Marilina Bertoldi celebrando con los fanáticos cortesía de Matilde Terán @matildtrn
Un recital esperado por muchos y muchas del “palo” del nuevo rock nacional, llegó a Tucumán: Marilina Bertoldi presentó el viernes “Para quién trabajás: Vol 1”. Este show vino a ritualizar el sexto álbum rodeado de polémicas y mitología melómana.
Hoy, alguien se encuentra orgullosa en su casa con un trofeo: el tacón lleno de brillos plateados que usó la cantante en el escenario del Club All Boys, al que hizo temblar.
La calma de la previa fue interrumpida por un grito colectivo e intermitente. Todos estaban dispersos, hasta que un “¡aaaah!” chillón hizo que se acomoden en ronda al imponente escenario vacío. Marilina estaba pasando, pero la ansiedad de los tucumanos la impulsó a comenzar.
Marilina, en Tucumán, una vez más, cada vez más salvaje. Con sus jeans y sus zapatos brillantes cortesía de Matilde Terán @matildtrn
“No quieren más mi rocanroll” se escuchaba en loop, rítmicamente de la misma manera que arranca su nuevo disco, mientras su banda conformada por una guitarra -que le permite soltar la suya en momentos y ser la estrella de rock canchereando con su gestualidad-, un bajo y una batería, iniciaban suavemente. Lo que rompió todo fue la oleada de gritos femeninos al ver llegar a la ídola del rock nacional, que pasó inmediatamente a coros y bailes. Mientras cantaban con ella “¡No quiero más hablar, de ellos! ¡Todo el día porquería! ¡Que les salve la autoestima!” de su hit “Autoestima”, desenfrenados llenos de euforia.
Con una larga chaqueta de cuero marrón de corte clásico, jeans ajustados, remera blanca anudada en la espalda y tacones aguja, desfiló sin pedir permiso para empezar a agitar.
Con la actitud que la caracteriza (canchera, enojada, sexual y confiada), que quedó como su marca registrada, recordó por qué es el sex symbol de las lesbianas y un ser incomprensible para los pacatos del rock. Bertoldi está rodeada de mítica. Desde sus últimos momentos donde se polemizó el video de “El Ogro”, por, lo que muchos pensaron que era, una satirización a Emilia Mernes; la urticaria que causó en muchos melómanos tradicionalistas su uso de samples de Luca Prodan con Sumo en este disco; y sus inicios en el centro de mainstream, cuando ganó el Gardel de Oro en 2019 por “Prender un fuego”, donde encendió la alarma de los más conservadores al nombrar “la importancia de que gane una lesbiana” y artista joven ese premio. El concierto fue un recorrido emocional de toda esa historia.
El viaje sonoro hizo paradas cargadas de sentimiento en las baladas románticas: “Enterrarte”, su gran himno rock del desamor del álbum “Sexo con Modelos” (2016), y sobre todo, la intimidad que se desarrolló en “Por siempre es un lugar”, al borde del escenario, mirando directo las caras de las más cercanas.
cortesía de Matilde Terán @matildtrn
En entrevistas previas, Marilina admitió que se hace cargo de una actitud de “vamos, vamos, vamos”, quiere que las personas se vayan de sus recitales completamente energizadas. Tucumán tuvo la suerte de que Bertoldi tocó el día previo a la marcha del orgullo. La mística se multiplicó. La roquera se tiraba en el piso, colocaba una rodilla abajo y la otra arriba mostrando sus tacones mientras cantaba a los gritos hacia arriba, realizaba manierismos con las manos cuando soltaba su guitarra eléctrica roja, interpretando la canción, comunicando con todo su cuerpo y contagiando el ímpetu del rock. Todo esto, no quedaba suelto en el espacio, esa energía era una comunicación entre un atípico pogo de mujeres, haciendo del recital un espacio seguro para el disfrute de la música en vivo y el baile.
“Con mi novio hablábamos de que Marilina es la referente indiscutida del rock de mujeres. Pero después nos preguntábamos ‘¿quién sería el referente de los hombres?’, es que no hay”, dijo Sofía Carbajal, sonidista y asistente al recital.
A la medianoche, el pogo se extendía cada vez más, desde el centro hasta sus periferias, y el calor humano era contrarrestado por los fuertes vientos y gotas de agua que se colaban por parte de la lluvia de alerta amarilla que acaparó toda la provincia. Los hits de “Sexo con modelos” (2016), y “Mojigata” (2022) encendían todo All Boys. En medio del temblor musical, hizo la única pausa de toda la noche, para saludar a Camila Plaate. “Quiero pedir un aplauso para alguien que está aquí, felicidades por todo lo que está pasando con ‘Belén’, te lo merecés”, dijo en referencia a la película nominada al Oscar. Momento de cruce de colegas, debido a que la artista realizó la música del filme dirigido por Dolores Fonzi y grabado en esta provincia.
En ese momento la alegría, la fuerza y los mensajes políticos de Marilina ya estaba en cada salto del público. Su canción “El ogro” es actualmente enorme, y ella lo hacía sentir, gritando “cierren el orto”, como dice la canción, paseando por el escenario, abriendo los brazos y tirando agua a las chicas que más saltaban en el trance. Después vinieron “Racat”, “O no”, “Cosas dulces” e incluso un cover de “Me vuelvo cada día más loca”, de Celeste Carballo, y cuando la lluvia penetró el techo de la cancha, el show terminó. Pero, coloridamente el público no dejó ir a la roquera, y coreaban “Marilina, Marilina, Marilina” mientras el aplauso parecía enorme. Ella se acercó a la valla y entre el público la elevaron haciendo mosh por un minuto. Es una práctica típica de los recitales del rock, donde la alegría y la energía es tan fuerte y conecta tanto a todos, que se celebra con el cuerpo, al igual que el pogo. La emoción fue tal que ella se sacó uno de sus tacones y lo lanzó a las efusivas mujeres que la idolatran.
Producción periodística: Virginia Daniela Gómez




















