ÚLTIMO CAMPEÓN. Huirapuca ganó la edición 2024 del Seven de Aguilares; ahora buscará repetir el hito en Aguará Guazú.
El rugby de verano comienza a tomar color en el sur tucumano. El sábado, desde las 9.30, el club Aguará Guazú será anfitrión de una nueva edición del Seven de Aguilares, un clásico que crece año tras año y que, pese a las dificultades de calendario, espera reunir a cientos de jugadores y más de 1000 de espectadores para una jornada que combinará deporte, música y fiesta.
Gustavo Drube, presidente de Aguará Guazú, reconoce que la organización llegó con el tiempo justo. “Estamos en una situación de mucho trabajo. Un 29 de noviembre es muy tarde para poder gestionar un seven, porque la Unión de Rugby de Tucumán terminó su calendario hace apenas unas semanas y la gente está cansada”, explica. Aun así, el entusiasmo pudo más: llegarán equipos de Córdoba, Catamarca, además de los habituales protagonistas del ámbito local. “Esta vez no fallaron las selecciones porque tienen el Seven de la República. Pero vienen Universitario, Huirapuca y varios equipos que quieren pasar un gran momento con nosotros”, dice.
A pesar de algunas bajas de último momento, el seven contará con 14 equipos divididos en dos zonas: una de Primera División y otra de Desarrollo, tal como lo establece el formato del circuito oficial. “Es el resultado de un trabajo que empieza meses antes, invitando y pidiendo formalmente a la Unión de Rugby de Tucumán el día para organizar el seven”, describe Drube. Este año, Aguará Guazú debió adecuarse al calendario porque las fechas disponibles ya habían sido ocupadas por Liceo y Jockey Club de Yerba Buena, organizadores de las etapas previas.
Como ya es tradición, la jornada deportiva se extenderá hasta la noche, cuando comenzará una fiesta que se ha convertido en uno de los rasgos distintivos del evento. “Después de los partidos tenemos pantalla gigante, conjuntos musicales, DJ, espectáculos. El año pasado tuvimos entre 1.200 y 1.400 personas, y para este año creemos que rondaremos entre 1.500 y 1.700, si el clima acompaña”, anticipa Drube.
El calor será un factor determinante. Aguilares se prepara para un sábado de temperaturas intensas, lo que obligará a adaptar los horarios de juego. Aunque Aguará Guazú cuenta con iluminación artificial, un desperfecto reciente condiciona la posibilidad de disputar semifinales y finales íntegramente de noche. “Estamos tratando de solucionarlo, pero si no se puede, esas instancias se jugarán a partir de las 18, en la tardecita”, explica el presidente.
Con un calendario ajustado, equipos confirmados y un clima festivo que ya forma parte de su identidad, el Seven de Aguilares vuelve a posicionarse como uno de los grandes atractivos del verano rugbier tucumano. Aguará Guazú, fiel a su espíritu, apuesta una vez más por un evento gratuito, abierto y con un fuerte sentido comunitario. Y todo indica que, un año más, el sur volverá a vibrar con el seven.






















