El maíz, con la fecha de siembra encima
Pese a la habitual incertidumbre que cada año embarga al hombre de campo, el productor debe seguir haciendo lo que sabe. En ese sentido, ya analiza qué cultivos encarar en la campaña gruesa. El maíz es clave en la región; sobre todo, en la rotación de cultivos, sistema que conlleva múltiples beneficios. Las poblaciones de chicharritas siguen bajas, pero hay que estar alertas.
Los ciclos agrícolas ganaderos se repiten anualmente. Y las condiciones ambientales y económicas que se dan en los diferentes años hacen que los inicios o finalizaciones de las campañas productivas muestren comportamientos diferentes.
La trilla de los cereales de invierno y del garbanzo en Tucumán y en el NOA está casi finalizada. Se están obteniendo resultados muy variables, debido a que las condiciones climáticas que se presentaron durante las diferentes etapas del cultivo condicionaron en muchas zonas su adecuado crecimiento. Principalmente esto responde a las escasas precipitaciones que se dieron durante las varias etapas del desarrollo de las plantas.
Las lluvias que se vienen dando todavía son muy escasas e irregulares, por lo que la campaña de gruesa -que ya está encima- todavía no comienza, salvo en aquellos campos donde el riego existe o donde se dio alguna lluvia importante. En estos casos, estas situaciones permitieron que el productor arranque con la actual campaña gruesa; en especial, en lo referente a la siembra de maíz semilla.
No resulta redundante afirmar que, en las últimas campañas de grano, el productor viene enfrentando numerosas complicaciones climáticas, que hicieron que muchas veces los números no cierren. Pero a pesar de esto el productor sigue haciendo lo que sabe hacer.
Hoy la situación de los productores vuelve a ser difícil por los motivos comentados. No obstante, el productor ya está pensando en cómo debe afrontar estas problemáticas y mirar el futuro de otra manera, para decidir qué sembrar y cómo hacerlo de la mejor manera posible.
En lo referente a un cultivo que es pilar de la sustentabilidad del sistema productivo de granos en la región NOA, como lo es el maíz, el productor en general ya conoce los efectos negativos que produjo el spiroplasma, que tanto afectó el cultivo hace dos campañas. Principalmente, en la zona tripartita que comparten Tucumán, Catamarca y Santiago del Estero, donde las pérdidas por efecto de la gran presencia de la chicharrita - y del aumento poblacional de este vector- hicieron que lo daños fueron muy severos.
Hoy los interrogantes del productor de granos con respecto a qué hacer con el maíz en el NOA siguen existiendo. Y debido a ello, estimar qué sembrará a partir de que lleguen las fechas óptimas resulta todavía una incógnita.
El productor de granos y el ganadero tienen bien en claro que el cultivo de maíz es primordial. Se trata de un pilar para la producción sustentable en el NOA, a raíz de todos los beneficios que otorga a los suelos; sobre todo, en sistemas de rotación.
Debido a ello, el año pasado la siembra de maíz se realizó nuevamente en menos escala con recomendaciones técnicas muy convincentes de qué hacer y de qué no hacer con el cultivo, lo que permitió que los resultados fueran mejores.
Las recomendaciones difundidas en su momento por el comité “Salvemos al Maíz” fueron tomadas, y siguen vigentes ahora más que nunca.
El productor sabe que la rotación de cultivos presenta ventajas desde diferentes puntos de vista, ya que el solo hecho de incorporar otros cultivos le permite diversificar riesgos productivos y económicos.
Los beneficios agronómicos, en general, son más importantes todavía, debido a las mejoras en la fertilidad física y química de los suelos, a la provisión de una adecuada cobertura de rastrojos y a la disminución de plagas, de enfermedades y de malezas, entre otros.
Hoy los productores tucumanos y del NOA saben de las virtudes de rotar cultivos de manera correcta. Apoyada con prácticas agrícolas adecuadas, permite una mayor estabilidad de producción, un aumento de la capacidad productiva del suelo y el consecuente aumento de la rentabilidad en el sistema agrícola como un todo.
Las lluvias
La fecha de siembra de los cultivos de granos gruesos está encima. Resta que las lluvias aparezcan con mayor intensidad y frecuencia para que la siembra de soja inicie y, luego, continúe la de maíz, algo que es una constante en la región.
Por suerte los relevamientos que se llevan a cabo acerca de la actividad de la chicharrita en el NOA, mediante la Red Nacional de Monitoreo, todavía dan valores poblacionales bajos. Pero siempre hay que tener en cuenta que el vector está presente.
La gran disminución poblacional que se dio durante el invierno y durante parte de la primavera en la cual nos encontramos es una buena noticia. Pero con las lluvias que se dieron empezaron a aparecer los maíces “guachos o espontáneos”, que resultan un peligro, debido a que la chicharrita puede colonizarlos y multiplicarse de manera exponencial.
A raíz de ello, el productor que quiere y debe hacer su maíz tiene que tomar los recaudos necesarios para controlar los “guachos” y evitar que la chicharrita prospere.
El cultivo de maíz es fundamental para la región y el productor lo sabe, por lo que seguramente quiere mantener un nivel de rotación de cultivos que permita mantener los beneficios que genera en la sustentabilidad de un sistema productivo como el de granos. Para ello, hacer bien los deberes resulta primordial.





















