COMPROMISO. Rubio despejó a Sheinbaum temores sobre una acción militar en tierra mexicana.
Tras su participación en la cumbre del G7, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, rechazó cualquier posibilidad de que Washington envíe fuerzas militares a México para combatir a los cárteles de la droga o implemente acciones unilaterales en territorio mexicano. Aun así, el funcionario volvió a expresar su preocupación por la situación de seguridad en el país vecino, al afirmar que “existen áreas controladas por el narco”.
Consultado por la prensa sobre un posible involucramiento más directo de Estados Unidos, Rubio remarcó que la administración estadounidense está dispuesta a ofrecer “toda la ayuda que necesiten”, siempre bajo solicitud expresa del Gobierno mexicano.
“Obviamente, no quieren que tomemos medidas unilaterales ni que enviemos fuerzas estadunidenses a México, pero podemos ayudarlos con equipo, entrenamiento, intercambio de inteligencia y todo tipo de cosas que podríamos hacer si lo pidieran. Tienen que pedirlo”, señaló.
El jefe de la diplomacia estadounidense destacó también los avances en la cooperación bilateral, especialmente en el combate al flujo de fentanilo. Rubio celebró los “avances increíbles” obtenidos durante los primeros diez meses del año junto a la administración mexicana, aunque reconoció que el narcotráfico es un problema histórico que requiere tiempo para mostrar un “progreso mensurable”. En ese sentido, subrayó: “no tenemos quejas sobre el nivel de cooperación que hemos tenido de México”.
Durante su intervención, el funcionario elevó la categorización de los cárteles al describirlos como “organizaciones terroristas transnacionales”. Explicó que, aunque no persiguen una ideología, sus capacidades -armamento, entrenamiento e inteligencia en algunos casos superiores a las de los Estados-nación- justifican tal definición. “No tienes que ser ideológico para ser terrorista”, sostuvo, alertando sobre el poder desestabilizador que estas redes criminales representan en la región.
Por último, Rubió señaló que la presencia de estas organizaciones constituye “el problema endémico más grave en la región”, al advertir que en diversos territorios de México estos grupos son “más poderosos que las fuerzas del orden locales o incluso las fuerzas nacionales”. Según afirmó, el avance de los cárteles amenaza la “viabilidad y las capacidades de los Estados nación”, lo que representa una seria preocupación para todo el hemisferio occidental.
























