26 Julio 2011
Las botas
El calor del escape, el esfuerzo muscular al hacer los cambios, las piedras del camino... Estos son sólo algunos de los riesgos a los que se exponen los pies de los motociclistas. Por eso, un buen par de botas es ideal tanto para aquellos que se disponen a viajar por la ruta como para los que prefieren internarse por zonas donde no hay camino. Al elegir el par de botas, se debe tener en cuenta algunas características: la puntera metálica es fundamental para evitar las lesiones por los golpes que se puedan producir por elementos del camino. También es importante fijarse que cuenten con escudo anticalor (si es de cuero, mejor) y que posean protección para los tobillos.
Camperas con protección interna
No hay que caer en el error de pensar que la campera sólo debe aislar al motociclista del frío. Todo lo contrario. Una prenda de calidad debe venir equipada con sistemas de protección para proteger el cuerpo en el caso de que se produzca un accidente. Al momento de comprarla hay que verificar que las protecciones de los hombros y de los codos estén homologadas. Además, si es posible, se debe tratar de adquirir una prenda que, además de un buen acolchado en la zona de la espalda, posea protección rígida en los hombros. Es necesario que sea impermeable y que cuente con inserciones reflectantes (brillarán al ser iluminadas durante la noche por las luces de los vehículos y brindarán más seguridad al motociclista).
Parabrisas
El parabrisas cumple una función fundamental al momento de realizar un viaje en moto: desvía el viento antes de que impacte contra nuestro cuerpo. De esa manera, permite reducir el cansancio y la travesía se hace mucho más cómoda. Eso sí: debe ser el adecuado para cada modelo. Porque no sólo hay que pensar en el aspecto estético, sino en la funcionalidad. Por ejemplo, lo ideal es que uno pueda ver por encima del parabrisas, porque si el viaje se realiza durante un día lluvioso o por un terreno barroso, es probable que se vuelva difícil observar el camino a través del vidrio. Por esa razón, al momento de elegir el modelo hay que tener en cuenta el modelo de la moto, su tamaño y el del conductor.
Alforjas, baúles y bolsos
Si se planifica un viaje largo, las alforjas son fundamentales: en ellas se guardará la ropa y otros objetos que son necesarios para la travesía. Lo ideal es buscar algún modelo universal (que se pueda utilizar con cualquier modelo de rodado), que posean bandas reflectantes y, en lo posible, que incluyan una bolsa antilluvia para protegerlas del agua. El baúl sirve para guardar el casco. De todos modos, según su capacidad, pueden entrar otros objetos. Si es necesario, también se puede equipar la moto con bolsos sobredepósito. Alguno de estos elementos, que se colocan encima del tanque de combustible también pueden ser utilizados como mochila. Al igual que con las alforjas, lo ideal es que posean protección para la lluvia.
Cubre carter
No hay dudas de que, al momento de la partida, el objetivo es llegar a la meta y disfrutar del viaje con la menor cantidad de inconvenientes posibles. Una buena estrategia para lograrlo es colocarle a la moto un cubre carter antes de emprender la travesía. Se trata de un chapón que se fabrica, generalmente, con aluminio y que protege el motor de las piedras que pueda despedir la rueda delantera o de otros obstáculos que aparezcan en el camino. Al ser liviano, no incrementa demasiado el consumo de combustible. Es muy recomendable para aquellos que viajan a altas velocidades y para los que hacen off road o enduro. Ojo: no sólo hay que fijarse en el aspecto estético, sino también en que el equipo sea el adecuado para la moto que uno tenga.
Cascos modulares
Si uno cuenta con un modular ya no hay excusa para no usar el casco. Se trata de la vedette de este tipo de protecciones: la sección delantera se levanta y se convierte en un casco abierto, poseen protector cervical, varios sistemas de ventilación y un visor interno tonalizado que se puede utilizar con la parte delantera levantada o no, entre otros detalles. Muchos son desarrollados en túneles de viento para reducir la carga aerodinámica. Al comprar un casco se debe comprobar que esté homologado por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). El equipo debe llevar una etiqueta que indique: certificado de Homologación de Autopartes, certificado del INTI, certificado de higiene, Poliestireno expandido y país de procedencia.
