18 Abril 2011
POSTAL DEL DESASTRE. En Carolina del Norte, los tornados causaron daños por cifras que son millonarias. REUTERS
RALEIGTH.- Más de 100 tornados se produjeron como consecuencia de una fuerte tormenta que se formó el jueves y afectó hasta ayer a los Estados sureños de Oklahoma, Texas, Arkansas, Mississippi, Alabama, Carolina del Norte y Kansas. El saldo del fenómeno fue: techos arrancados, árboles derribados, barrios enteros devastados y al menos 44 muertos.
La tormenta se dirigió ayer hacia el este, a una región llamada "el pasillo de los tornados" por la frecuencia en que se producen este tipo de fenómenos. La intensidad de la tormenta disminuía hacia la noche, luego de haber llegado a las costas del Atlántico. Los tornados dejaron a su paso unos 44 muertos en seis estados, especialmente en Carolina del Norte, según datos proporcionados por las autoridades. En este Estado murieron 23 personas y 80 fueron hospitalizados.
Carolina del Norte fue fuertemente azotada por los tornados del sábado, indicó Patty McQuillan, portavoz de los servicios de emergencia de ese Estado, donde se declaró el estado de emergencia. "Es la peor tormenta desde 1984; más de 84.000 personas se quedaron sin electricidad. Seguramente pasarán varios días antes de que podamos restablecer la corriente", agregó.
La tremenda tormenta tumbó árboles, derribó postes eléctricos, arrancó techos de las casas y arrojó tractores y vehículos por los aires y también en las rutas de Carolina del Norte. "Es como si una bomba hubiera explotado en el jardín", señaló a la cadena ABC un habitante de Raleigh, la capital del Estado, que cuenta con más de 350.000 habitantes.
En la pequeña ciudad de Dunn, los tornados aplastaron sobre la ruta un enorme camión y en ciertos barrios, los habitantes deambulaban aturdidos en medio de las ruinas de sus viviendas.
"No queda nada de mi casa, todo está destruido, roto. Y mi perro está muerto", señaló entre sollozos una mujer a la cadena CBS.
"La situación es grave. Hay un gran número de casas y de comercios destruidos y muchas víctimas", apuntó a la cadena ABC Mike Sprayberry, director adjunto de los servicios de emergencia de Carolina del Norte.
"El viernes nos advirtieron que las condiciones meteorológicas iban a deteriorarse. Pero nunca se sabe hasta qué punto la situación será grave", agregó. "En 1980 padecimos algo similar. Cuando hay muertos y destrucción, intentamos ser solidarios, trabajar juntos para superar la crisis", aseguró. (AFP)
La tormenta se dirigió ayer hacia el este, a una región llamada "el pasillo de los tornados" por la frecuencia en que se producen este tipo de fenómenos. La intensidad de la tormenta disminuía hacia la noche, luego de haber llegado a las costas del Atlántico. Los tornados dejaron a su paso unos 44 muertos en seis estados, especialmente en Carolina del Norte, según datos proporcionados por las autoridades. En este Estado murieron 23 personas y 80 fueron hospitalizados.
Carolina del Norte fue fuertemente azotada por los tornados del sábado, indicó Patty McQuillan, portavoz de los servicios de emergencia de ese Estado, donde se declaró el estado de emergencia. "Es la peor tormenta desde 1984; más de 84.000 personas se quedaron sin electricidad. Seguramente pasarán varios días antes de que podamos restablecer la corriente", agregó.
La tremenda tormenta tumbó árboles, derribó postes eléctricos, arrancó techos de las casas y arrojó tractores y vehículos por los aires y también en las rutas de Carolina del Norte. "Es como si una bomba hubiera explotado en el jardín", señaló a la cadena ABC un habitante de Raleigh, la capital del Estado, que cuenta con más de 350.000 habitantes.
En la pequeña ciudad de Dunn, los tornados aplastaron sobre la ruta un enorme camión y en ciertos barrios, los habitantes deambulaban aturdidos en medio de las ruinas de sus viviendas.
"No queda nada de mi casa, todo está destruido, roto. Y mi perro está muerto", señaló entre sollozos una mujer a la cadena CBS.
"La situación es grave. Hay un gran número de casas y de comercios destruidos y muchas víctimas", apuntó a la cadena ABC Mike Sprayberry, director adjunto de los servicios de emergencia de Carolina del Norte.
"El viernes nos advirtieron que las condiciones meteorológicas iban a deteriorarse. Pero nunca se sabe hasta qué punto la situación será grave", agregó. "En 1980 padecimos algo similar. Cuando hay muertos y destrucción, intentamos ser solidarios, trabajar juntos para superar la crisis", aseguró. (AFP)
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