El mensaje hacia afuera ya fue dado. La Argentina se encarriló dentro de las pautas que Estados Unidos le había sugerido para ser beneficiaria de la ayuda de la principal economía del planeta. Javier Milei salió airoso de una elección de medio turno que parecía complicada. El mercado le respondió, aunque todavía persisten dudas acerca de la materialización de las medidas oficiales para sostener el tipo de cambio, apuntalar la actividad y, en definitiva, reconstituir la confianza del país para un posible retorno al mercado voluntario de créditos internacionales. En el medio había otra prueba de fuego: la gobernabilidad. La cumbre del Jefe de Estado con los gobernadores y la masiva concurrencia a ese encuentro realizado en la Sala Eva Perón de la Casa Rosada fue la señal mayor para afianzar las iniciativas que tienden a aplicar reformas previsional, laboral e impositiva. Algo ha quedado más que claro en esa reunión: la coparticipación federal de impuestos no se toca. Al menos en una transición que, como ya hemos visto históricamente, se torna demasiado larga y se diluye en el tiempo.
En el camino hubo cambios radicales. El nombre de Santiago Caputo fue lo que más se escuchó como probable ministro del Interior. La oxigenación del gabinete libertario es una clara muestra de lo que Milei piensa: en la política no hay amigos; sólo aliados circunstanciales. El ex jefe de Gabinete, Guillermo Francos, puede dar fe de eso, y arrastró a Lisandro Catalán con su partida. Francos fue uno de los hombres de mayor diálogo con los gobernadores y hacedor de los acercamientos hacia el Congreso en los peores momentos de la gestión nacional. Aún así, pagó los platos rotos de una administración que venía a los tumbos y que halló en el otro Caputo, Luis, y el equipo que acompaña al ministro de Economía para que EEUU le tire a la Argentina aquella tabla de salvación financiera. Los dólares no llegaron como se preveía; sin embargo, como aquel tradicional cuento de la city, bastó que Milei caminara junto a Donald Trump (y el secretario del Tesoro Scott Bessent) para que el mercado creyera que la Argentina estaba más cerca de la solución que de otro default.
Diego Santilli asomó inesperadamente como el reemplazante de Catalán. El bonaerense fue catapultado desde las redes sociales (un clásico dentro de la manera de gobernar de Milei) por el mismísimo Mauricio Macri, tras una reacción negativa a la designación de Manuel Adorni como jefe de Gabinete. Podría decirse que la movida fue una compensación. El tuit de Macri pudo haber golpeado al Gobierno ante los mercados. El agua no llegó al río y el mismo fin de semana ya estaba la designación de Santilli. A su favor, según indica el analista político Cristian Buttié, juega su rol dialoguista, porque en su trayectoria en el sector público siempre se ha caracterizado por buscar consensos. En su contra se inscribe el hecho de no ser un “paladar negro” de La Libertad Avanza. Por eso, los gobernadores pueden a llegar a mirarlo de reojo ante cualquier promesa de acuerdo si no hay una respuesta taxativa. Algo de eso le pasó a Francos con la aparición de Provincias Unidas o la recordada protesta del salteño Gustavo Sáenz frente a la Casa Rosada, hace un mes. El mandatario reclamó públicamente la ejecución de obras prometidas y no cumplidas, con recital incluido. Francos tuvo que salir de la Rosada a pedirle que cese y espere después de las elecciones.
Muñeca afinada
Con esa experiencia a cuestas, Santilli debe tener la muñeca afinada para contar con dos de las billeteras más importantes para las provincias: la de Economía -frente a la caída de la recaudación y la necesidad de tender puentes financieros transitorios en caso de necesitarlos- y la de Obras Públicas -para que se ejecuten los trabajos de infraestructura considerados prioritarios para cada uno de los gobernadores-. Si lo logra, dice el director de CB consultora de Opinión Pública, Santilli habrá logrado un premio adicional: ser el delfín que compita en 2027 para la gobernación de Buenos Aires.
Osvaldo Jaldo no está al margen de esos movimientos. El tucumano se ha convertido en uno de los aliados más cercanos, desde su rol dialoguista, al Presidente de la Nación. Hay línea directa entre ambos, pese a que ninguno lo diga. Se respetan.
La distribución de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) en los primeros 10 meses de este año es una muestra que Tucumán está al calor de la Rosada. Es la segunda provincia más beneficiada por el reparto, con $ 15.000 millones entre enero y octubre, según un informe de Politikon Chaco, en base a datos de Presupuesto Abierto. Sólo es superada por Neuquén. La provincia gobernada por Rolando Figueroa recibió $ 18.000 millones en el mismo período. Y en tercer lugar se ubica Salta, con $ 13.000 millones en ATN.
La coordinación fiscal con la Nación será necesaria para el tercer año del mandato. Jaldo envió un proyecto de Presupuesto que incluye restricciones en algunas cuestiones, redirecciona el gasto tributario (se propiciarán las exenciones a nuevos proyectos, pero se revisarán los que se dieron y no generaron los resultados esperados) y se apuntalará la obra pública (incluso se renueva el pedido de autorización para contraer empréstitos por hasta U$S 250 millones). Sin embargo, el gasto en Personal sigue teniendo un fuerte peso en las erogaciones. Sobre un total de casi $ 5 billones, el Estado provincial destinará cerca de $ 2,6 billones a pagar salarios durante todo el año que viene. Para ser más precisos, los sueldos del sector público se llevan el 52% del Presupuesto provincial. El incremento interanual, de todas maneras, está en línea con la inflación acumulada en el último año, del 29%. Según el proyecto, la planta de personal permanente prevista para 2026 asciende a 100.145 cargos.
La iniciativa elevada por el Poder Ejecutivo a la Legislatura muestra otro detalle no menor: el esquema de otras erogaciones corrientes. En ese rubro, el Ejecutivo concentrará los recursos que son considerados de libre disponibilidad, en los que los más importantes suelen ser los acuerdos con los municipios y los planes de asistencia a las comunas rurales, entre otros. Ese ítem se llevará $ 1,9 billón, con un incremento del 83% respecto del ejercicio original vigente, según la gacetilla distribuida oficialmente en la Casa de Gobierno.
También, frente a la volatilidad, la Casa de Gobierno comunica que puede hacer uso de créditos transitorios de corto plazo, con un tope máximo de hasta el equivalente del 10% del total de erogaciones anuales. Jaldo abre el paraguas frente a la realidad económica argentina. En gran medida, la actividad en la provincia podrá reactivarse siempre y cuando la Casa Rosada cumpla con la palabra empeñada. La caída de la recaudación (nacional y provincial, del orden del 10%) es un indicio que la economía tardará en mejorar.
Las negociaciones entre Nación y la provincia serán arduas, aunque el propio Jaldo ha dado claras muestras de acompañamiento a las reformas estructurales en materia previsional, laboral e impositiva, siempre y cuando haya reciprocidad. Puertas adentro, el gobernador está disciplinando la tropa. Intendentes, legisladores, concejales y hasta el mismo gabinete están sintiendo el impacto de la conducción del comisario. Esto será una constante en la segunda parte del primer mandato.
























