Dos “finales” en una semana: Santiago Aguilar, de Tucumán Rugby, entre los apuntes y la definición del Regional del NOA
Subcapitán del “Verdinegro” y a punto de recibirse de Ingeniero Agrónomo, el tercera línea atraviesa días en los que la pasión y la responsabilidad se confunden. Este viernes rinde un examen; mañana juega una final.
Santiago Aguilar se prepara para la final del Regional del NOA. OSVALDO RIPOLL/LA GACETA.
Hay semanas que parecen tener más horas de las que el reloj concede. Para Santiago Aguilar, subcapitán de Tucumán Rugby, esta es una de ellas. En medio de apuntes, nervios y repasos, rendía un examen de la facultad apenas un día antes de jugar la final del Regional del NOA. Le quedan cuatro materias para recibirse de Ingeniero Agrónomo, y mientras ajusta los últimos detalles de su carrera universitaria, también prepara su cuerpo y su mente para disputar una nueva definición con el “Verdinegro”.
No es casual que logre combinar ambas cosas. Su historia, como la del club, está marcada por una forma de entender el esfuerzo, el compromiso y la continuidad. En la cancha, como en la vida, lo mueve algo más que la táctica o la técnica. Hay una idea de pertenencia que se transmite de generación en generación, y que él encarna sin necesidad de explicarlo. Su familia lleva años vinculada al club; su abuelo vivía cerca de Marcos Paz, y aunque no era un fanático del deporte, fue su padre quien empezó a acercarse a esas canchas donde se respira rugby y camaradería. Desde entonces, los sábados tienen un significado propio: el día empieza y termina en el club, y ese hábito, casi ritual, fue moldeando el carácter de Santiago.
“Es una alegría inmensa; en lo personal, muy feliz y totalmente agradecido por esta nueva oportunidad”, cuenta Aguilar. “Son esas semanas especiales. Y como club también es un orgullo. Se te vienen muchos recuerdos: desde las divisiones juveniles hasta los torneos más recientes. Es una mezcla de muchas cosas”, agrega.
La cita será mañana, desde las 16, en la cancha de Universitario, donde Tucumán Rugby enfrentará a Natación y Gimnasia por la gran final del Regional del NOA. No será un partido más, sino una nueva edición del clásico más viejo del rugby tucumano. “Con Natación siempre se arman lindos partidos. Estas instancias son distintas, mucho más cerradas, con más juego de formaciones fijas y obtención. Son duelos donde se busca que el otro se equivoque más que uno”, explica. Y lo dice con la convicción de quien ha aprendido que las finales no se ganan solo jugando bien, sino soportando la presión con tranquilidad.
Esta semana, la ansiedad tuvo doble motivo: el rugby y la facultad. “Son días difíciles”, reconoce. “Por ahí es mucha la ansiedad, porque también estoy terminando la carrera. Me quedan cuatro exámenes finales, y justo esta semana tenía que rendir. A veces es complicado, porque la cabeza está en dos lugares. Pero también está bueno: te obliga a enfocarte, a dividir la atención. Cuando te concentrás en estudiar, el rugby pasa a un segundo plano y eso te calma un poco. Igual, sin duda, el hecho de rendir te pone nervioso. Pero lo importante es poder disfrutar que se pueden hacer las dos cosas: vivir un fin de semana importantísimo y, al mismo tiempo, estar terminando una etapa de la vida”, explica.
En ese equilibrio entre la responsabilidad y la pasión se forjó su forma de entender el deporte. No necesita hablar de cábalas para transmitir su forma de prepararse. “No tengo cábalas, pero sí costumbres. Cómo armo el bolso, cómo ordeno el día. Siempre me gusta almorzar tranquilo, bañarme y recién después salir al club. Son rutinas que uno repite sin darse cuenta, pero que te ponen en sintonía”.
El camino hasta esta nueva final no fue sencillo. Tucumán Rugby volvió a demostrar que su estructura deportiva y su identidad lo mantienen siempre entre los protagonistas. “Como club, tenemos ese objetivo año a año: mantener el protagonismo en los torneos. A veces se gana y otras no, pero hay que sentirse orgullosos de estar siempre en la pelea. Es muy difícil sostenerse tanto tiempo en lo más alto. Sin duda uno va a perder más de lo que gana, pero poder competir cada temporada por un campeonato no es menor. Eso es lo que nos tiene que enorgullecer como club”, dijo.
Vale mencionar que los “Verdinegros” no consiguen la corona del NOA desde 2015, y el año pasado se quedaron a las puertas del título luego de caer frente a Lawn Tennis. Este año, el equipo de Hernán Macome fue el más consistente a lo largo del certamen, aunque durante la eta regular cayeron frente a los “Blancos”.
Mañana, cuando suene el silbato inicial en la cancha de Universitario, Aguilar estará otra vez en su hábitat natural. Llevará el número 8 en la espalda y, en la cabeza, la doble tarea de quien vive dos finales a la vez: una dentro de la cancha y otra en el aula. Tal vez por eso, cuando hable de orgullo y pertenencia, no hable solo de rugby. Hablará también de todo lo que aprendió en ese largo recorrido que empezó, casi sin saberlo, un sábado cualquiera, cuando era apenas un chico que no quería volver del club.






