El calor del escape, el esfuerzo muscular al hacer los cambios, las piedras del camino... Estos son sólo algunos de los riesgos a los que se exponen los pies de los motociclistas. Por eso, un buen par de botas es ideal tanto para aquellos que se disponen a viajar por la ruta como para los que prefieren internarse por zonas donde no hay camino. Al elegir el par de botas, se debe tener en cuenta algunas características: la puntera metálica es fundamental para evitar las lesiones por los golpes que se puedan producir por elementos del camino. También es importante fijarse que cuenten con escudo anticalor (si es de cuero, mejor) y que posean protección para los tobillos.
Camperas con protección interna
No hay que caer en el error de pensar que la campera sólo debe aislar al motociclista del frío. Todo lo contrario. Una prenda de calidad debe venir equipada con sistemas de protección para proteger el cuerpo en el caso de que se produzca un accidente. Al momento de comprarla hay que verificar que las protecciones de los hombros y de los codos estén homologadas. Además, si es posible, se debe tratar de adquirir una prenda que, además de un buen acolchado en la zona de la espalda, posea protección rígida en los hombros. Es necesario que sea impermeable y que cuente con inserciones reflectantes (brillarán al ser iluminadas durante la noche por las luces de los vehículos y brindarán más seguridad al motociclista).
Parabrisas
El parabrisas cumple una función fundamental al momento de realizar un viaje en moto: desvía el viento antes de que impacte contra nuestro cuerpo. De esa manera, permite reducir el cansancio y la travesía se hace mucho más cómoda. Eso sí: debe ser el adecuado para cada modelo. Porque no sólo hay que pensar en el aspecto estético, sino en la funcionalidad. Por ejemplo, lo ideal es que uno pueda ver por encima del parabrisas, porque si el viaje se realiza durante un día lluvioso o por un terreno barroso, es probable que se vuelva difícil observar el camino a través del vidrio. Por esa razón, al momento de elegir el modelo hay que tener en cuenta el modelo de la moto, su tamaño y el del conductor.
Alforjas, baúles y bolsos
Si se planifica un viaje largo, las alforjas son fundamentales: en ellas se guardará la ropa y otros objetos que son necesarios para la travesía. Lo ideal es buscar algún modelo universal (que se pueda utilizar con cualquier modelo de rodado), que posean bandas reflectantes y, en lo posible, que incluyan una bolsa antilluvia para protegerlas del agua. El baúl sirve para guardar el casco. De todos modos, según su capacidad, pueden entrar otros objetos. Si es necesario, también se puede equipar la moto con bolsos sobredepósito. Alguno de estos elementos, que se colocan encima del tanque de combustible también pueden ser utilizados como mochila. Al igual que con las alforjas, lo ideal es que posean protección para la lluvia.
Cubre carter
No hay dudas de que, al momento de la partida, el objetivo es llegar a la meta y disfrutar del viaje con la menor cantidad de inconvenientes posibles. Una buena estrategia para lograrlo es colocarle a la moto un cubre carter antes de emprender la travesía. Se trata de un chapón que se fabrica, generalmente, con aluminio y que protege el motor de las piedras que pueda despedir la rueda delantera o de otros obstáculos que aparezcan en el camino. Al ser liviano, no incrementa demasiado el consumo de combustible. Es muy recomendable para aquellos que viajan a altas velocidades y para los que hacen off road o enduro. Ojo: no sólo hay que fijarse en el aspecto estético, sino también en que el equipo sea el adecuado para la moto que uno tenga.
Cascos modulares
Si uno cuenta con un modular ya no hay excusa para no usar el casco. Se trata de la vedette de este tipo de protecciones: la sección delantera se levanta y se convierte en un casco abierto, poseen protector cervical, varios sistemas de ventilación y un visor interno tonalizado que se puede utilizar con la parte delantera levantada o no, entre otros detalles. Muchos son desarrollados en túneles de viento para reducir la carga aerodinámica. Al comprar un casco se debe comprobar que esté homologado por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). El equipo debe llevar una etiqueta que indique: certificado de Homologación de Autopartes, certificado del INTI, certificado de higiene, Poliestireno expandido y país de procedencia.