Por Tomás Gray
24 Octubre 2011
ESPERARON 24 AÑOS. Richie McCaw levanta el trofeo y desató la locura en el colmadísimo Eden Park. REUTERS
AUCKLAND, Nueva Zelanda.- Todo un pueblo está feliz. Después del sufrimiento vivido hace ocho meses con el devastador terremoto que se llevó la vida de 200 ciudadanos de Christchurch, hoy vuelve a sonreír gracias a la alegría que le dieron los All Blacks. El seleccionado local volvió a levantar la Copa del Mundo en su tierra, como hace 24 años, en el mismo escenario y ante el mismo rival: Francia.
En aquella ocasión la victoria fue más cómoda, más fácil, y los anfitriones terminaron ganando 29 a 9. En esta ocasión el éxito llegó tras sufrir durante los 80 minutos, para terminar ganando con un ajustado 8-7 y empujados por todo un estadio que no se cansaron de gritar "All Backs, All Blacks" durante los 10 minutos finales.
Y, seguramente, por todo un país que sufrió, pero festejó con el triunfo cosechado por los hombres de negro. Porque este partido, esta copa, se había convertido en una cuestión de estado. Durante los días previos, en especial el del partido, todo el pueblo se vistió de negro. Fue un día increíble.
Francia estuvo cerca
Francia le hizo mucha fuerza, más de la que se esperaba. Y hasta se podría haber llevado la Copa hacia su país. Sobre el final lo buscó pero los neozelandeses se defendieron bien. Fue, quizás, su mayor virtud en este duelo: la defensa.
Se terminó el Mundial, el séptimo de una historia que comenzó hace 24 años en este mismo estadio, el Eden Park, con la disputa de la primera Copa William Webb Ellis.
Como en aquella ocasión, los All Blacks fueron los mejores. De punta a punta. Ganaron todos sus partidos, y en la fase clasificatoria lo hicieron en forma contundente, al superar con claridad a Tonga, Japón, Canadá y al mismo Francia (37-17). En los cuartos le costó un poco más para vencer a Los Pumas, a Australia y, sobre todo, a los franceses en la final. Los All Blacks vuelven a festejar y su capitán, Richie McCaw, consiguió, al fin, levantar la copa que se le había negado tantas veces.
Hoy, al igual que los otros dos equipos del hemisferio Sur, Nueva Zelanda se convirtió en el tercero que sumó dos títulos del mundo (1987 y 2011), mientras que Sudáfrica los cosechó en 1995 y 2007 y Australia en 1991 y 1999. El restante, lo disfrutó Inglaterra en 2003.
Llegó el día 45, el partido 48 y el telón se bajó con una linda fiesta que dejó en claro que todo un pueblo está feliz.
En aquella ocasión la victoria fue más cómoda, más fácil, y los anfitriones terminaron ganando 29 a 9. En esta ocasión el éxito llegó tras sufrir durante los 80 minutos, para terminar ganando con un ajustado 8-7 y empujados por todo un estadio que no se cansaron de gritar "All Backs, All Blacks" durante los 10 minutos finales.
Y, seguramente, por todo un país que sufrió, pero festejó con el triunfo cosechado por los hombres de negro. Porque este partido, esta copa, se había convertido en una cuestión de estado. Durante los días previos, en especial el del partido, todo el pueblo se vistió de negro. Fue un día increíble.
Francia estuvo cerca
Francia le hizo mucha fuerza, más de la que se esperaba. Y hasta se podría haber llevado la Copa hacia su país. Sobre el final lo buscó pero los neozelandeses se defendieron bien. Fue, quizás, su mayor virtud en este duelo: la defensa.
Se terminó el Mundial, el séptimo de una historia que comenzó hace 24 años en este mismo estadio, el Eden Park, con la disputa de la primera Copa William Webb Ellis.
Como en aquella ocasión, los All Blacks fueron los mejores. De punta a punta. Ganaron todos sus partidos, y en la fase clasificatoria lo hicieron en forma contundente, al superar con claridad a Tonga, Japón, Canadá y al mismo Francia (37-17). En los cuartos le costó un poco más para vencer a Los Pumas, a Australia y, sobre todo, a los franceses en la final. Los All Blacks vuelven a festejar y su capitán, Richie McCaw, consiguió, al fin, levantar la copa que se le había negado tantas veces.
Hoy, al igual que los otros dos equipos del hemisferio Sur, Nueva Zelanda se convirtió en el tercero que sumó dos títulos del mundo (1987 y 2011), mientras que Sudáfrica los cosechó en 1995 y 2007 y Australia en 1991 y 1999. El restante, lo disfrutó Inglaterra en 2003.
Llegó el día 45, el partido 48 y el telón se bajó con una linda fiesta que dejó en claro que todo un pueblo está feliz.
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