Hay más de una decena de alternativas a la 307 para subir a Tafí del Valle
Proyectos urbanos que pasaron al olvido (Capítulo 15). Las que más avanzaron son la Quebrada del Portugués y la ruta 352, entre San Pedro de Colalao y Colalao del Valle, pero hay varios otros pasos. Un túnel de sólo 16 km entre La Fronterita y el valle.
LA RUTA DE HUALINCHAY. Se intentó unir San Pedro de Colalao con los Valles Calchaquíes.
“Faltan ocho kilómetros y tres meses para unir San Pedro de Colalao con Colalao del Valle”, informaba a LA GACETA en agosto de 2013 el ingeniero Rodi Fernández, de la Dirección Provincial de Vialidad, encargado de la obra para concluir la ruta 352, que comunica la llanura, en el departamento de Trancas, con Tafí del Valle, también conocida como la ruta de Hualinchay, localidad que se encuentra a 18 kilómetros al suroeste de San Pedro.
El camino estaba en condiciones desde Colalao hasta Yasyamayo (unos 16 kilómetros) y desde San Pedro hasta Lara (48 kms). Ese año se habían construido otros 18 kms después de Lara, y restaban ocho kms, entre el puesto La Alumbre y Yasyamayo.
Un año antes, en febrero de 2012, el entonces gobernador José Alperovich anunció que en un año la obra se concretaría.
Se trataba de un proyecto propuesto a principios de los 80, hace más de 40 años, por el ya fallecido ingeniero Jorge Ungherini, quien pretendía cerrar un circuito enteramente tucumano por los Valles Calchaquíes, el Valle de Tafí y la llanura. El círculo empalmaría esta ruta 352 con la ruta nacional 40, hasta el cruce con la 357, que une Amaicha del Valle con la 40, que luego continúa como ruta 307 hasta Acheral, después por la 38 hasta la Capital, de allí unos 70 kms por la ruta 9 y luego otros 20 kms por la ruta 311 que lleva a San Pedro de Colalao, para terminar de cerrar el circuito.
Además de constituir un trayecto con valiosos atractivos turísticos y paisajísticos, se planteaba, aunque más extensa, como una segunda alternativa a la 307 para unir los valles con la llanura.
La 352 desemboca en los Valles Calchaquíes, pero los ingresos al Valle de Tafí propiamente dicho (que no forma parte de los Calchaquíes) son al menos una decena. Además del camino inconcluso por Hualinchay, el que más anuncios y promesas cosechó es el de la Quebrada del Portugués, paso milenario que usaron desde los incas hasta los españoles y luego durante la colonización de las cumbres. Pocos saben que el primer hombre blanco que llegó a Tafí lo hizo por el norte, expedición proveniente de Cuzco (Perú), a través del abra El Infiernillo.
La cuarta opción más mencionada es desde El Siambón, a través de Anfama, camino que se sigue utilizando con caballos o motos enduro.
Otras alternativas de ingreso al valle son por la cumbre de Mala Mala, paralela a la Quebrada de Lules, o por El Matadero, El Lampacito, La Aguada y El Alisal, entre otras. En todos estos pasajes, usados desde hace siglos, existen puestos de residencia permanente y varios cursos de agua.
Había otra, que es la pasada de Los Lugones, una traza que se impulsó desde la época de la gobernación de Lucas Córdoba, desde Fronterita, en Famaillá, y se llegaron a culminar algunos tramos, según se menciona en el libro “Una historia de Tafí del Valle”, publicado en 2011 por Carlos Páez de la Torre (h) y Pedro León Cornet.
En esta obra se consigna que “el inca Garcilaso de la Vega, en sus Comentarios Reales, entre fines del Siglo XVII y principios del XIX, se presentó ante el inca Viracocha un grupo de “embajadores” del reino llamado Tucma, que los españoles llaman Tucman”, quienes habitaban en Tafí, que significa “niebla”.
Otro paso que menciona este libro es por el río Los Planchones, en Raco, a través de Anca Juli.
Desde fines de la década del 30, cuando se retomaron los trabajos para construir la ruta 307, iniciados por la Nación en 1927 y abandonados en 1931, en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Tucumán, ya con la flamante Dirección Provincial de Vialidad en funcionamiento (creada en la gobernación de Miguel Campero, en 1935), se comenzó a barajar la posibilidad de pensar en túneles. Se decía que desde la capital tucumana y la villa de Tafí había 40 kilómetros de distancia en línea recta. Desde San Javier son 30 kms, desde San Pablo 32 y desde la Quebrada de Lules son 29 kms, siempre en línea recta.
La distancia más corta entre la llanura y Tafí se encuentra en el parque La Tortilla, 9 kms al norte del ingenio La Fronterita y 12 kms al noroeste de Famaillá. Este paraje se encuentra en el piedemonte, y está bastante desmontado para cultivo. Desde La Tortilla hasta abra La Angostura, en el ingreso a El Mollar, hay sólo 16 kms.
Para un país desarrollado un túnel de 16 kms es una obra pequeña. Hacer un túnel podría costar entre 10 y 50 millones de dólares por kilómetro, dependiendo de la geografía, la geología y las características y tamaño del paso. Incluso podría ser dual, vial y ferroviario. Por ejemplo, desde la estación del Ferrocarril Belgrano en Bella Vista hasta La Tortilla hay 20 kms, y después 16 kms hasta el Valle de Tafí. Y desde la estación del Belgrano Cargas hasta Bella Vista hay 24 kms. Es decir, desde el centro de la Capital se podría ir en tren hasta Tafí a lo largo por tan sólo 60 kms.
La última mención que se hizo sobre túneles fue durante la gestión de Bernardo Racedo Aragón, como titular del Ente de Turismo, aunque en este caso se hablaba de túneles en la ruta 307, para acortar distancias y sortear cortes, derrumbes y aluviones y abaratar el costoso mantenimiento de esa ruta.























