Tregua en Atlético Tucumán: Lucas Pusineri sigue y el club intenta cerrar la crisis institucional

Después del comunicado del plantel y las diferencias internas, la dirigencia ratificó al entrenador. Hubo autocrítica, promesas de diálogo y un llamado a recomponer la convivencia puertas adentro.

SON DE PAZ. Leito y Pusineri sellaron la continuidad del DT tras una semana de tensión en Atlético. "SON DE PAZ". Leito y Pusineri sellaron la continuidad del DT tras una semana de tensión en Atlético. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL Y ANALÍA JARAMILLO

El clima en Atlético empezó a enfriarse después de una semana en la que el club estuvo al borde del colapso interno. Hoy, en el complejo “José Salmoiraghi”, se concretó la esperada reunión entre las tres partes: la dirigencia, encabezada por Mario Leito, Mario Ávila y Gonzalo Carrillo Leito; la secretaría técnica, representada por Miguel Abbondándolo y Sebastián Longo; y el cuerpo técnico junto al plantel profesional.

La cita, que se extendió por más de una hora, tuvo como objetivo ponerle fin a la crisis que sacudió los cimientos del “Decano” luego del comunicado del plantel, el enojo de los hinchas y las declaraciones cruzadas entre referentes y dirigentes. A la salida del encuentro, Leito fue directo: “Sigue, sigue. (Lucas) Pusineri continúa siendo el entrenador de Atlético Tucumán”, afirmó con tono serio, intentando cerrar el capítulo de incertidumbre que había abierto la posibilidad de una salida del DT.

Una reunión decisiva

La continuidad de Pusineri fue motivo de intensas especulaciones en los últimos días. Algunas versiones apuntaban a que la dirigencia y el técnico no habían llegado a un acuerdo económico para rescindir su contrato; otras, que el propio plantel había pedido su continuidad pese a ciertas incomodidades internas relacionadas con los minutos de juego.

Según pudo saber LA GACETA, la idea de interrumpir el vínculo del entrenador se barajó brevemente en una reunión nocturna del martes, pero no prosperó. El miércoles, cerca de las 19, un dirigente de peso se comunicó con Pusineri para ratificarle su continuidad, y horas más tarde la comisión directiva volvió a reunirse tras el partido de Reserva para formalizar esa decisión.

“Ahora todo tiene que quedarse puertas adentro”, aseguró Leito ayer a la mañana, aunque confió en que el diálogo marcará el inicio de una nueva etapa. Tampoco dio plazos ni fechas sobre la continuidad de Pusineri, por lo que el resultado contra Independiente podría ser determinante de cara a las últimas fechas del torneo.

El enojo general

El conflicto que detonó esta crisis se originó tras la derrota frente a San Lorenzo, cuando el plantel decidió no concentrar antes del partido como muestra de malestar. Días después, los futbolistas publicaron un comunicado conjunto que rápidamente se viralizó.

El documento, firmado de manera colectiva, aclaraba que “esto no es un reclamo económico” y cerraba con una frase que impactó de lleno en la opinión pública: “Nos duele llegar a este punto, pero queremos un Atlético mejor”. En cuestión de minutos, el mensaje había copado las redes sociales y despertado reacciones de todo tipo, desde el apoyo de los hinchas hasta la indignación de la dirigencia.

Guillermo “Bebe” Acosta, capitán y uno de los referentes más respetados, no dudó en responder a Ignacio Golobisky, quien había revelado que la decisión de no concentrar correspondía a una protesta por los premios. “Lo que dijo generó un clima insoportable. En 12 años que llevo en el club, nunca viví algo así”, afirmó el volante.

Esta situación provocó que puertas adentro del “Decano” tanto la comisión directiva como los jugadores hicieran una autocrítica, al entender que el conflicto pudo haberse resuelto de otra manera. “Fue un error de ambas partes. Creo que nos equivocamos entre todos”, reconoció uno de los presentes en las reuniones matutinas en el predio de Ojo de Agua.

Gestos de normalidad

El regreso a las prácticas de ayer marcó el primer paso hacia una relativa calma. Pese al ruido de fondo, el plantel se presentó completo y se entrenó con normalidad bajo la conducción de Pusineri, que eligió mantenerse en silencio y evitar declaraciones. La reunión representaba la oportunidad de recomponer las relaciones y cerrar un frente interno que había alcanzado niveles inéditos de exposición.

Pusineri, que transitó los días más difíciles de su ciclo en el “Decano”, recibió respaldo tanto de la CD como del grupo de jugadores. En el análisis interno del cuerpo técnico, el entrenador considera que viene cumpliendo los dos objetivos previstos para el semestre: salvar la categoría e ingresar entre los ocho mejores de la zona B.

La sensación general es que la crisis no está completamente cerrada, pero al menos se logró una tregua. En el vestuario hay consciencia de que el conflicto público dejó marcas profundas, tanto en la relación con los dirigentes como en el vínculo con los hinchas, que no ocultaron su descontento durante el último partido en el Monumental.

La dirigencia, por su parte, intentará reforzar la comunicación interna y evitar nuevos choques mediáticos. En el entorno del plantel reconocen que el comunicado fue una medida tomada en un contexto de hartazgo.

En las redes sociales, la continuidad del entrenador generó opiniones divididas: algunos celebraron el llamado a la calma, mientras otros reclamaron una mayor autocrítica dirigencial.

El entrenador

La figura del entrenador fue, una vez más, el eje de la discusión.  El DT eligió no dar declaraciones tras la reunión. En silencio, dirigió la práctica matutina de ayer, preparando el equipo para el próximo compromiso del Clausura. El cuerpo técnico trabajó con normalidad, aunque con la clara intención de reencauzar la energía del grupo hacia lo futbolístico.

Atlético volverá a entrenarse este viernes en el predio, con la mente puesta en recuperar la estabilidad deportiva y emocional. La tarea no será sencilla: el equipo arrastra una racha irregular y el ambiente, aunque más tranquilo, aún muestra señales de desgaste.

El gran desafío será volver a alinear los intereses de todos los sectores -dirigencia, cuerpo técnico y jugadores- para sostener la unidad que hoy pende de un hilo. El plantel sabe que el único modo de apagar definitivamente el incendio es ganando. Y Pusineri, consciente de que cada partido puede ser una nueva prueba de confianza, buscará transformar el conflicto en impulso.

Por ahora, la tormenta dio un respiro. Pero en Atlético, donde las emociones se viven al límite, la calma siempre es un estado transitorio.

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