22 Noviembre 2012
ILARRAZ. El cura está acusado por supuesto abuso de más de 50 niños. FOTO TOMADA DE ANALISISDIGITAL.COM
PARANÁ.- El ex arzobispo de Paraná y actual cardenal Esteban Estanislao Karlic declarará "solo cuando haya un fallo firme" sobre la prescripción pedida para la causa que investiga al ex prefecto del seminario local Justo José Ilarraz, por supuesto abuso de más de 50 niños internados en el instituto.
Voceros tribunalicios dijeron hoy que el prelado comunicó su decisión al juez de Instrucción de Paraná Alejandro Grippo, que investiga los abusos, a través de una nota, en la que también se queja porque el caso tomó estado público, empaña su imagen y daña a la institución.
Según las denuncias de siete víctimas que ya declararon ante el juez, los abusos de los niños de entre 10 y 14 años fueron cometidos por Ilarraz entre 1984 y 1994, mientras se desempeñaba como prefecto del seminario.
Karlic, que al parecer estaba preparando a Ilarraz para que fuera su sucesor en el cargo de arzobispo paranaense, dispuso en 1995, y por las presiones recibidas de parte de numerosos sacerdotes, una investigación diocesana sobre el hecho.
En esa ocasión se escuchó el testimonio de algunas presuntas víctimas de los abusos sexuales del cura, pero el caso nunca fue denunciado ante la justicia ordinaria por las autoridades esclesiásticas. A Ilarraz se le aplicó una sanción simbólica, que le prohibía volver a la diócesis local y tomar contacto con los seminaristas.
El cura fue enviado a Roma por Karlic y, al regresar, se distanció un tiempo del sacerdocio, se radicó en Buenos Aires y más tarde se trasladó a Tucumán, donde la iglesia lo designó párroco de la localidad de Monteros. Allí ejerció el sacerdocio hasta septiembre pasado, que estalló el escándalo de los abusos.
La prescripción del delito de abuso fue planteada por el abogado defensor de Ilarraz, Juan Ángel Fornerón, pero el juez Grippo aún no ha resuelto el incidente.
La decisión del cardenal Karlic es diferente a la del actual arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, que anunció su voluntad de declarar por escrito, para no contestar preguntas de la querella. Karlic comunicó al juez que declarará recién cuando haya un fallo firme sobre la prescripción planteada por la defensa del cura acusado.
El abogado querellante Milton Urrutia, que representa a cuatro de los siete ex seminaristas que denunciaron ante el juez haber sido abusados sexualmente por Ilarraz, dijo hoy a Télam que la actitud de Karlic "no colabora con el debido proceso y la celeridad procesal para que se llegue lo más rápido posible al esclarecimiento del hecho”.
El abogado reconoció que Karlic "y el actual arzobispo Puiggari tuvieron una responsabilidad ineludible", porque ellos tomaron conocimiento de las denuncias dentro del seminario. Fuentes tribunalicias revelaron hoy que uno de los ex seminaristas que declaró ante el juez Grippo confesó que en 1995, cuando todavía era un niño, las autoridades eclesiásticas paranaenses le hicieron jurar sobre una biblia, bajo pena de excomunión, que no contaría nada de los abusos ocurridos en aquellos años. (Télam).
Voceros tribunalicios dijeron hoy que el prelado comunicó su decisión al juez de Instrucción de Paraná Alejandro Grippo, que investiga los abusos, a través de una nota, en la que también se queja porque el caso tomó estado público, empaña su imagen y daña a la institución.
Según las denuncias de siete víctimas que ya declararon ante el juez, los abusos de los niños de entre 10 y 14 años fueron cometidos por Ilarraz entre 1984 y 1994, mientras se desempeñaba como prefecto del seminario.
Karlic, que al parecer estaba preparando a Ilarraz para que fuera su sucesor en el cargo de arzobispo paranaense, dispuso en 1995, y por las presiones recibidas de parte de numerosos sacerdotes, una investigación diocesana sobre el hecho.
En esa ocasión se escuchó el testimonio de algunas presuntas víctimas de los abusos sexuales del cura, pero el caso nunca fue denunciado ante la justicia ordinaria por las autoridades esclesiásticas. A Ilarraz se le aplicó una sanción simbólica, que le prohibía volver a la diócesis local y tomar contacto con los seminaristas.
El cura fue enviado a Roma por Karlic y, al regresar, se distanció un tiempo del sacerdocio, se radicó en Buenos Aires y más tarde se trasladó a Tucumán, donde la iglesia lo designó párroco de la localidad de Monteros. Allí ejerció el sacerdocio hasta septiembre pasado, que estalló el escándalo de los abusos.
La prescripción del delito de abuso fue planteada por el abogado defensor de Ilarraz, Juan Ángel Fornerón, pero el juez Grippo aún no ha resuelto el incidente.
La decisión del cardenal Karlic es diferente a la del actual arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, que anunció su voluntad de declarar por escrito, para no contestar preguntas de la querella. Karlic comunicó al juez que declarará recién cuando haya un fallo firme sobre la prescripción planteada por la defensa del cura acusado.
El abogado querellante Milton Urrutia, que representa a cuatro de los siete ex seminaristas que denunciaron ante el juez haber sido abusados sexualmente por Ilarraz, dijo hoy a Télam que la actitud de Karlic "no colabora con el debido proceso y la celeridad procesal para que se llegue lo más rápido posible al esclarecimiento del hecho”.
El abogado reconoció que Karlic "y el actual arzobispo Puiggari tuvieron una responsabilidad ineludible", porque ellos tomaron conocimiento de las denuncias dentro del seminario. Fuentes tribunalicias revelaron hoy que uno de los ex seminaristas que declaró ante el juez Grippo confesó que en 1995, cuando todavía era un niño, las autoridades eclesiásticas paranaenses le hicieron jurar sobre una biblia, bajo pena de excomunión, que no contaría nada de los abusos ocurridos en aquellos años. (Télam).
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