Cierre de año y finanzas personales: ¿Qué hacemos con el medio aguinaldo?

El uso del ingreso extra puede tener varios destinos: según cómo ajuste el zapato, si se puede atesorar o programar las vacaciones.

UNA DECISIÓN FAMILIAR. Saldar deudas con el aguinaldo puede implicar iniciar, con tranquilidad, el nuevo año. UNA DECISIÓN FAMILIAR. Saldar deudas con el aguinaldo puede implicar iniciar, con tranquilidad, el nuevo año.

Diciembre llega con pan dulce, balances del año y, para muchos, la alegría de un aguinaldo en la cuenta. Y como todo ingreso extraordinario, viene acompañado de una pregunta existencial: ¿me doy un gusto, invierto o salgo corriendo... a pagar lo que debo?, indica Florencia Linares, economista de Amauta Inversiones.

Inmediatamente, la experta lanza el siguiente spoiler: si tenés deudas, no hay dilema. La prioridad está clarísima.

Primero, advierte, lo urgente: saldar deudas (porque la realidad se impone)

No es paranoia financiera, es pura necesidad. Un informe reciente del Banco Central de la República Argentina (BCRA) muestra un panorama preocupante: hoy en promedio, cada cliente debe $ 5,6 millones, sumando deudas bancarias y créditos con prestadores no bancarios como billeteras, tarjetas y comercios. Eso representa un salto del 75% en un año, y más de 6,2 millones de personas ya tienen obligaciones en ambos circuitos.

La morosidad de las familias se casi triplicó en los últimos 12 meses: pasó del 2,6% al 7,3% entre septiembre de 2024 y septiembre de 2025. Es un salto que no se explica por un solo factor, sino por la convergencia de varios, considera la asesora financiera:

• Aceleración de la tasa de interés real, que encareció las financiaciones preexistentes y desincentivó la renovación de líneas de crédito blandas.

• Caída del empleo formal privado, lo que redujo la previsibilidad de ingresos en muchos hogares.

• Expansión del crédito no bancario (billeteras, fintechs, comercios), donde los controles son más laxos y las tasas, mucho más agresivas.

• Contexto económico preelectoral con tensiones e incertidumbre, que deterioró la confianza y la planificación financiera en los hogares.

El propio BCRA lo resume con claridad: el aumento de tasas y la menor capacidad de pago de las familias fueron los principales motores del deterioro. “Y si bien hoy se proyecta una relajación progresiva de tasas para reactivar la economía, seguimos en niveles muy altos que hacen costoso todo tipo de financiamiento”, puntualiza.

En este contexto, Linares considera que usar el aguinaldo para saldar deudas no es una decisión conservadora, sino una estrategia inteligente. Es una inversión con retorno inmediato en tranquilidad, orden y previsibilidad.

¿Y si estoy al día?

Es el escenario ideal para pensar en invertir. “Si ya tenes tus cuentas ordenadas, destinar el aguinaldo a una inversión puede ser un paso inteligente. Pero antes de elegir instrumentos, hay una pregunta que no puede faltar: ¿qué tipo de inversor sos?”, interroga.

Porque no todos buscamos lo mismo. No todos toleramos lo mismo. Y no todos tenemos los mismos tiempos. “El mercado, cuando se lo aborda con planificación, ofrece opciones para cada perfil: desde estrategias conservadoras de corto plazo hasta alternativas más sofisticadas con mirada de largo plazo”, define.

Para ubicarte mejor, hay tres ideas simples que siempre conviene tener claras, detalla la economista:

• Objetivo: ¿para qué vas a invertir?

• Riesgo: ¿cuánta volatilidad estás dispuesto a tolerar sin salir corriendo?

• Horizonte: ¿cuándo vas a necesitar ese dinero?

Estas variables son las que terminan definiendo tu estrategia. Y si recién estás dando tus primeros pasos, la recomendación es clara: empezar de menos a más. Solo cuando te sumergís en el mercado -con sus lógicas, sus tiempos y también sus emociones- descubrís de verdad cómo reaccionás como inversor.

Estrategias posibles

La clave, en cualquier escenario, es la diversificación. No poner todos los huevos en la misma canasta sigue siendo el principio básico para mitigar riesgos.

Corto plazo, estrategia mixta para navegar los próximos meses

En el contexto actual, tanto inversores individuales como empresas -especialmente en la gestión del capital de trabajo- enfrentan un escenario que exige equilibrio: liquidez, cobertura y rentabilidad.

La baja gradual de tasas promovida por el BCRA, sumada a una inflación que en el corto plazo difícilmente rompa el piso del 2 % mensual, abre espacio para una estrategia mixta en pesos. En este esquema, se destacan tres pilares:

• Fijar tasa vía LECAP. Letras del Tesoro ofrecen rendimientos que en algunos casos superan el 32 %, con riesgo acotado y vencimientos breves. Son instrumentos útiles para capturar tasas aún atractivas y asegurar rendimientos nominales en un entorno de compresión.

• Aprovechar el ajuste por inflación. Los bonos CER de corto plazo siguen siendo relevantes. Si bien la curva se comprimió recientemente, en un contexto donde la inflación difícilmente baje del 2 %, aún pueden ofrecer un premio interesante en términos reales.

