03 Octubre 2012
EL JEFE DE POLICIA. Musa Azar fue calificado como un "individuo repugnante" por una testigo. TELAM
SANTIAGO DEL ESTERO.- La docente Delia Juárez de Carabajal calificó hoy como un individuo "repugnante" al ex jefe de inteligencia santiagueño Musa Azar, y dijo que con su actuación durante el terrorismo de Estado “arruinó la vida de todos”. La mujer lo expresó al declarar como testigo en el marco de la megacausa por el secuestro y la desaparición forzada de 44 personas, antes y durante la última dictadura militar.
“El repugnante de Musa Azar arruinó la vida de todos y lo tuve enfrente varias veces cuando desapareció mi esposo, en una oficina repleta de armas de grueso calibre con los que torturaba síquicamente a los que entrevistaba”, dijo la docente.
La mujer, que el 24 de diciembre de 1976 sufrió el secuestro y desaparición de su esposo, el militante peronista Héctor Rubén Carabajal, del sector opositor al ex cinco veces gobernador Carlos Juárez, calificó de “animales” a los represores.
En su extenso relato, la esposa del abogado de mismo nombre, querellante de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, reconoció a Musa Azar, Francisco Laitán, Ramiro López, Juan Bustamante, Eduardo Baudano, “Kike” Corvalán, Tomás Garbi y el ex militar Jorge D`Amico, como integrantes del grupo de tareas de la DIP santiagueña.
“Fue secuestrado y desapareció en Nochebuena, cuando se dirigía a sacar fotografías de un bautismo, en una iglesia a la que nunca llegó”, añadió. En otro pasaje de su relato, entrecortado por el llanto, la mujer dijo que “a la semana apareció su moto y una camisa que le regalé esa noche, manchada con grasa”.
Un ofrecimiento peligroso
“Llegué a entrevistarme con (Antonio) Bussi, en Tucumán, y tras mostrarme sus distintos uniformes militares de gala y fajina, en forma burlona, me dijo que yo estaba estresada y me regalaba unas vacaciones en el cerro, con lo que interpreté como una amenaza para hacerme desaparecer junto a mi hijo”, añadió.
Asimismo, recordó que judicialmente presentó un recurso de habeas corpus e intentó entrevistarse con religiosos "pero nunca tuve ninguna respuestas". "Era una complicidad, no sólo de militares y policías, sino también de civiles, grupos de poder y religiosos", precisó.
En la misma audiencia, que marcó el reinicio de la megacausa tras la suspensión por 47 días a raíz de una afección cardiaca del represor Musa Azar, el abogado Juan Saín solicitó la anulación de las inspecciones oculares realizadas en los ex campos de adiestramiento militar de Santo Domingo y La Guarida. En el mismo planteo, que será resuelto por el tribunal en la etapa final del juicio oral, el letrado indicó que denunciará penalmente “por falso testimonio agravado” al ex conscripto Carlos Miranda. (Télam)
“El repugnante de Musa Azar arruinó la vida de todos y lo tuve enfrente varias veces cuando desapareció mi esposo, en una oficina repleta de armas de grueso calibre con los que torturaba síquicamente a los que entrevistaba”, dijo la docente.
La mujer, que el 24 de diciembre de 1976 sufrió el secuestro y desaparición de su esposo, el militante peronista Héctor Rubén Carabajal, del sector opositor al ex cinco veces gobernador Carlos Juárez, calificó de “animales” a los represores.
En su extenso relato, la esposa del abogado de mismo nombre, querellante de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, reconoció a Musa Azar, Francisco Laitán, Ramiro López, Juan Bustamante, Eduardo Baudano, “Kike” Corvalán, Tomás Garbi y el ex militar Jorge D`Amico, como integrantes del grupo de tareas de la DIP santiagueña.
“Fue secuestrado y desapareció en Nochebuena, cuando se dirigía a sacar fotografías de un bautismo, en una iglesia a la que nunca llegó”, añadió. En otro pasaje de su relato, entrecortado por el llanto, la mujer dijo que “a la semana apareció su moto y una camisa que le regalé esa noche, manchada con grasa”.
Un ofrecimiento peligroso
“Llegué a entrevistarme con (Antonio) Bussi, en Tucumán, y tras mostrarme sus distintos uniformes militares de gala y fajina, en forma burlona, me dijo que yo estaba estresada y me regalaba unas vacaciones en el cerro, con lo que interpreté como una amenaza para hacerme desaparecer junto a mi hijo”, añadió.
Asimismo, recordó que judicialmente presentó un recurso de habeas corpus e intentó entrevistarse con religiosos "pero nunca tuve ninguna respuestas". "Era una complicidad, no sólo de militares y policías, sino también de civiles, grupos de poder y religiosos", precisó.
En la misma audiencia, que marcó el reinicio de la megacausa tras la suspensión por 47 días a raíz de una afección cardiaca del represor Musa Azar, el abogado Juan Saín solicitó la anulación de las inspecciones oculares realizadas en los ex campos de adiestramiento militar de Santo Domingo y La Guarida. En el mismo planteo, que será resuelto por el tribunal en la etapa final del juicio oral, el letrado indicó que denunciará penalmente “por falso testimonio agravado” al ex conscripto Carlos Miranda. (Télam)