16 Marzo 2013
LA PLATA (Andrés Burgo, especial para LA GACETA).- A los dos torneos que Atlético tiene que jugar en el campo de juego hasta que finalice la temporada 2012/13 (la Primera B Nacional y la Copa Argentina), en junio se sumará otro partido, pero en los escritorios: a mitad de año se vence el mandato del presidente Mario Leito y el club debe renovar sus autoridades.
Si bien no lo confirmó oficialmente, Leito dio en los últimos meses varios indicios que no se presentará a la reelección, aunque sí aseguró que participará para apoyar a sus compañeros de lista. "Ya cumplí un ciclo. Es importante apoyar a gente nueva. El fútbol no sólo come a futbolistas, sino también a dirigentes", dijo el año pasado el presidente, quien asumió en 2008 en reemplazo de Carlos Hasbani luego de un acuerdo entre los grupos "La Centenaria" y "Lealtad Decana". Leito, además, suele contar que los ocho años que lleva como dirigente de Atlético le quitan demasiado tiempo para estar en su estudio de abogacía.
Lo que no está claro es si su sucesor (si es que finalmente confirma que no se presentará a otro mandato) se definirá mediante un consenso general entre dirigentes, como sucedió con la asunción del mismo Leito, o si finalmente habrá elecciones, un rito del que los socios de Atlético no participan desde hace muchísimos años.
De hecho, el actual mandatario fue ratificado por sus pares en 2010 ante la ausencia de una lista opositora. Tres años después, y a pocos meses del inminente llamado a elecciones (será en los últimos días de junio o en los primeros de julio), tampoco está claro si se presentará una lista opositora.
En realidad, los acuerdos entre dirigentes signaron las últimas presidencias del club: así como Leito no llegó a su mandato mediante elecciones, tampoco lo había hecho su predecesor, Hasbani, quien en 2003 asumió el cargo luego de un polémico proceso electoral que finalizó con la impugnación de la lista encabezada por Luis Adad, el ex presidente.
Más atrás, en 1999, Julio Miranda, antes de asumir como gobernador, había delegado su cargo al frente de Atlético en Raúl Fioretti, quien renunció en 2002 en medio de una grave crisis institucional y dejó el mando del club en su entonces secretario, Alfredo Palacios. "Ojalá que esta vez sí haya elecciones, y no sólo con dos listas, sino con tres si es posible. Sería lo mejor para el socio y para el club", dijo ayer en La Plata, antes del partido, el jefe de la delegación de Atlético, Raúl Zamoratte.
Si bien no lo confirmó oficialmente, Leito dio en los últimos meses varios indicios que no se presentará a la reelección, aunque sí aseguró que participará para apoyar a sus compañeros de lista. "Ya cumplí un ciclo. Es importante apoyar a gente nueva. El fútbol no sólo come a futbolistas, sino también a dirigentes", dijo el año pasado el presidente, quien asumió en 2008 en reemplazo de Carlos Hasbani luego de un acuerdo entre los grupos "La Centenaria" y "Lealtad Decana". Leito, además, suele contar que los ocho años que lleva como dirigente de Atlético le quitan demasiado tiempo para estar en su estudio de abogacía.
Lo que no está claro es si su sucesor (si es que finalmente confirma que no se presentará a otro mandato) se definirá mediante un consenso general entre dirigentes, como sucedió con la asunción del mismo Leito, o si finalmente habrá elecciones, un rito del que los socios de Atlético no participan desde hace muchísimos años.
De hecho, el actual mandatario fue ratificado por sus pares en 2010 ante la ausencia de una lista opositora. Tres años después, y a pocos meses del inminente llamado a elecciones (será en los últimos días de junio o en los primeros de julio), tampoco está claro si se presentará una lista opositora.
En realidad, los acuerdos entre dirigentes signaron las últimas presidencias del club: así como Leito no llegó a su mandato mediante elecciones, tampoco lo había hecho su predecesor, Hasbani, quien en 2003 asumió el cargo luego de un polémico proceso electoral que finalizó con la impugnación de la lista encabezada por Luis Adad, el ex presidente.
Más atrás, en 1999, Julio Miranda, antes de asumir como gobernador, había delegado su cargo al frente de Atlético en Raúl Fioretti, quien renunció en 2002 en medio de una grave crisis institucional y dejó el mando del club en su entonces secretario, Alfredo Palacios. "Ojalá que esta vez sí haya elecciones, y no sólo con dos listas, sino con tres si es posible. Sería lo mejor para el socio y para el club", dijo ayer en La Plata, antes del partido, el jefe de la delegación de Atlético, Raúl Zamoratte.
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