• Fondos T+1 para liquidez con eficiencia. Algunos fondos que combinan tasa fija y CER (inflación) están rindiendo cerca del 35% anual. Eso sí: no todos son iguales. Algunos son verdaderos portafolios bien gestionados; otros, una “bolsa de gatos” que no sabés bien qué tienen adentro hasta que es tarde. Por eso, elegir el fondo adecuado no es un detalle menor: debe calzar con tus necesidades de plazo, riesgo y contexto.

Mediano a largo plazo: cuando la ambición exige tolerancia al riesgo (pero con método). Si estás dispuesto a bancarte algo más de volatilidad para buscar mejores retornos, entonces tiene sentido mirar activos con un horizonte más largo. Eso sí: incluso en este terreno, la palabra clave sigue siendo diversificación. No hay atajos mágicos, pero sí caminos razonables.

• Obligaciones Negociables (ON) en dólares - la apuesta hard-dólar. En noviembre de 2025 las ON en dólares tuvieron un boom de emisiones (tanto empresas como provincias salieron a la cancha) y hoy ofrecen rendimientos atractivos para el estándar argentino. Pero más allá de la tasa (que ronda el 7%–8% anual en dólares para emisores de buena calidad crediticia), hay un plus importante: te dan flujo. Al pagar intereses semestrales, te permiten tener ingresos periódicos en moneda dura para rearmar posiciones, aprovechar oportunidades del mercado o simplemente darle oxígeno a la cartera sin tener que vender en un mal momento. Son una forma prolija de dolarizarte, con un retorno interesante y con “caja” que te da margen para decidir mejor.

• Acciones locales y CEDEAR. Si tolerás más volatilidad a cambio de potencial de crecimiento, podés sumar acciones locales o CEDEARs. Estos últimos te dejan invertir en empresas globales desde tu cuenta en pesos, diversificando por sectores, países y monedas. Es una manera simple de agregar motor de crecimiento al portafolio sin salir del mercado local.

Dato: El Merval está hoy cerca de 23% por debajo de su máximo histórico de enero de 2025.

Combinación Inteligente: el punto no es elegir “la mejor” alternativa, sino armar un mix que tenga sentido para vos: algo de renta fija dolarizada (ON), algo de renta variable (acciones/CEDEAR) y una dosis saludable de realismo. El objetivo no es pegar el trade del siglo, sino construir una cartera que atraviese las curvas del camino sin dejarte sin aire… ni sin ganas, finaliza Linares.

¿Deudas, ahorro o inversión?

El contexto económico.- Los trabajadores en relación de dependencia esperan el ansiado aguinaldo, pero en esta época del año siempre surgen los interrogantes: ¿cómo enfrentar estos últimos días del año desde lo económico?, ¿qué resulta más conveniente en términos de decisiones económicas?, ¿vender los dólares, renovar el plazo fijo, ¿qué hacer con el aguinaldo?, ¿cómo hacer con los gastos propios de las fiestas? Y otras preguntas similares que ante fin de año y el arranque del próximo surgen en el ámbito de las finanzas personales.

Realidades diferentes.- Si bien, no existen recetas generales, cada realidad personal es diferente objetiva y subjetivamente, lo que debe primar es la cautela, advierte el economista Eduardo Robinson. No tomar decisiones apresuradas sin analizar las posibles consecuencias. Por ejemplo, las personas que podrán percibir el aguinaldo y algún compensatorio que tanto el sector privado como el público suelen otorgar, es decir, tendrán un ingreso extra, la pregunta es: ¿consumir, realizar compras postergadas, pensar en regalos o invertir en mejoras domésticas? Cancelar deudas, como saldar la tarjeta de crédito, puede ser una opción inteligente, ya que permite iniciar el próximo año con menos cargas financieras y evitar el pago de intereses acumulados.

El que mira el consumo .- Robinson sugiere que se evite convalidar lo que puedan considerar incrementos excesivos de precios. Ante la mayor cantidad de dinero circulante por estos días, muchos comercios aprovechan para subir injustificadamente los precios. Esperar, si es posible, dado que es probable que en los próximos meses haya más disponibilidad de crédito, lo que favorecería decisiones de compra más ventajosas.

El que tiene margen para el ahorro.- Si se decide destinar el ingreso extra al ahorro, es fundamental analizar el plazo de la colocación: un plazo fijo renovable a 30 días, la compra de dólares esperando una suba o la adquisición de cuotas de Fondos Comunes de Inversión, que ofrecen distintos perfiles de riesgo. Cada decisión implica ponderar las consecuencias: el consumo financiado con deuda implica empezar el año en rojo; el ahorro supone asumir el riesgo de la evolución de tasas o del dólar; la cancelación de deudas brinda alivio financiero y mayor capacidad de consumo futura, detalla Robinson.

Los que están en la informalidad.- Aquellas personas que trabajan en la informalidad o que desempeñan sus actividades por cuenta propia, al ser probable que la economía repunte en los próximos meses y la mayor dinámica comercial de las próximas semanas, tienen mayores chances de que puedan contar con ingresos extras, indica el consultor. Por ello, las recomendaciones generales sobre el destino de los ingresos extra también son aplicables a quienes no reciben el medio aguinaldo por ley. “Si bien existen sugerencias generales, cada persona conoce mejor su propia realidad y debe tomar decisiones acordes a sus necesidades y posibilidades. Sin embargo, la cautela y el análisis responsable deben guiar el manejo de los ingresos y gastos en este cierre de año y el inicio del próximo”, expresa Robinson.

Comentarios