04 Noviembre 2011
HABLA POR LOS CHICOS."Se trata de entenderlos, de saber qué quieren, cómo se sienten, qué reciben, qué expectativas tienen", afirma Falconi. LA GACETA / FOTO DE INES QUINTEROS ORIO
"Siempre es emocionante ver tu obra representada porque es la materialización de la imaginación". Lo aseveró María Inés Falconi, tras presenciar en el Virla la puesta en escena de "Sobre ruedas", su pieza para adolescentes. La subió a escena el grupo "Teatro de la Romería", bajo la dirección de Carolina Romero. Falconi vino a Tucumán -invitada por el Instituto Nacional del Teatro y la UNT- a dictar un taller de dramaturgia orientada a niños y jóvenes, en el marco del Encuentro de Teatro de Escuelas Secundarias. Su larga experiencia en talleres en el extranjero y en Argentina le permite capacitar a quienes quieren escribir obras para chicos, a directores, dramaturgos, a docentes y estudiantes.
La escritora habló con LA GACETA desde su doble condición de prolífica narradora y dramaturga. "Escribo para chicos, desde los más chiquitos hasta adolescentes. Al público del teatro lo ves, sos testigo de cómo reaccionan, pero al lector no lo ves, así que necesitás comunicación posterior. Yo voy mucho a las escuelas (donde sus obras se usan como libros de texto) y ahora con las redes sociales la comunicación es mucho más fluida", afirma.
- ¿Por qué eligió escribir para chicos?
-Enseñé muchos años. Soy maestra y estudié Ciencias de la Educación; siempre me interesó el mundo de los chicos. Es una especialidad. Debés estar mucho en contacto con ellos. Se trata de entenderlos, de saber qué quieren, cómo se sienten, qué reciben, qué expectativas tienen.
- "Sobre ruedas" aborda el tema de la discapacidad...
- La idea era desdramatizar la situación y la sorpresa fue que empezaron a venir chicos en esa situación a expresar que sentían que eso les pasaba. La obra después fue novela, daba para mucho más.
- Sus pequeños lectores de la serie "Caídos del mapa" estaban tan ansiosos que tuvo que pedirles paciencia vía YouTube... ¿Qué está haciendo ahora?
- Ya estoy escribiendo el Nº 10 de la saga. Los chicos lo exigían, así que la editorial dispuso poner un aviso. Estoy traduciendo una obra sueca para preadolescentes, un proyecto que vendrá a dirigir un director de allá en 2012. Es muy interesante interactuar con extranjeros porque aportan otra visión y se aprende mucho. Además empecé otra novela para chicos.
- Los chicos, ¿leen o no leen?
- Creo que la escuela está haciendo una tarea magnífica. Lo que los chicos leen, lo leen a partir de la escuela, no de la casa. Y, la verdad, por lo que recorro, hay mucha producción de literatura infantil, los maestros reciben muchas ofertas, buscan lo que más les gusta y ese entusiasmo del maestro se transmite a los chicos. Yo compruebo que los alumnos han leído las obras bien, preguntan y tienen inquietudes. No creo que esté tan complicado el tema de la lectura, por supuesto que están los otros medios, pero una cosa no quita la otra. Y, básicamente cuando le decís a un chico: ¿querés que te cuente un cuento?, nadie te dice que no. La vagancia pasa por las dificultades de agarrar un libro y tropezar con las dificultades de la comprensión por aprendizajes deficientes. Pero no es que la literatura no les interese.
La escritora habló con LA GACETA desde su doble condición de prolífica narradora y dramaturga. "Escribo para chicos, desde los más chiquitos hasta adolescentes. Al público del teatro lo ves, sos testigo de cómo reaccionan, pero al lector no lo ves, así que necesitás comunicación posterior. Yo voy mucho a las escuelas (donde sus obras se usan como libros de texto) y ahora con las redes sociales la comunicación es mucho más fluida", afirma.
- ¿Por qué eligió escribir para chicos?
-Enseñé muchos años. Soy maestra y estudié Ciencias de la Educación; siempre me interesó el mundo de los chicos. Es una especialidad. Debés estar mucho en contacto con ellos. Se trata de entenderlos, de saber qué quieren, cómo se sienten, qué reciben, qué expectativas tienen.
- "Sobre ruedas" aborda el tema de la discapacidad...
- La idea era desdramatizar la situación y la sorpresa fue que empezaron a venir chicos en esa situación a expresar que sentían que eso les pasaba. La obra después fue novela, daba para mucho más.
- Sus pequeños lectores de la serie "Caídos del mapa" estaban tan ansiosos que tuvo que pedirles paciencia vía YouTube... ¿Qué está haciendo ahora?
- Ya estoy escribiendo el Nº 10 de la saga. Los chicos lo exigían, así que la editorial dispuso poner un aviso. Estoy traduciendo una obra sueca para preadolescentes, un proyecto que vendrá a dirigir un director de allá en 2012. Es muy interesante interactuar con extranjeros porque aportan otra visión y se aprende mucho. Además empecé otra novela para chicos.
- Los chicos, ¿leen o no leen?
- Creo que la escuela está haciendo una tarea magnífica. Lo que los chicos leen, lo leen a partir de la escuela, no de la casa. Y, la verdad, por lo que recorro, hay mucha producción de literatura infantil, los maestros reciben muchas ofertas, buscan lo que más les gusta y ese entusiasmo del maestro se transmite a los chicos. Yo compruebo que los alumnos han leído las obras bien, preguntan y tienen inquietudes. No creo que esté tan complicado el tema de la lectura, por supuesto que están los otros medios, pero una cosa no quita la otra. Y, básicamente cuando le decís a un chico: ¿querés que te cuente un cuento?, nadie te dice que no. La vagancia pasa por las dificultades de agarrar un libro y tropezar con las dificultades de la comprensión por aprendizajes deficientes. Pero no es que la literatura no les interese.























