18 Noviembre 2011
VISIÓN. Heredia afirma que la obra de autores locales tiene un sello propio. LA GACETA / FOTO DE ANALIA JARAMILLO
¿Existe la literatura regional? ¿Tiene el NOA un estilo literario que lo diferencia del resto del país? Según Pablo Heredia, docente de la Universidad Nacional de Córdoba y doctor en Letras Modernas, no vale la pena hablar de literatura regional porque ninguna lo es... o lo es toda. "Hablar de literatura regional implica pararse en un lugar para abordar un conflicto que, en el fondo, es político. El problema es que las regiones no son meramente territoriales, sino que se mueven; son dinámicas. Todo depende de los proyectos políticos, del hacer de la gente y de la misma movilidad social. A veces descubrimos que lo que antes aparecía como una gran región, de golpe se corrió", declaró.
Heredia disertó precisamente sobre este tema en la apertura del II Simposio Regional sobre la Literatura del Noroeste Argentino, que concluirá hoy en el Teatro Orestes Caviglia.
Según el especialista, la labor de los escritores de la región depende de la labor política que desarrollan los gestores culturales, entre ellos, los mismos académicos. "Por ejemplo, yo les propondría, a los que me invitaron a disertar que estiren la región NOA hasta Córdoba, así nos incluyen también a los creadores de esa provincia. Tal vez, dentro de algunos años estemos en presencia de una región más grande, que va mucho más allá del NOA", ejemplificó.
- Si no se puede hablar de una literatura regional, ¿puede decirse que la obra de los creadores del NOA tiene entonces una característica propia?
- Por supuesto. Porque la cuestión de las regiones culturales forma parte, de una manera articulada, de aquello que llamamos Nación. Hasta bien entrado el siglo XX prevaleció el concepto de Nación homogénea, transmitido desde una centro de poder e impuesto por medio de la educación. Se negó así la heterogeneidad que habita en distintos sectores del país y que colaboraron para la construcción de esa Nación. Y eso es lo que hay que respetar hoy. Cada región tiene una identidad propia. En esto tiene razón Borges. El escritor no puede evitar el tono de la comunidad con la cual convive. A Borges lo criticaron mucho porque decían que, al escribir sobre cosas universales, no era un autor argentino. Y él decía justamente que era argentino porque no podía evitar el tono porteño. Aunque haya estado escribiendo sobre la China o sobre las sagas escandinavas, él era argentino. Lo mismo sucede con un escritor tucumano o salteño o cordobés.
- ¿Y qué tono prevalece en el NOA?
- Mi visión de la literatura del NOA es producto de una colonización cultural. Es decir, yo me formé con la concepción canónica de que la literatura argentina está representada en un 90% por escritores de Buenos Aires. Y ese es un problema difícil de resolver, aún para mí mismo. Por lo tanto, conozco la obra de escritores que, paradójicamente se hicieron famosos en Buenos Aires y luego replicaron en sus provincias.
- ¿Cuáles, por ejemplo?
- Conozco la obra de Castilla, Galán, Tizón y Foguet. Son pocos y son precisamente aquellos que lograron cierto reconocimiento en la metrópolis. Claro que a lo largo de mi carrera me he vinculado con escritores de distintas provincias que me enseñaron otro tipo de narrativa, pero si yo tuviera que guiarme sólo por los mecanismos editoriales, académicos y mediáticos, los que aparecen son los escritores cuyas obras han sido legitimadas en el centro de poder.
- ¿Y qué lectura merece esta situación?
- Que se puede leer con placer inmenso de qué manera estos escritores están más allá de cualquier regionalismo. Son escritores que plantean de una manera universal los conflictos de su gente y los dramas de su pueblo. Porque, al fin de cuentas, Tizón habla de las identidades de la puna jujeña, pero lo hace de una manera universal, común a todos los hombres del planeta.
Heredia disertó precisamente sobre este tema en la apertura del II Simposio Regional sobre la Literatura del Noroeste Argentino, que concluirá hoy en el Teatro Orestes Caviglia.
Según el especialista, la labor de los escritores de la región depende de la labor política que desarrollan los gestores culturales, entre ellos, los mismos académicos. "Por ejemplo, yo les propondría, a los que me invitaron a disertar que estiren la región NOA hasta Córdoba, así nos incluyen también a los creadores de esa provincia. Tal vez, dentro de algunos años estemos en presencia de una región más grande, que va mucho más allá del NOA", ejemplificó.
- Si no se puede hablar de una literatura regional, ¿puede decirse que la obra de los creadores del NOA tiene entonces una característica propia?
- Por supuesto. Porque la cuestión de las regiones culturales forma parte, de una manera articulada, de aquello que llamamos Nación. Hasta bien entrado el siglo XX prevaleció el concepto de Nación homogénea, transmitido desde una centro de poder e impuesto por medio de la educación. Se negó así la heterogeneidad que habita en distintos sectores del país y que colaboraron para la construcción de esa Nación. Y eso es lo que hay que respetar hoy. Cada región tiene una identidad propia. En esto tiene razón Borges. El escritor no puede evitar el tono de la comunidad con la cual convive. A Borges lo criticaron mucho porque decían que, al escribir sobre cosas universales, no era un autor argentino. Y él decía justamente que era argentino porque no podía evitar el tono porteño. Aunque haya estado escribiendo sobre la China o sobre las sagas escandinavas, él era argentino. Lo mismo sucede con un escritor tucumano o salteño o cordobés.
- ¿Y qué tono prevalece en el NOA?
- Mi visión de la literatura del NOA es producto de una colonización cultural. Es decir, yo me formé con la concepción canónica de que la literatura argentina está representada en un 90% por escritores de Buenos Aires. Y ese es un problema difícil de resolver, aún para mí mismo. Por lo tanto, conozco la obra de escritores que, paradójicamente se hicieron famosos en Buenos Aires y luego replicaron en sus provincias.
- ¿Cuáles, por ejemplo?
- Conozco la obra de Castilla, Galán, Tizón y Foguet. Son pocos y son precisamente aquellos que lograron cierto reconocimiento en la metrópolis. Claro que a lo largo de mi carrera me he vinculado con escritores de distintas provincias que me enseñaron otro tipo de narrativa, pero si yo tuviera que guiarme sólo por los mecanismos editoriales, académicos y mediáticos, los que aparecen son los escritores cuyas obras han sido legitimadas en el centro de poder.
- ¿Y qué lectura merece esta situación?
- Que se puede leer con placer inmenso de qué manera estos escritores están más allá de cualquier regionalismo. Son escritores que plantean de una manera universal los conflictos de su gente y los dramas de su pueblo. Porque, al fin de cuentas, Tizón habla de las identidades de la puna jujeña, pero lo hace de una manera universal, común a todos los hombres del planeta.























