El pintor Zola Sánchez

Hoy hubiera cumplido los 100 años de edad.

ZOLA SÁNCHEZ. El pintor, fotografiado por LA GACETA cuatro años antes de su muerte, ante uno de sus trabajos. LA GACETA / ARCHIVO ZOLA SÁNCHEZ. El pintor, fotografiado por LA GACETA cuatro años antes de su muerte, ante uno de sus trabajos. LA GACETA / ARCHIVO
Hoy hubiera cumplido un siglo el pintor Zola Sánchez. Nació el 13 de octubre de 1911, hijo de don Francisco Sánchez Mella, un conocido fotógrafo de Tucumán, y de doña Agustina Ferrán. Empezó a dibujar y pintar desde la adolescencia. Su especialidad eran los paisajes. Le encantaban nuestros bosques y montañas "y buscó traducir, en las gamas cálidas y las composiciones fervientes, sus jóvenes anhelos de expresión".

Alrededor de 1940 ya había adquirido nombradía, en ese brillante conjunto de plásticos donde formaban, por ejemplo, José Nieto Palacios, Luis Lobo de la Vega, Edmundo González del Real, Timoteo Navarro, Ángel Dato. Su obra obtuvo varias distinciones: el primer premio de la Sociedad de Pintores, en 1944; el segundo de la Comisión Nacional de Cultura, en 1947; el Premio "Banco Provincia" en el Salón Provincial de 1949; el segundo y el primer premio de "El Cardón", en 1959 y 1960, entre otros. Expuso muchas veces, solo o en grupo, tanto en Tucumán como en otros puntos del país, y su obra está representada en muchos museos.

Su taller era famoso por la hospitalidad que desplegaba Zola Sánchez, un hombre comprensivo y de buen humor, excelente amigo. A su casa concurrían los artistas, tanto para pintar -como Nieto Palacios- como para recibir apoyo y aliento. Falleció el 17 de setiembre de 1968. La gran necrología que -sin firma- redactó el crítico Ramón Alberto Pérez para LA GACETA, destacó que Zola Sánchez no quiso asimilarse a otras corrientes y prefirió ser siempre "él mismo". Era otro aspecto de la inalterada honradez de este gran pintor, que a sus condiciones de artista unía "virtudes humanas poco frecuentes".

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