Cómo limpiar correctamente una notebook sin dañarla: guía práctica y qué productos evitar

La limpieza incorrecta puede causar daños en la pantalla, el teclado o los circuitos internos. Especialistas detallan qué productos usar y cuáles evitar para prolongar la vida útil del equipo.

Cómo limpiar correctamente una notebook sin dañarla: guía práctica y qué productos evitar
02 Noviembre 2025

El uso constante de los dispositivos electrónicos hace que su mantenimiento se vuelva una tarea indispensable. En particular, las notebooks necesitan cuidados específicos para garantizar un buen funcionamiento y evitar daños que puedan ser irreversibles. Desde fallas en el teclado hasta manchas permanentes en la pantalla, una mala elección de productos de limpieza puede afectar tanto la estética como el rendimiento del equipo.

Los especialistas recomiendan, antes de iniciar cualquier procedimiento, apagar completamente la computadora, desconectarla del cable de corriente y quitar todos los periféricos. En aquellos modelos que cuentan con batería extraíble, también es conveniente retirarla. Una vez hecho esto, el primer paso es utilizar un paño de microfibra apenas humedecido con unas gotas de alcohol isopropílico al 70%, evitando siempre que el líquido tenga contacto directo con la notebook.

El orden influye en el resultado. Los expertos sugieren comenzar por la tapa, continuar por la base y los laterales, y dejar para el final el teclado y la pantalla. Estas últimas zonas requieren mayor delicadeza, ya que son más sensibles a la presión y la humedad. Además, se aconseja llevar a cabo la limpieza en un ambiente bien iluminado y libre de estática, para identificar manchas o partículas que podrían pasar desapercibidas.

Qué productos no deben utilizarse

Existen elementos habituales en el hogar que pueden resultar perjudiciales para la computadora. El uso de limpiavidrios, alcohol común, amoníaco o aerosoles multiuso está completamente desaconsejado, ya que sus químicos pueden corroer la pintura o dañar los circuitos internos. También deben evitarse los cepillos de cerdas duras y las aspiradoras domésticas, debido al riesgo de generar electricidad estática.

Para retirar el polvo del teclado y el mouse, lo más adecuado es usar aire comprimido en ráfagas cortas. Si quedan restos adheridos, se pueden emplear hisopos ligeramente humedecidos con agua, pero sin aplicar líquidos directamente sobre estos dispositivos. En el caso del mouse, conviene revisar también el sensor y los rodillos internos.

Las rejillas y ventilaciones requieren un mantenimiento especial: solo debe utilizarse aire comprimido y, bajo ningún motivo, introducir objetos. Cuando hay mucha acumulación de polvo, se aconseja limpiar por etapas y esperar entre cinco y diez minutos antes de volver a encender la computadora.

Los técnicos recomiendan repetir esta limpieza cada uno o dos meses, según el nivel de uso, para evitar que el polvo afecte la temperatura y el rendimiento general del sistema.

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