Los hijos pueden desarrollar un tipo de personalidad complasiva para satisfacer a sus madres.
La figura materna es uno de los roles más importantes en la vida de una persona. Su presencia puede condicionar tanto la personalidad como el modo de pensar y de comportarse. Los valores y actitudes pueden traspasarse de generación en generación. En cualquier caso, el comportamiento materno afecta directamente la forma en que se conforman las personas a medida que crecen.
Las madres controladoras, críticas en exceso e invasivas representan un perfil que se repite en muchas familias. Aunque muchos hijos e hijas terminan por ser conscientes del comportamiento al que están sometidos desde jóvenes, muchos otros lo padecen en silencio, sin reconocer que se trata de una situación en la que es necesario aprender a marcar los límites.
Cómo identificar a una madre narcisista
Es altamente probable que las personas con madres narcisistas hayan reconocido algunas rispideces en el vínculo que entorpece la relación. Como la mayoría de los hijos de personas narcisistas, puede que se repita el planteo de si estás exagerando o estás viendo problemas donde no los hay. El carácter crítico de una madre muchas veces es camuflado bajo una necesidad de proteger.
Si una madre constantemente da consejos u opiniones que no fueron solicitados y, sobre todo, si se niega a cambiar ese comportamiento, puede que estés ante una madre narcisista. Incluso en la adultez de los hijos, una persona con este perfil se niega a reconocer sus equivocaciones y a disculparse. Hay una imposibilidad para reconocer los errores.
El síndrome de la buena hija
La psicoterapeuta Katherine Fabrizio sostiene que las hijas e hijos que crecen bajo la vigilancia de una madre narcisista suelen repetir un patrón característico: nunca se sienten suficientes, sienten culpa, son personas inseguras y reciben mensajes ambivalentes. También comparten la necesidad o la sensación de responsabilidad ante una madre cuyo bienestar depende de sus hijos.
También se reconoce un patrón en el accionar de las personas con síndrome de buna hija. Está marcado por una madre con críticas que exceden los límites. Pero para esta situación siempre hay un buen receptor del otro lado, es decir, un hijo o hija que se siente responsable de proporcionarle a su madre lo que necesita para estar bien, incluso si eso implica dejarla ir más allá de los límites.
La falta de cuestionamiento o de enfrentamiento a la madre narcisista genera un sinfín de rencores y hartazgo. Una persona sometida a este trato puede llegar a explotar, pero habitualmente esa explosión no sucede delante de las madres, sino en un desahogo en otro entorno. Pero luego aparece la culpa y nuevamente la necesidad de complacer a la madre.























