría correr 10 kilómetros. Pero se puede. No importa qué mochila llevemos encima: siempre hay un motivo para levantarnos y vivir”, afirmó con una mirada brillante.
Con su historia, Paola resumió el espíritu de la jornada: superar límites, transformar el dolor en impulso y correr siempre con el corazón. Su ejemplo no solo inspiró a los presentes: también se enlaza con el mensaje de este “Octubre Rosa”, mes en el que se realiza una campaña internacional impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y múltiples instituciones sanitarias para concientizar sobre la detección temprana del cáncer de mama.
El objetivo principal es promover el acceso a los controles mamarios, difundir información sobre la importancia de la autoexploración y garantizar que más mujeres puedan acceder a diagnósticos y tratamientos oportunos. Detectado a tiempo, el cáncer de mama tiene probabilidades de curación que superan el 90%.





















