15 Enero 2013
BAMAKO/PARÍS.- Los combates entre el Ejército de Mali y los islamistas se acercaron ayer de nuevo hacia Bamako, en un contraataque de los insurgentes de los grupos Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), Movimiento por la Yihad y la Unidad del Oeste de África (Myuoa) y Defensores del Islam, que avanzó hasta sólo 250 kilómetros de la capital. La reacción se concretó tras tres días de bombardeos de cazas Rafale y Mirage y de helicópteros Gazelle franceses a sus campos de entrenamiento, y en medio de la amenaza de encarar una guerra larga y brutal.
Francia está decidida a acabar con el control islamista en el norte de Mali, ante el temor de que pueda servir como plataforma de lanzamiento para atentados en Occidente y como base para la preparación y coordinación armada con grupos terroristas en Yemen, Somalia y el norte de África.
"Se han abierto las puertas del infierno para todos los franceses. Han caído en una trampa que es mucho más peligrosa que Irak, Afganistán o Somalia", afirmó Oumar Ould Hamaha, del Myuoa.
Preocupado por la posibilidad de represalias, el Gobierno galo reforzó la seguridad en edificios públicos, en el transporte público y en sus sedes diplomáticas. Grupos radicales musulmanes tienen ocho rehenes franceses en el Sáhara y hay 30.000 galos que viven en países africanos, en especial en Burkina Faso, Niger y Senegal.
Si bien las tropas del Gobierno maliense expulsaron a los rebeldes de Gao, Kidal y Tombuctú, combaten en Douentza y Aghabo y los islamistas tomaron la ciudad de Diabali, reconoció el ministro de Defensa galo, Jean-Yves Le Drian.
Respaldo internacional
El ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, aseguró que la campaña aérea de ataques de su aviación en el país africano será breve y durará pocas semanas. "Francia tenía que intervenir de manera urgente; de lo contrario, ya no habría Mali hoy sino un Estado terrorista", dijo.
Fabius habló expresamente del aval de Argelia (permite a sus aviones sobrevolar su territorio para bombardear el norte de Mali), Reino Unido, Dinamarca, "otros países europeos", Estados Unidos y Alemania, que evalúa enviar apoyo logístico y el intercambio de informaciones de inteligencia. Ninguna de esas naciones prevé desplazar tropas al lugar de lucha. China, Rusia y la OTAN avalaron también, por separado, el operativo militar.
La Unión Europea (UE) anunció que no participará en una acción bélica, pero aclaró que mantiene su proyecto de enviar unos 200 instructores militares a fines de febrero o principios de marzo, tal como estaba previsto. Un vocero de la encargada de Política Exterior del bloque, Catherine Ashton, señaló: "los planes existentes no se tirarán por la ventana".
Por el contrario, la Organización para la Cooperación Islámica criticó la operación militar. Su secretario general, Ekmeleddin Ihsanoglu, afirmó que, si bien estaba autorizada desde 2012 por el Consejo de Seguridad de la ONU (sesionó ayer por este conflicto), "se produjo de manera anticipada" y exigió el fin de los combates y que todas las partes implicadas se sienten a negociar. (Reuters-DPA-Télam)
Francia está decidida a acabar con el control islamista en el norte de Mali, ante el temor de que pueda servir como plataforma de lanzamiento para atentados en Occidente y como base para la preparación y coordinación armada con grupos terroristas en Yemen, Somalia y el norte de África.
"Se han abierto las puertas del infierno para todos los franceses. Han caído en una trampa que es mucho más peligrosa que Irak, Afganistán o Somalia", afirmó Oumar Ould Hamaha, del Myuoa.
Preocupado por la posibilidad de represalias, el Gobierno galo reforzó la seguridad en edificios públicos, en el transporte público y en sus sedes diplomáticas. Grupos radicales musulmanes tienen ocho rehenes franceses en el Sáhara y hay 30.000 galos que viven en países africanos, en especial en Burkina Faso, Niger y Senegal.
Si bien las tropas del Gobierno maliense expulsaron a los rebeldes de Gao, Kidal y Tombuctú, combaten en Douentza y Aghabo y los islamistas tomaron la ciudad de Diabali, reconoció el ministro de Defensa galo, Jean-Yves Le Drian.
Respaldo internacional
El ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, aseguró que la campaña aérea de ataques de su aviación en el país africano será breve y durará pocas semanas. "Francia tenía que intervenir de manera urgente; de lo contrario, ya no habría Mali hoy sino un Estado terrorista", dijo.
Fabius habló expresamente del aval de Argelia (permite a sus aviones sobrevolar su territorio para bombardear el norte de Mali), Reino Unido, Dinamarca, "otros países europeos", Estados Unidos y Alemania, que evalúa enviar apoyo logístico y el intercambio de informaciones de inteligencia. Ninguna de esas naciones prevé desplazar tropas al lugar de lucha. China, Rusia y la OTAN avalaron también, por separado, el operativo militar.
La Unión Europea (UE) anunció que no participará en una acción bélica, pero aclaró que mantiene su proyecto de enviar unos 200 instructores militares a fines de febrero o principios de marzo, tal como estaba previsto. Un vocero de la encargada de Política Exterior del bloque, Catherine Ashton, señaló: "los planes existentes no se tirarán por la ventana".
Por el contrario, la Organización para la Cooperación Islámica criticó la operación militar. Su secretario general, Ekmeleddin Ihsanoglu, afirmó que, si bien estaba autorizada desde 2012 por el Consejo de Seguridad de la ONU (sesionó ayer por este conflicto), "se produjo de manera anticipada" y exigió el fin de los combates y que todas las partes implicadas se sienten a negociar. (Reuters-DPA-Télam)
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