Por Fernando García Soto
29 Octubre 2012
Las restricciones cambiarias que forman parte de la realidad argentina de hoy le permiten al Gobierno atesorar dólares para hacer frente a los próximos compromisos de deuda que se avecinan, pero ponen en situación difícil a los ahorristas, en especial a los de pequeña o baja escala, que encontraban en el dólar un refugio contra la inflación. Hoy la divisa norteamericana es difícil de conseguir por la vía legal, y las opciones se reducen para los menos avezados en cuestiones financieras.
La pregunta que escucha a diario toda persona que tiene alguna vinculación con la economía es qué se puede hacer para ganarle a la suba de los precios. El economista Tomás Bulat, que en los más importantes medios de comunicación nacionales se ocupa de darle un rostro humano a una materia difícil como es la economía, tiene una respuesta preparada para quienes tienen unos pocos pesos y quieren saber en qué invertirlos: "no hay nada". Va más allá, y asegura que hasta es complicado tomar decisiones que apunten sólo a preservar el dinero, dado que "este modelo no fomenta el ahorro ni las inversiones, sólo el consumo". En este contexto limitado, sugiere: "yo haría plazo fijo porque están subiendo las tasas de interés".
Las dificultades para transformar ahorros en dólares está generando un excedente de la moneda nacional que se percibe especialmente en los bancos, que registran una fuerte suba de los plazos fijos en pesos. Sin embargo, no son sólo los privados los que, sin mucha alternativa por el cepo cambiario, dejan su dinero en los bancos. En lo que va del año, más del 54% de la suba que registraron los plazos fijos del sistema financiero tuvo origen los fondos del sector público, según un informe publicado por el matutino porteño "La Nación".
La lectura sobre los efectos que genera la pesificación en la economía varía según de que lado se ubiquen los analistas. Para el Gobierno, los índices de inflación son los que difunde el Indec, del 9% anual, de manera que no sería malo ahorrar en moneda local, como se hace en todo el mundo, según la visión de la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont. "No es cierto que la emisión monetaria para financiar al Estado siempre genere inflación", destaca la funcionaria.
Se impone la liquidez
Operadores inmobiliarios aseguran que la venta de propiedades presentó una fuerte baja en los últimos meses, mientras que el patentamiento de automóviles registró en septiembre una pronunciada caída del 23,9%, con un retroceso del 16%, en comparación con agosto de este año, de acuerdo con la información difundida por la Asociación de Concesionarios de Automotores de la Argentina (Acara). Al no tener un horizonte claro de inversión, los ahorristas deciden quedarse líquidos y volcarse también a la colocación de plazos fijos. Las operaciones se acuerdan por un promedio de 45 días y en el mejor de los casos en 60 días.
Todas las expectativas están centradas en una posible mejora en las condiciones económicas en el cuarto trimestre de este año, que ya está en marcha, y en 2013, de la mano de la soja y de la recuperación económica en Brasil. En Tucumán, los proyectos de inversión están prácticamente paralizados, y sólo se ejecutan los que ya estaban iniciados o aquellos que no pueden esperar. Mientras tanto, la población común observa que la escalada de los precios no se detiene, y que su dinero pierde valor sin remedio, en un escenario en lo que refiere a la emisión monetaria y a las restricciones cambiarias.
La pregunta que escucha a diario toda persona que tiene alguna vinculación con la economía es qué se puede hacer para ganarle a la suba de los precios. El economista Tomás Bulat, que en los más importantes medios de comunicación nacionales se ocupa de darle un rostro humano a una materia difícil como es la economía, tiene una respuesta preparada para quienes tienen unos pocos pesos y quieren saber en qué invertirlos: "no hay nada". Va más allá, y asegura que hasta es complicado tomar decisiones que apunten sólo a preservar el dinero, dado que "este modelo no fomenta el ahorro ni las inversiones, sólo el consumo". En este contexto limitado, sugiere: "yo haría plazo fijo porque están subiendo las tasas de interés".
Las dificultades para transformar ahorros en dólares está generando un excedente de la moneda nacional que se percibe especialmente en los bancos, que registran una fuerte suba de los plazos fijos en pesos. Sin embargo, no son sólo los privados los que, sin mucha alternativa por el cepo cambiario, dejan su dinero en los bancos. En lo que va del año, más del 54% de la suba que registraron los plazos fijos del sistema financiero tuvo origen los fondos del sector público, según un informe publicado por el matutino porteño "La Nación".
La lectura sobre los efectos que genera la pesificación en la economía varía según de que lado se ubiquen los analistas. Para el Gobierno, los índices de inflación son los que difunde el Indec, del 9% anual, de manera que no sería malo ahorrar en moneda local, como se hace en todo el mundo, según la visión de la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont. "No es cierto que la emisión monetaria para financiar al Estado siempre genere inflación", destaca la funcionaria.
Se impone la liquidez
Operadores inmobiliarios aseguran que la venta de propiedades presentó una fuerte baja en los últimos meses, mientras que el patentamiento de automóviles registró en septiembre una pronunciada caída del 23,9%, con un retroceso del 16%, en comparación con agosto de este año, de acuerdo con la información difundida por la Asociación de Concesionarios de Automotores de la Argentina (Acara). Al no tener un horizonte claro de inversión, los ahorristas deciden quedarse líquidos y volcarse también a la colocación de plazos fijos. Las operaciones se acuerdan por un promedio de 45 días y en el mejor de los casos en 60 días.
Todas las expectativas están centradas en una posible mejora en las condiciones económicas en el cuarto trimestre de este año, que ya está en marcha, y en 2013, de la mano de la soja y de la recuperación económica en Brasil. En Tucumán, los proyectos de inversión están prácticamente paralizados, y sólo se ejecutan los que ya estaban iniciados o aquellos que no pueden esperar. Mientras tanto, la población común observa que la escalada de los precios no se detiene, y que su dinero pierde valor sin remedio, en un escenario en lo que refiere a la emisión monetaria y a las restricciones cambiarias.