19 Octubre 2012
REFLEXIÓN. "Ojalá que lo que pasó contra Alumni nos haga más fuertes como grupo", manifestó Mario Vera. LA GACETA / FOTO DE ANALíA JARAMILLO (ARCHIVO)
Es regla: de todo lo malo siempre debe sacarse algo positivo. Y bien vale ese dicho popular para explicar lo que ocurre en La Ciudadela, donde San Martín pasa su peor momento, mirando resultados propios y ajenos para anticiparse a lo que viene. Eso sí, nunca nadie piensa en negativo. Es que hasta podría decirse que luego de que los hinchas exteriorizaron su descontento tras empatar con Alumni, comenzaron revolotear antecedentes alentadores que invitan a soñar en Bolívar y Pellegrini.
Porque nunca está de más un sacudón a tiempo. Incluso, muchas veces es necesario. Es el clic para abrir los ojos y reaccionar a tiempo. San Martín, en los últimos años, vivió dos situaciones similares a la ocurrida a la salida del choque contra los de Villa María, y en ambas supo levantarse.
En 2004, época de Argentino B, el equipo que conducía Carlos Roldán no encontraba su mejor versión y estuvo a segundos de quedar eliminado contra Central Norte, de Salta. En 2007, ya en la B Nacional, en el equipo se esperanzaban con pelear el ascenso a la máxima categoría. Pero una noche de brujas, Platense le hizo morder el polvo y lo dejó prácticamente al borde del nocaut. En aquellas dos ocasiones los hinchas alzaron su voz y sacudieron la modorra. A partir de ese momento, ambos planteles levantaron su puntería y encadenaron una seguidilla de éxitos que se tradujo en ascensos. Es por eso que el temblor post Alumni puede tomarse como un guiño de la "diosa fortuna".
"Ojalá que eso que pasó nos haga más fuertes como grupo ahora y podamos explotar nuestras cualidades", reza Mario Vera, quien integró ambas formaciones y sabe que aún están a tiempo para que la de esta edición 2012 luzca su mejor traje.
Cuando el hincha se expresa es por algo. Paciente y fiel, está junto a su equipo en las buenas y en las malas. Por eso cuando el fanático explota, es síntoma de que algo no viene bien.
"Entiendo al hincha, porque dentro de la cancha no estamos mostrando lo mejor como equipo. Dios quiera que podamos sacar algo positivo de todo lo malo que nos pasó. Estoy seguro de que eso sucederá y que vendrán tiempos mejores", confía Luciano González, quien no le teme al mal momento. "Es un lindo desafío tener la responsabilidad de sacar adelante a San Martín", acotó.
El hincha sueña. Viene golpeado y quiere recuperarse cuanto antes. Anhela ver un equipo arrollador, que no se detenga hasta conseguir el premio máximo. "La gente quiere que seamos protagonistas y que ganemos por goleada todos los partidos. San Martín es un club grande que exige siempre. Es verdad que no venimos bien, pero estoy seguro de que el equipo va a aparecer", afirma Luis Silba, quien esta noche frente a Juventud Antoniana debutará como titular e intentará ser la carta ganadora de Carlos Ramacciotti.
Los últimos malos momentos tuvieron un final feliz ¿Podrá repetirse la historia, esta vez en Salta? ¿El golpe del pobre empate contra un equipo inferior como Alumni y el enojo de los hinchas servirán como medicina renovadora de un equipo que aún no encontró su mejor versión?
Hoy puede ser el día del despegue "santo". El que esperan sus hinchas, de una vez por todas.
Porque nunca está de más un sacudón a tiempo. Incluso, muchas veces es necesario. Es el clic para abrir los ojos y reaccionar a tiempo. San Martín, en los últimos años, vivió dos situaciones similares a la ocurrida a la salida del choque contra los de Villa María, y en ambas supo levantarse.
En 2004, época de Argentino B, el equipo que conducía Carlos Roldán no encontraba su mejor versión y estuvo a segundos de quedar eliminado contra Central Norte, de Salta. En 2007, ya en la B Nacional, en el equipo se esperanzaban con pelear el ascenso a la máxima categoría. Pero una noche de brujas, Platense le hizo morder el polvo y lo dejó prácticamente al borde del nocaut. En aquellas dos ocasiones los hinchas alzaron su voz y sacudieron la modorra. A partir de ese momento, ambos planteles levantaron su puntería y encadenaron una seguidilla de éxitos que se tradujo en ascensos. Es por eso que el temblor post Alumni puede tomarse como un guiño de la "diosa fortuna".
"Ojalá que eso que pasó nos haga más fuertes como grupo ahora y podamos explotar nuestras cualidades", reza Mario Vera, quien integró ambas formaciones y sabe que aún están a tiempo para que la de esta edición 2012 luzca su mejor traje.
Cuando el hincha se expresa es por algo. Paciente y fiel, está junto a su equipo en las buenas y en las malas. Por eso cuando el fanático explota, es síntoma de que algo no viene bien.
"Entiendo al hincha, porque dentro de la cancha no estamos mostrando lo mejor como equipo. Dios quiera que podamos sacar algo positivo de todo lo malo que nos pasó. Estoy seguro de que eso sucederá y que vendrán tiempos mejores", confía Luciano González, quien no le teme al mal momento. "Es un lindo desafío tener la responsabilidad de sacar adelante a San Martín", acotó.
El hincha sueña. Viene golpeado y quiere recuperarse cuanto antes. Anhela ver un equipo arrollador, que no se detenga hasta conseguir el premio máximo. "La gente quiere que seamos protagonistas y que ganemos por goleada todos los partidos. San Martín es un club grande que exige siempre. Es verdad que no venimos bien, pero estoy seguro de que el equipo va a aparecer", afirma Luis Silba, quien esta noche frente a Juventud Antoniana debutará como titular e intentará ser la carta ganadora de Carlos Ramacciotti.
Los últimos malos momentos tuvieron un final feliz ¿Podrá repetirse la historia, esta vez en Salta? ¿El golpe del pobre empate contra un equipo inferior como Alumni y el enojo de los hinchas servirán como medicina renovadora de un equipo que aún no encontró su mejor versión?
Hoy puede ser el día del despegue "santo". El que esperan sus hinchas, de una vez por todas.
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