Los Reyes Magos vuelan en el camello, no tienen novia y comen verduras (menos brócoli)

¿Dónde viven? ¿Cuánto dura el viaje? ¿Qué música les gusta? ¿Qué pasa si les dejan las zapatillas sucias? La fuente de la fantasía parece inagotable cuando se trata de responder preguntas que a más de un adulto dejaría en blanco. Pero ellos demostraron que de Reyes, de magia y de otros mundos, saben y mucho. Una charla para enterarte que Melchor tiene 500 años, que gracias a un polvo mágico pueden volar en sus camellos y que se conocen con Papá Noel. Sorprendete.

 LA GACETA / FOTOS DE ANALIA JARAMILLO LA GACETA / FOTOS DE ANALIA JARAMILLO
- ¿Se les puede dejar zapatillas sucias?

- Nooo... porque te dejan carbón.

- ¿Y qué vas a hacer con el carbón?

- Y... (Bruno piensa) ¡que tu papá haga un asado!

- ¿Por qué vienen los Reyes Magos?

- Porque cuando nació el Niño Dios recibió muchos regalos, entonces, cuando se fue al cielo y se convirtió en Jesús los mandó a los Reyes para que les den regalos a los chicos -contó Sandino seriamente.

No hay pregunta que quede sin respuesta en el mundo fantástico de los chicos. Son capaces de asegurar sin pestañear que la canción favorita de los Reyes Magos es el "Baile del caballo" o que el juego preferido es la pilladita congelada. Todo, sobre la base científica que les regala la imaginación.

Esta noche en muchos hogares del mundo llegarán los Reyes para dejarles regalos a los niños al lado de sus zapatos. Por eso quisimos charlar con los chicos para que les cuenten a los grandes detalles sobre estos tres magos del Oriente. ¿De dónde vienen? ¿Cómo viajan? ¿Qué comen? ¿Son amigos de Papá Noel? Sandino Jiménez Mones (7 años), Juan Ignacio Garrocho (7 años), Emma Lesnik (4 años), Tomás García Ibáñez (9 años), Bianca Almara (6 años), Pilar Zamora (4 años), Olivia, Bruno y Lucio Pacífico (3, 4 y 7 años), José Ignacio Molina Aráoz (7 años) y Lautaro Santin (7 años) debatieron entre sandwiches y gaseosas, le dibujaron su carta a los reyes y hasta jugaron a la escondida.

Increíble, pero cierto

No hay que dejarles ojotas, explican los chicos, ni olvidarse de la comida: pasto y agua para los camellos; leche y galletas para los Reyes. "Si tenés pantuflas -dijo Sandino- hay que regalárselas a otros chicos que no tengan y si las zapatillas son chicas los Reyes se las llevan".

Bruno contó que él tenía unas botas que le quedaron chicas, pero que después su papá se las agrandó y ahora le quedan bien. Los chicos lo escuchan sin asombrarse. En su mundo esas cosas pasan, ¿y qué?

Tomás llevó a la mesa de debate una carta de puño y letra de los Reyes con la firma de los tres. Cuando la vieron, uno los chicos se acordó que también recibió una carta alguna vez.

Cada uno en su hoja blanca dibujó a los Reyes como se los imaginaba ("con remera y capa roja", dijo Lucio), y el regalo que esperaban para esta noche. Bianca pidió una ojotas, Bruno un monopatín y un hámster, Olivia un juego de la Barbie. Entre los deseos también figuraban juegos para la play station y un par de animales. Pero Juan Ignacio aclaró que no había que pedir cosas caras. Lucio, en total coincidencia, ejemplificó: "como la remera de Boca, que sale como $500". Eso no.

Qué comen los reyes mereció varios minutos de discusión. Finalmente, quedó claro que todos comían carnes y verduras, aunque Baltasar prefería las verduras (menos el brócoli) y Melchor la carne, especialmente el asado.

Algunos se rascaron la cabeza y revolearon los ojos mientras pensaban de dónde se conocían Papa Noel y los Reyes. "¡Del Polo Sur!", gritó una de las chicas. "¡No, del Polo Norte!", dijo otro de los chicos. A esa altura del debate, algunos habían preferido distenderse un poco jugando a la escondida. Tanto pensar en los reyes y dibujar los había obligado a permanecer quietos. Y eso iba en contra de su naturaleza infantil.

¿Cómo es la familia de los Reyes? "No tienen padres porque se murieron hace muchos años", coincidieron algunos. Emma dijo que tampoco tenían novia porque ellos "dan regalos" y entonces no hay tiempo. "La novia se puede quedar en el Castillo", dijo Ignacio. ¿Hijos? "Noooo", gritaron a coro. "Para eso está el Niño Dios", aclaró Bruno. Fin de la discusión.

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