29 Octubre 2012
Se le fue encima el techo del bar mientras cenaba; sufrió serias heridas y está internada
La tormenta del sábado a la noche arrancó un árbol del parque Avellaneda que cayó sobre el lugar en el que estaba la mujer . El Cadillal fue la zona más afectada de la provincia. Cinco familias fueron evacuadas en la zona sur de la ciudad.
UN PAISAJE DISTINTO. En los alrededores del anfiteatro de El Cadillal podían verse las ramas desperdigadas. LA GACETA / FOTOS DE INéS QUINTEOS ORIO
Fueron pocos segundos los que casi les cambiaron la vida. Griselda Mercado estaba con su marido cenando en el bar Mirasoles el sábado a la noche cuando se desató la tormenta que sacudió la capital y parte de la provincia. A las 22.20 el viento tiró un árbol del parque Avellaneda, que cayó sobre el techo de la galería oeste del bar, donde estaba sentado el matrimonio. La losa cedió y el árbol cayó sobre la mujer, de 54 años, que sufrió serias heridas en su cabeza y en otras partes del cuerpo.
"Mi madre fue la que peor la sacó en este accidente", describió su hija. Su padre, por su parte, prefirió no hacer declaraciones hasta que su esposa esté totalmente recuperada. La víctima está internada en la terapia intensiva de un sanatorio céntrico, ya que sufrió traumatismo de tórax.
Por su parte, dos empleados de Mirasoles sufrieron contusiones y golpes y tras ser asistidos en el hospital Centro de Salud, se retiraron a sus domicilios. El empresario Federico Lanati, propietario de "Mirasoles", contó que él no se encontraba en el momento en que se produjo el hecho, pero que luego se trasladó al lugar. Lanati precisó que la caída del árbol afectó un costado de la galería sobre un pórtico de quebracho. Añadió que de inmediato también estuvieron los bomberos y trabajadores de la división de Espacios Verdes del municipio capitalino, los que cortaron las ramas que hoy serán retiradas del lugar.
El temporal
A la siesta del sábado el termómetro había marcado los 36 grados. Cerca de las 21 un aguacero con fuertes ráfagas de viento y granizo cayó en la provincia. Árboles caídos, calles anegadas y cortes del suministro de energía formaron parte del paisaje nocturno de la capital. Fueron minutos de tensión. El fuerte viento hizo volar sillas, mesas y sombrillas de las veredas de bares del centro, y objetos diversos como chapas en barrios capitalinos.
Según la información proporcionada por Defensa Civil Municipal, hubo 16 árboles caídos, cables cortados y voladuras de chapas. El tránsito fue caótico, ya que en las esquinas de 24 de Septiembre y San Luis y de San Juan y Suipacha, los árboles cruzaban la calle, bloqueando el paso.
Hacia el sur de la ciudad, sobre todo en los barrios Lapacho Sur y Néstor Kirchner, las calles se inundaron. En este último barrio hubo que evacuar a cinco familias, que ayer retornaron a sus hogares.
En la Casa Histórica, las autoridades decidieron no abrir las puertas ayer, por los daños que se produjeron en el interior del museo, de acuerdo a un cartel que se colocó en la puerta.
La imagen se repitió en algunas localidades del interior. La más afectada fue El Cadillal, donde volaron techos de 39 casas, según confirmó el comisario Servando Burgos, de la comisaría local.
"El frente de tormenta, que traía aire frío, confluyó en este lugar rodeado de cerros con el aire caliente que dejó elevada temperatura registrada durante el día. Esto provocó fuertes vientos", explicó Fernando Torres, director de Defensa Civil Provincial, al informar sobre las consecuencias de la tempestad en la zona de El Cadillal.
Torres dijo que no era fácil precisar la velocidad del viento, ya que fue distinto según la zona, aunque estimó que podría haber llegado a los 70 kilómetros por hora. En el cerro en el que se encuentran las aerosillas había más de 15 árboles que habían sido arrancados por el viento. Una de las oficinas quedó destruida, según comentó Roxana Delgado, encargada del emprendimiento turístico.
"Muchos de los árboles que cayeron eran quebrachos. Pese a que tienen troncos muy fuertes, el viento logró tirarlos. Parecía un tornado", describió Delgado. En los alrededores del anfiteatro y de los bares que se encuentran allí, se podía observar árboles caídos y ramas desperdigadas por el suelo.
