De Monteros a Europa: la inspiradora travesía de Benjamín Garrido, el pilar tucumano que llegó a Argentina XV
Formado entre Huirapuca y Monteros Rugby, Benjamín Garrido fue convocado para la gira europea de Argentina XV, que enfrentará a Munster y Bristol Bears. Su historia combina raíces, esfuerzo y una certeza: Tucumán sigue siendo una cantera inagotable del rugby argentino.
Benjamín Garrido entrena con el plantel de Argentina XV. Gentileza Benjamín Garrido.
La historia de Benjamín Garrido parece escrita con la mezcla perfecta de talento, perseverancia y raíces. El pilar de Huirapuca fue convocado por el cuerpo técnico de Argentina XV para la exigente gira europea que incluirá amistosos ante Munster (Irlanda), que se jugará hoy desde las 14, y Bristol Bears (Inglaterra). No es solo un premio al rendimiento, sino también una confirmación: Tucumán sigue siendo una de las cunas más fértiles del rugby argentino.
Garrido es uno de los tres tucumanos que integran el plantel junto a Tomás Medina (Cardenales) y Francisco Moreno (Universitario). Los tres vienen de compartir entrenamientos nacionales y concentraciones con la Unión Argentina de Rugby (UAR), y su presencia refleja la jerarquía que el rugby del norte mantiene en el plano nacional.
“Es un orgullo para mí estar convocado y que me hayan tenido en cuenta para una gira tan importante como esta. Estoy muy contento y con ganas de que, si me toca jugar, dar lo mejor de mí por y para el equipo”, cuenta Benjamín, todavía con la emoción a flor de piel.
De Monteros al país
Nacido y criado en Monteros, Garrido creció rodeado de deporte. Su vínculo con el rugby comenzó de la mano de su padre, quien lo llevó a los entrenamientos de Huirapuca cuando era apenas un chico. Sin embargo, su camino no fue lineal: “Después dejé y, por suerte, mi papá fundó el club Monteros Rugby, donde jugué hasta los 13 años. Después me pasé al vóley hasta los 17”, recuerda.
Recién en 2021 retomó el rugby, cuando su tío Pablo Albornoz lo invitó a sumarse a Huirapuca para su primer año de M-19. Desde entonces, su progreso fue meteórico. Ese mismo año comenzó a destacarse en las juveniles de la UAR y a principios de este año formó parte de Tarucas, la franquicia tucumana que compitió en el Súper Rugby Américas, una experiencia que lo marcó.
“El deporte siempre estuvo muy presente en mi familia. Mi abuelo jugaba al vóley en el Club Social Monteros, y mi papá Rafael Garrido y mi tío Pablo Albornoz compartieron la primera de Huirapuca. Gracias a Dios siempre me gustó hacer deporte y eso me ayudó a mantenerme enfocado”, agrega.
El respaldo
El joven pilar no oculta el peso que su club tiene en su crecimiento. “En Huirapuca siempre me bancan a muerte. Tengo un gran grupo de amigos que quiere lo mejor para mí, como yo quiero lo mejor para ellos. Hay referentes que pasaron por situaciones similares y me aconsejan para estas cosas importantes que van surgiendo en mi carrera”, destaca.
La identificación con el club y con Monteros lo acompaña donde vaya. Su estilo de juego combina potencia, entrega y humildad, tres sellos que también caracterizan al rugby tucumano.
Garrido asegura que ese nivel competitivo es una de las razones por las que cada vez más tucumanos son convocados a los seleccionados nacionales. “En Tucumán hay un nivel altísimo, tanto en juveniles como en Primera. Los partidos de M19, sacando el scrum, son iguales a los de Primera división. A eso se debe que estén mirando tanto para acá”, explica.
De Brasil a Europa
El joven ya tuvo la oportunidad de vestir la celeste y blanca este año, en un amistoso contra Brasil, y sueña con volver a hacerlo. “Fue un orgullo enorme jugar ese partido. Ahora me encantaría tener otra oportunidad para representar esta camiseta como se merece. Sería un orgullo muy grande para mí y sobre todo para mi familia”, expresa.
La gira europea con Argentina XV no solo representa un nuevo desafío deportivo, sino también un paso adelante en su formación integral. Garrido entiende que el rugby, más allá del alto rendimiento, también es una escuela de vida.
“Mi objetivo de siempre es alcanzar mi mejor versión, no solo en el rugby, sino en la vida. Estoy muy agradecido con mi familia, con mis amigos, con mi club y con Dios, que me puso acá y espero me siga llevando por el mejor camino”, concluye.























