El optimismo de Alberdi

Una carta a Tucumán, antes de volver al país.

LETRA ENDIABLADA. Última página de la carta de Alberdi al gobernador Helguera, con las líneas finales escritas sobre el margen izquierdo. LA GACETA / ARCHIVO LETRA ENDIABLADA. Última página de la carta de Alberdi al gobernador Helguera, con las líneas finales escritas sobre el margen izquierdo. LA GACETA / ARCHIVO
Como se sabe, el doctor Juan Bautista Alberdi fue elegido diputado por Tucumán al Congreso de la Nación en 1878. Problemas de distinta índole -la salud, entre otros- demoraron su partida hasta mediados del año siguiente. Recién en septiembre de 1879 se incorporaría a la Cámara.

Entretanto, mantenía frecuente correspondencia con sus amigos argentinos. En una carta al gobernador de Tucumán, Federico Helguera, se manifestaba entusiasmado ante la perspectiva que, como diputado, tendría de intervenir en "nuestros grandes asuntos orgánicos", que en esos momentos concitaban toda su atención.

Pensaba Alberdi que "viene un tiempo de aprovechar para nuestro bello país argentino, con motivo de la paz en que acaba de entrar la Europa por el tratado de Berlín". Juzgaba que "la consecuencia más natural e inmediata de este gran evento será la reanudación del tráfico y la terminación de la crisis económica que pesaba desde (hace) tres años sobre todos los mercados del mundo, por la falta de confianza, nacida del peligro inminente de la conflagración que acaba de conjurarse". De ese modo, "la Europa entera está de fiesta y los síntomas de una era general de prosperidad se dejan ver desde ahora".

Subrayaba que "uno de los caminos clásicos del capital europeo es el opulento Río de la Plata. De aquí nos irá el remedio de nuestra crisis, si queremos tener un poco de juicio y vivir quietos algunos años". No podía sospechar Alberdi que estaba a las puertas de la sangrienta revolución porteñista de 1880. La carta, fechada en Saint André de Fontenay el 25 de julio de 1878, es inédita.

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