Torres señaló que en Villa Carmela, Las Talitas y Villa Mariano Moreno hubo voladuras de techos y calles inundadas, donde el agua también ingresó a algunas viviendas. En Boca del Tigre, sobre la ruta 304, los árboles cruzaban el asfalto y la zona este de la provincia, hacia Burruyacu, quedó aislada durante varias horas.
En otras zonas, como en el sur de la provincia, ni siquiera llovió. En Yerba Buena, según relataron habitantes de esa ciudad, el viento insinuó que se preparaba una tormenta, pero luego volvió la calma.
"Mi madre fue la que peor la sacó en este accidente", describió su hija. Su padre, por su parte, prefirió no hacer declaraciones hasta que su esposa esté totalmente recuperada. La víctima está internada en la terapia intensiva de un sanatorio céntrico, ya que sufrió traumatismo de tórax.
Por su parte, dos empleados de Mirasoles sufrieron contusiones y golpes y tras ser asistidos en el hospital Centro de Salud, se retiraron a sus domicilios. El empresario Federico Lanati, propietario de "Mirasoles", contó que él no se encontraba en el momento en que se produjo el hecho, pero que luego se trasladó al lugar. Lanati precisó que la caída del árbol afectó un costado de la galería sobre un pórtico de quebracho. Añadió que de inmediato también estuvieron los bomberos y trabajadores de la división de Espacios Verdes del municipio capitalino, los que cortaron las ramas que hoy serán retiradas del lugar.
El temporal
A la siesta del sábado el termómetro había marcado los 36 grados. Cerca de las 21 un aguacero con fuertes ráfagas de viento y granizo cayó en la provincia. Árboles caídos, calles anegadas y cortes del suministro de energía formaron parte del paisaje nocturno de la capital. Fueron minutos de tensión. El fuerte viento hizo volar sillas, mesas y sombrillas de las veredas de bares del centro, y objetos diversos como chapas en barrios capitalinos.
Según la información proporcionada por Defensa Civil Municipal, hubo 16 árboles caídos, cables cortados y voladuras de chapas. El tránsito fue caótico, ya que en las esquinas de 24 de Septiembre y San Luis y de San Juan y Suipacha, los árboles cruzaban la calle, bloqueando el paso.
Hacia el sur de la ciudad, sobre todo en los barrios Lapacho Sur y Néstor Kirchner, las calles se inundaron. En este último barrio hubo que evacuar a cinco familias, que ayer retornaron a sus hogares.
En la Casa Histórica, las autoridades decidieron no abrir las puertas ayer, por los daños que se produjeron en el interior del museo, de acuerdo a un cartel que se colocó en la puerta.
La imagen se repitió en algunas localidades del interior. La más afectada fue El Cadillal, donde volaron techos de 39 casas, según confirmó el comisario Servando Burgos, de la comisaría local.
"El frente de tormenta, que traía aire frío, confluyó en este lugar rodeado de cerros con el aire caliente que dejó elevada temperatura registrada durante el día. Esto provocó fuertes vientos", explicó Fernando Torres, director de Defensa Civil Provincial, al informar sobre las consecuencias de la tempestad en la zona de El Cadillal.
Torres dijo que no era fácil precisar la velocidad del viento, ya que fue distinto según la zona, aunque estimó que podría haber llegado a los 70 kilómetros por hora. En el cerro en el que se encuentran las aerosillas había más de 15 árboles que habían sido arrancados por el viento. Una de las oficinas quedó destruida, según comentó Roxana Delgado, encargada del emprendimiento turístico.
"Muchos de los árboles que cayeron eran quebrachos. Pese a que tienen troncos muy fuertes, el viento logró tirarlos. Parecía un tornado", describió Delgado. En los alrededores del anfiteatro y de los bares que se encuentran allí, se podía observar árboles caídos y ramas desperdigadas por el suelo.
Torres señaló que en Villa Carmela, Las Talitas y Villa Mariano Moreno hubo voladuras de techos y calles inundadas, donde el agua también ingresó a algunas viviendas. En Boca del Tigre, sobre la ruta 304, los árboles cruzaban el asfalto y la zona este de la provincia, hacia Burruyacu, quedó aislada durante varias horas.
En otras zonas, como en el sur de la provincia, ni siquiera llovió. En Yerba Buena, según relataron habitantes de esa ciudad, el viento insinuó que se preparaba una tormenta, pero luego volvió la calma.
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