22 Julio 2012
La cultura de lo neutro no sólo se abre paso en la educación sino también en los juegos. Que las niñas sólo quieren vestir de rosa y los niños sólo se divierten con juguetes de ruedas no son más que estereotipos. La realidad, dice un informe sobre cuestión de género, es que a muchos padres les molesta tanto estos clichés, que han decidido educar a sus hijos en un entorno neutro. Hay cada vez más mamás que les encantan que sus hijas se sumen a la tarea de construir casitas con ladrillos, o que jueguen al fútbol; y muchos expertos consideran un retroceso que un fabricante de juguetes incluya elementos típicamente femeninos, como salón de cosmética en sus sets para chicas. La neurocientífica Lise Eliot en su libro "Cerebro rosa, Cerebro azul", considera que los estereotipos de género se forman desde por la observación del entorno y de los roles. Afirma que es importante que una niña pase "su fase rosa", junto a sus amigas, pero si quiere jugar a la pelota, no se le debe prohibir. "Tienen que saber que son igualmente niñas o niños, más allá de lo que les guste", sostiene. Y reflexiona. "La industria juguetera, con sus mundos separados para niñas, y niños sólo tendrá éxito si conecta con algo en nosotros, los padres".

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