Un nuevo sistema previsional, para conseguir el retiro que merecemos

Un nuevo sistema previsional, para conseguir el retiro que merecemos

Hay temas que solemos postergar. No por desinterés, sino porque preferimos no enfrentarlos. Pensar en el retiro, en nuestra vida después del trabajo, suele ser uno de ellos. Sin embargo, cada día que pasa sin planificarlo, es un día menos para hacerlo bien. Durante décadas, en la Argentina confiamos en que el sistema previsional sería suficiente para sostenernos cuando llegara el momento del descanso. Pero ese esquema, diseñado hace más de 30 años, no acompañó los cambios del país ni del mundo. La falta de reformas, la desactualización de las leyes y el envejecimiento de la población nos trajeron hasta un punto crítico: los jubilados actuales ya lo están viviendo, y las próximas generaciones lo sufrirán aún más. Mantener este sistema obsoleto, que no cumple con las demandas modernas, ni se adecua a las necesidades de los beneficiarios, sería seguir incurriendo en el error de pensar que con decretos o leyes temporales vamos a mejorar un sistema que necesita una reforma estructural profunda. Sin dudas será el gran desafío de los legisladores nacionales.

Nueva conciencia

Cada trabajador, sin importar su edad o su nivel de ingresos, debe entender que la planificación del retiro es una responsabilidad personal. Que no alcanza con esperar que el Estado resuelva, porque el sistema previsional argentino -tal como está- no garantiza estabilidad ni suficiencia a largo plazo. Existen alternativas: seguros de retiro, fondos privados, inversiones personales, herramientas de ahorro a medida. Pero más allá de la opción elegida, lo fundamental es adoptar un cambio cultural: primero ahorrar, después gastar.

Si dejamos el ahorro para el final del mes, cuando “sobre algo”, ese día nunca llega. No se trata de una cuestión económica, sino de decisión, actitud, método y previsión. Así como dedicamos esfuerzo y tiempo a nuestro trabajo diario, también debemos hacerlo con nuestro futuro. Porque nadie cuidará mejor nuestro bienestar que nosotros mismos. Planificar el retiro no es un gesto de desconfianza hacia el sistema, sino un acto de madurez y libertad. Es decidir hoy cómo queremos vivir mañana. Es sabido que más del 70% de la población pasiva percibe haber mínimo previsional, el que apenas alcanza para cubrir una porción de la canasta básica. Nuestro sistema no está preparado ni fue modificado para sostener con pocos aportantes a cada vez más jubilados y pensionados con una expectativa de vida mucho mayor.

Entonces, ante la informalidad laboral, el crecimiento de la expectativa de vida, la baja tasa de natalidad, la poca recaudación previsional y la población pasiva en crecimiento constante, los futuros jubilados (trabajadores actuales) tendremos que planificar por nuestra parte (además del aporte al sistema) nuestros retiros, para no repetir la historia de los jubilados actuales.

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