26 Marzo 2011
MUNDO VIRTUAL. Los acusados tenían cuentan en Facebook y creyeron que borrándolas no se conocerían sus datos. LA GACETA / ARCHIVO
Los presuntos asesinos de Pablo Aiziczon no sólo dejaron rastros en la escena del crimen. También en el inagotable mundo de internet. Aunque la pareja que supuestamente está vinculada con el asesinato habría desactivado sus cuentas de Facebook, los expertos obtuvieron una fotografía del sospechoso que estaba en los registros de la red social virtual. Esa imagen, afirman los investigadores, es un elemento más en la ardua tarea por dar con los homicidas.
Los expertos de la Policía comenzaron a trabajar en la web desde el martes, cuando se denunció la desaparición del profesor de gimnasia.
Esa jornada, cuando altos funcionarios se reunieron para hacer un análisis de la situación, ya tenían en su poder un informe con varios movimientos que había realizado la víctima en internet. "Se actuó rapidísimo", indicaron.
De todas formas, aquel primer relevamiento no arrojó demasiados datos importantes.
Sí lo que los especialistas realizaron en las últimas horas.
Nombres en la web
El nombre de Claudia llegó a oídos de los investigadores gracias a Fernando Aiziczon, hermano de Pablo. Él fue quien el martes, preocupado por la desaparición, consiguió que desde una empresa de telefonía celular le dieran los últimos números con los que se había contactado el profesor de tenis. Uno de esos teléfonos fue atendido por una mujer que se identificó como Claudia. Cuando Fernando dijo que estaba buscando a su hermano, ella cortó la llamada y apagó el aparato. Esa línea, según fuentes policiales, estaba a nombre de un tal Jorge Luis Borges.
Los investigadores no revelaron con precisión cómo obtuvieron más datos sobre los sospechosos. Al parecer, un amigo de Aiziczon les habría revelado que conocía a esa tal Claudia e hizo su aporte. Con esos elementos, los expertos de la fuerza comenzaron a bucear en la web. Y, según fuentes cercanas a la pesquisa, encontraron dos perfiles en Facebook que los hizo gritar "eureka".
De todas maneras, las cuentas prácticamente habían sido desmanteladas y los usuarios se dieron de baja.
Aún así, los especialistas buscaron en internet hasta que encontraron una foto que había quedado registrada en algún sitio web. Esa imagen, aseguran, sería la del posible asesino.
Al contrario de lo que ocurre en otros casos, los investigadores no irradiaron una circular con la fotografía para que todos los policías la vieran. Quieren resguardar bajo llave ese indicio porque consideran que, si van por este camino, podría convertirse en una pista clave para dar con la pareja homicida.
Los expertos de la Policía comenzaron a trabajar en la web desde el martes, cuando se denunció la desaparición del profesor de gimnasia.
Esa jornada, cuando altos funcionarios se reunieron para hacer un análisis de la situación, ya tenían en su poder un informe con varios movimientos que había realizado la víctima en internet. "Se actuó rapidísimo", indicaron.
De todas formas, aquel primer relevamiento no arrojó demasiados datos importantes.
Sí lo que los especialistas realizaron en las últimas horas.
Nombres en la web
El nombre de Claudia llegó a oídos de los investigadores gracias a Fernando Aiziczon, hermano de Pablo. Él fue quien el martes, preocupado por la desaparición, consiguió que desde una empresa de telefonía celular le dieran los últimos números con los que se había contactado el profesor de tenis. Uno de esos teléfonos fue atendido por una mujer que se identificó como Claudia. Cuando Fernando dijo que estaba buscando a su hermano, ella cortó la llamada y apagó el aparato. Esa línea, según fuentes policiales, estaba a nombre de un tal Jorge Luis Borges.
Los investigadores no revelaron con precisión cómo obtuvieron más datos sobre los sospechosos. Al parecer, un amigo de Aiziczon les habría revelado que conocía a esa tal Claudia e hizo su aporte. Con esos elementos, los expertos de la fuerza comenzaron a bucear en la web. Y, según fuentes cercanas a la pesquisa, encontraron dos perfiles en Facebook que los hizo gritar "eureka".
De todas maneras, las cuentas prácticamente habían sido desmanteladas y los usuarios se dieron de baja.
Aún así, los especialistas buscaron en internet hasta que encontraron una foto que había quedado registrada en algún sitio web. Esa imagen, aseguran, sería la del posible asesino.
Al contrario de lo que ocurre en otros casos, los investigadores no irradiaron una circular con la fotografía para que todos los policías la vieran. Quieren resguardar bajo llave ese indicio porque consideran que, si van por este camino, podría convertirse en una pista clave para dar con la pareja homicida.
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