Por Guillermo Monti
09 Febrero 2013
"Viene un uruguayo". Para el hincha de San Martín era una noticia excitante. Lógico: nadie olvidaba el paso, unos antes, de aquel enorme crack llamado Julio César Giménez. "Es volante central", se informó. Y creció el interés. En esos tiempos en los que Google era cosa de ciencia ficción, a los refuerzos se los descubría cuando pisaban la cancha. Imaginen entonces la sorpresa que provocó ver con los cortos y la roja y blanca en el pecho a un señor calvo, de abdomen más que prominente y pinta de ex jugador. Seamos sinceros: tenía buena técnica y entendía el juego... pero en el pasado. A San Martín, Peña arribó cuando ya estaba más cerca del micrófono que del vestuario.
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