Cuatro lecturas sobre la disputa que inquieta a Tafí desde 2008

El pleito del hotel tafinisto tiene un lustro de antigüedad. En ese plazo, el caso se convirtió en un símbolo de la gestión municipal en marcha, y en una controversia en la que convergen arquitectura, turismo y respeto a las normas.

  EmiliaLita Gómez de Zermoglio, dueña del hotel Embajador del Tafí Emilia"Lita" Gómez de Zermoglio, dueña del hotel Embajador del Tafí
25 Enero 2013

Es el paisaje. Es el desarrollo económico de Tafí del Valle. "Es un capricho del intendente (Jorge Yapura Astorga", dijo Emilia"Lita" Gómez de Zermoglio (foto), dueña del hotel Embajador del Tafí, en una entrevista publicada en la edición de este diario del 7 de enero pasado. "Es inconcebible", expresó el gobernador José Alperovich en marzo de 2012. "Es un límite para todos los que en la última década creyeron que podían limpiarse 'el traste' con la Municipalidad", manifestó Yapura Astorga hace exactamente un año para confirmar la intención de erigir al tema en símbolo de su gestión. 

El conflicto empezó -al menos oficialmente- en septiembre de 2008. Nada ni nadie pudo apaciguarlo. Aparecieron las clausuras y las coberturas periodísticas. En el medio hubo períodos de "silencio" en los que la obra siguió adelante, pese a todo. El año pasado, las partes tuvieron una reunión que sólo aumentó el nivel de la confrontación. "Lita" Zermoglio dijo que el intendente la insultó y la maltrató; Yapura Astorga desmintió esa versión. Ambos cruzaron cartas documento. Y el intendente prometió llevar la supuesta injuria a la Justicia. 

Zermoglio aseguró que los papeles del Embajador del Tafí están en regla; que goza de un permiso para construir (por el que pagó $ 14.700 en enero de 2008) y que "va por todo" en el juicio que inició en enero. Yapura Astorga calificó a la obra de "clandestina" y expresó que no tiene ninguna duda sobre la procedencia de la orden de demolición. Zermoglio bautizó al pleito como "la novela del verano": una serie que lleva cinco años en "el aire" y que la Justicia de Tucumán puede tranquilamente prolongar durante otros cinco más. 

Coherencia
"Un hito en la historia"

El arquitecto Osvaldo Hugo Merlini es el autor del Plan de Ordenamiento Urbano y Ambiental y Código de Edificación en vigor en Tafí del Valle desde 1991. "Este intenta mantener la coherencia ambiental y paisajística. El intendente Jorge Yapura Astorga está intentando hacer respetar ese código. El conflicto entre el Municipio y el Embajador del Tafí puede ser un punto de inflexión en una ciudad que se extendió por todos lados sin un control adecuado. Este hito trazará un antes y un después en esa historia", precisó el profesional, que en el presente se desempeña como asesor técnico de Yapura Astorga. Merlini apuntó: "hay que defender a muerte el tema de la altura. El código establece que los edificios pueden tener, como máximo, 6,5 metros del alto. Al margen de la pelea en cuestión, esta exigencia resulta esencial para cuidar el paisaje y vale tanto para un quiosco como para un hotel. La palabra 'demolición' duele un poco, pero algo hay que hacer para compartir y respetar el lugar. Hay que salvar a Tafí. Y, para ello, todo el mundo debe cumplir las normas".

Imagen 
"El conflicto no ayuda"

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Roque Ayala es el primer presidente de la Cámara de Hoteles y Afines del Destino Tafí del Valle. "Nos preocupa que el valle recupere la identidad que tuvo en el pasado, incluida la impronta de los pueblos originarios. El conflicto (entre la Municipalidad y la familia Zermoglio) no ayuda a construir un polo turístico atractivo. La presencia de la controversia en los medios de comunicación crea una imagen preocupante de Tafí", opinó Ayala, que asegura que allí funcionan más de media docena de hoteles y casi 20 complejos de cabañas. El empresario añadió: "un ciudadano de bien no puede no afligirse frente a la posibilidad de una demolición así como tampoco puede sentirse a gusto con la idea de que haya construcciones fuera de regla".

Ayala manifestó que un ciudadano de bien tampoco quiere más polémicas como la que suscitó el levantamiento del hotel de Zermoglio: "existe un trabajo en marcha para ordenar el Municipio en todo sentido: en lo relativo a la regularización tributaria de los terrenos, y en la contención del tránsito de motos y de la venta ambulante".


Respeto
"El valle es frágil"

Juan Agustín "Mocho" Medina es arquitecto y está afincado en Tafí desde hace 25 años. "En general, no se respetan las ordenanzas municipales. El valle es pequeño y frágil, y todo el mundo se cree con derecho a hacer cualquier cosa allí. No sólo en cuanto a la edificación. Al igual que en San Javier, el enduro también hace destrozos aquí", expresó Medina, que es propietario de las Cabañas Río Molle, en La Ovejería. Y explicitó: "no estoy en contra de que haya motos todoterreno, pero estas no pueden circular con el escape libre a campo traviesa ni por la vía pública porque no tienen guiño ni portapatente. Insisto en que el desorden no es sólo patrimonio del sector inmobiliario: es un problema cultural más amplio". Respecto de la edificación, Medina llamó la atención sobre la falta de límites: "se construye a destajo sin tomar en cuenta las dimensiones del terreno, y ya han aparecido 'countries' y loteos con calles que no se ajustan a la normativa... Nosotros, los arquitectos, no podemos convertirnos en cómplices y en socios económicos de clientes sin principios".

Consenso
"Judicializar no sirve" 

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Ricardo Rulli es presidente del Colegio de Arquitectos de Tucumán desde el año pasado. Según su criterio, el conflicto del Embajador del Tafí podría haber sido evitado con consenso. "Claro que es difícil compatibilizar los intereses del inversor, de la política y de la comunidad, pero la judicialización del conflicto tampoco sirve. El futuro de un proyecto que pudo ser muy bueno para Tafí depende ahora de los tiempos de los Tribunales. Mientras tanto, todo el dinero invertido permanece inmovilizado", dijo el dirigente gremial. Rulli agregó que este tipo de problemas dejan a la sociedad con un sabor amargo: "la lectura que corresponde hacer es que terminamos espantando la inversión: somos una comunidad que prefiere la pelea y el 'autoboicot'. Pero los códigos de edificación están para ser cumplidos y respetados. Aquí, sin embargo, rige la excepción y la transgresión. Ojalá que a partir de este conflicto (entre la familia Zermoglio y la gestión del intendente Jorge Yapura Astorga) haya un cambio de conducta. Lo necesitamos en Tafí del Valle, en Tucumán y en el país".

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