El ex oficial de Policía fue a Tribunales exclusivamente para hablar con los periodistas y relatar su versión de los hechos.
- ¿Por qué está tan convencido de esta hipótesis?
- Para salvar mi nombre hice mi propia investigación. Encontré varios puntos oscuros que no fueron tenidos en cuenta por el fiscal Guillermo Herrera.
- ¿Qué descubrió?
- Varias cosas. Por ejemplo, que el arma de Aráoz nunca apareció. Era una 9 milímetros, del mismo calibre que la que utilizaron para acribillarlo. Tampoco se investigó el uso de dos celulares que estaban a nombre del Poder Judicial y que el magistrado utilizaba.
- ¿Con qué elemento cuenta para involucrar al hijo de la víctima?
- Desde el momento que llegó a la casa de su padre, siempre mostró una actitud protectora hacia Gómez, a pesar de que, según él, no la conocía. Además, tampoco lo sometieron a un dermotest para confirmar o descartar que él hubiera utilizado un arma.
- ¿Por qué cree que no se investigó esa teoría?
- Porque todo está corrompido. Hay interés en hacer quedar mal a la Policía y lograr un millonario beneficio en un juicio contra el Estado.
- Es llamativo que la acusación la realice un imputado...
- Lo único que pretendo es que se sepa la verdad y que no se siga ensuciando mi nombre de manera gratuita. Lo mismo pretendo con Pérez, que no tiene nada que ver en este caso.
- ¿Y Gómez?
- Ella fue la autora. Es fundamental que rompa el silencio. Que declare y que cuente todo.