Un "tano" fuera de serie

Por Mauricio Guzman, pianista y titular del Ente de Cultura

29 Febrero 2012
Conocí a Mario Magliani cuando cursaba la Licenciatura en Música. Era un "tano" fuera de serie, un tipo optimista por naturaleza con un increíble talento. Durante un año fui a sus clases con notable expectativa, porque él tenía la maravillosa virtud de hacer disfrutar la música en todas las formas posibles. Me acuerdo sobre todo de sus consejos con el "Preludio y fuga" de Bach y del "Concierto para piano y orquesta", de Beethoven. En aquellos tiempos las clases se dictaban en una de las salas del teatro Alberdi. Y yo recuerdo que iba allí con gran interés, sobre todo por la manera en que Magliani dictaba sus cátedras. Una vez le pregunté: "maestro... ¿cómo puedo resolver esto?" Y él, con su particular forma de hablar (mezclaba el español con téminos en italiano) me decía: "ya encontrarás la forma". Y así fue. Magliani tenía una manera muy singular de enseñar: nos daba las técnicas, pero nos dejaba que nosotros encontráramos el camino. Nos alentaba a relacionarnos con el piano de una manera sencilla y natural. No en vano fue un niño prodigio en su Italia natal. Su fama era completamente cierta.

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