Bronca y resignación en Tucumán, en un nuevo día de paro de colectivos: “Todas las líneas son un desastre”

Mientras los empresarios reclaman fondos y culpan a las aplicaciones, los usuarios del transporte urbano optan por la bicicleta o por las plataformas digitales para poder moverse.

07 Noviembre 2025

“Todas las líneas de colectivos son un desastre”, sentencia Adriana mientras espera el 102 en una parada de la capital. Su enojo resume el clima que se repite este viernes en las calles, durante una nueva jornada de paro del transporte urbano. La mujer cuenta que viaja todos los días, de lunes a viernes, y que la espera “rara vez baja de 45 minutos”. “A veces una hora, o más. No tienen aire, los asientos están rotos. Y encima el boleto es carísimo. Es una vergüenza”, agrega.

En medio de la protesta de choferes y la falta de servicio en varias líneas urbanas (solo circula la 8) , Adriana no duda en admitir que muchas veces recurre a las aplicaciones para evitar los atrasos. “Sí, uso las plataformas. A veces sale caro, pero por lo menos llego. Hoy no lo hice porque no tengo apuro, pero no puedo estar una hora en una parada”, explica resignada.

A pocos metros, Héctor, un hombre de 77 años, se moviliza en bicicleta por necesidad. “Tuve un problema en el corazón y el médico me prohibió andar en bici, pero hoy no me queda otra”, confiesa. Él suele tomar los colectivos 10 o 18, ambos afectados por la medida de fuerza. “No se justifica el paro. Es una extorsión a la Municipalidad. Le echan la culpa a las aplicaciones, pero el servicio ya venía mal. No pasan a horario”, sostiene.

Pese a su edad y sus problemas de salud, pedalea con esfuerzo. “Hoy la rueda se me está desinflando, pero no encuentro bicicletería cerca”, dice entre risas. Aun así, coincide con la mayoría de los pasajeros: “El servicio no anda bien. Los empresarios siempre piden plata, pero no mejoran nada”.

LA GACETA FOTOS DE ANA LÍA JARAMILLO LA GACETA FOTOS DE ANA LÍA JARAMILLO

En la calle se nota que el reclamo ciudadano no distingue edades ni barrios. Usuarios de distintos puntos de la capital repiten las mismas quejas: largas esperas, unidades deterioradas y una tarifa que consideran injustificable frente al mal servicio. 

“Dicen que los colectivos pasan cada 10 minutos. Yo espero 40, mínimo”, comenta otra usuaria en la parada de una de las líneas.

Desde el sector empresarial aseguran que el sistema está “en crisis”, con una caída del 30 al 40% en la cantidad de pasajeros en el último año. Atribuyen esa merma al avance de las plataformas digitales y al alto costo operativo. Sin embargo, para los usuarios el diagnóstico es otro: “El servicio es malo desde hace años y los pasajeros somos rehenes”, resume Adriana, mientras mira el reloj y el colectivo que nunca llega.

Mientras tanto, en las calles tucumanas proliferan las bicicletas, las motos de aplicación y la bronca acumulada. En medio del paro y las promesas de mejoras que nunca llegan, los tucumanos sienten que viajan -una vez más- en un sistema que no arranca.

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