Por Juan Manuel Asis
22 Enero 2013
Los tiempos políticos le marcan el paso a la dirigencia. Siempre. A Alperovich le costó en menos de 40 días la cabeza de dos ministros: Mario López Herrera (Seguridad Ciudadana) y Enrique Zamudio (Desarrollo Social). La repercusión pública negativa y la postura crítica de la Presidenta lo obligó a aceptar lo que pedía Susana Trimarco por el primero. Debía atenuar el malestar general. En los últimos días, la sorpresiva polémica por los gastos sociales de los legisladores, que involucró a Zamudio, también generó malhumor social; un aspecto negativo en un año electoral. En suma, a la eventual fuga de votos por errores propios y ajenos; diques. Se especulará sobre las causas de esta renuncia, lo cierto es que es otra jugada política. Alperovich necesita gente de más confianza cerca. Y la polémica le sirvió para hacer ajustes.