16 Marzo 2013
Francisco da la primera señal contra la pedofilia
Con los ojos del mundo fijos en él, el Papa instó a profundizar el Evangelio e invitó a "no darles espacio al pesimismo y al desaliento". Jorge Bergoglio cuestionó la presencia en el Vaticano de un arzobispo norteamericano acusado de haber encubierto a sacerdotes denunciados por abusos. Instó a los cardenales a llevar la Evangelización por todo el mundo

En su tercera jornada como Papa electo, el cardenal Jorge Bergoglio ya envió algunas muestras de la dirección que asumirá el Vaticano en esta nueva etapa de la Iglesia católica; instó a "llevar el Evangelio a todos los rincones de la Tierra"; y dio una enérgica señal en contra de la pederastia, en un cruce que mantuvo con el cardenal estadounidense Bernard Law, acusado de haber encubierto a unos 250 curas pederastas entre 1984 y 2002, cuando fue arzobispo de la diócesis de Boston (EEUU). Según el diario italiano "Il Fatto Quotidiano", cuando Francisco vio a Law en la Basílica Santa María la Mayor, comentó a los que lo acompañaban: "No quiero que frecuente (el cardenal) esta Basílica".
Por otra parte, en su encuentro de ayer con los cardenales en la sala Clementina del Vaticano, afirmó: "Nuestra misión es llevar a Jesús al hombre y conducir al hombre al encuentro de Jesús, realmente presente en la Iglesia. Jamás cedamos al pesimismo, a esa amargura que el diablo nos ofrece cada día. No hay espacio para el pesimismo o el desaliento". "El Espíritu Santo- continuó- nos da la valentía para perseverar en nuevos métodos para llevar el Evangelio a todos los confines del mundo". Lo escucharon los 114 cardenales electores y numerosos octogenarios que por su edad no habían participado en el cónclave.
Por otra parte, en su encuentro de ayer con los cardenales en la sala Clementina del Vaticano, afirmó: "Nuestra misión es llevar a Jesús al hombre y conducir al hombre al encuentro de Jesús, realmente presente en la Iglesia. Jamás cedamos al pesimismo, a esa amargura que el diablo nos ofrece cada día. No hay espacio para el pesimismo o el desaliento". "El Espíritu Santo- continuó- nos da la valentía para perseverar en nuevos métodos para llevar el Evangelio a todos los confines del mundo". Lo escucharon los 114 cardenales electores y numerosos octogenarios que por su edad no habían participado en el cónclave.
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