Divorcio vincular

El Papa "del fin del mundo" despertó algarabías en todos los países; pero en la Argentina le llovieron agravios. Dos senadores tucumanos ocupan puestos importantes, pero eso no implica beneficios para la provincia.

Nos creemos los mejores e integramos una de las sociedades que peor hablan de su propio país. Somos argentinos. "Entre la soberbia y el desprecio, casi no encontramos matices". La frase está en "Mitomanías argentinas" y figura en la página 13 del libro de Alejandro Grimson. El autor bucea en los mitos en los que creemos y que declamamos a diario con la intención de entender y de buscar una identidad argentina.

"¡El Papa es argentino!" El grito fue estallido en la tarde que se despabilaba. Nadie -o muy pocos- vieron al señor que se asomó al balcón de un edificio de la acera oeste de muñecas al 500. Pero su voz fue la de muchos que repetían lo que la televisión les acababa de decir. Exactamente, a 100 metros un taxista le comentaba a otro que "no lo podía creer". El pasajero se subió al Fiat Uno gastado y el taxista arrancó: "mire, es increíble, ahora el país va a estar mejor, el mundo va a estar mejor. El Papa es argentino", dijo; y soltó el llanto. Con una mano agarraba el volante y con la otra se levantaba los anteojos para enjugar las lágrimas. Entre quebrado y orgulloso dejó al pasajero en el destino acordado y lo despidió con un: "todo va a estar mejor". Casi al mismo tiempo, en Roma, Bergoglio salía al balcón y bromeaba con la multitud.

En la Argentina la elección del cardenal "que fueron a buscar al fin del mundo" -¿seremos el fin del mundo?- fue una bocanada de oxígeno para la oposición política. Sorpresiva e inesperadamente recibían un espaldarazo. El oficialismo, en cambio, acostumbrado a llevar de las narices a sus rivales sintió que había perdido la iniciativa. Y se confundió. En lugar de disfrutar de la noticia -como el señor gordo del balcón o como el taxista-, hizo un saludo exageradamente protocolar y mandó a castigar duramente al Papa argentino. Hasta exageraron y trucaron argumentos. Si Bergoglio fue tan cómplice de la dictadura tuvieron la oportunidad para evitar que el cardenal cruzara el charco con denuncias precisas. En todo caso, ya era tarde y el oficialismo K se quedó sin disfrutar de la elección de un hecho único, histórico. Se enredó en la soberbia y en la amargura del desprecio.

Al Papa, el mundo lo recibió con aplausos. Unos desplegaron algarabía; otros mostraron respetos, y no faltaron los indiferentes. Los agravios sólo salieron de sus compatriotas.

El agua y el aceite
En la página 131, Grimson advierte: "todo lo negativo de nuestra historia y de nuestro presente, todo lo aborrecible de la realidad, es siempre culpa de los otros". Precisa además que "el triunfo se enuncia en primera persona del plural. La derrota, en la tercera". Esos conceptos aparecen en el primer párrafo de "Los mitos de la sociedad inocente". Siempre son ellos (otros) los culpables, los políticos, los inmigrantes, el FMI o los milicos. De la misma manera es seguro que "ganamos" el domingo.

"Sabe, yo nunca hubiera votado por usted. Lo hice por mandato de bloque". "De usted no espero nada". No es fácil reconstruir este diálogo, pero dicen que ocurrió en un ascensor del Congreso de la Nación. La primera frase sería de un radical; la segunda, de una integrante del Frente para la Victoria. Los dos son tucumanos. No se toleran -por usar un verbo benévolo. Él es senador y ella también. José Cano y Beatriz Rojkés de Alperovich.

Nunca Tucumán había tenido dos políticos en lugares tan encumbrados y con tanto poder. Una es la elegida de la Presidenta; la tercera en la sucesión del poder en el país. El otro es el jefe de la bancada más importante de la oposición del país. Juntos podrían ser dinamita, pero si se acercan se sacan chispas. Tucumán podría ser una provincia privilegiada por los logros de dos políticos que votó su sociedad. Sin embargo, cada uno tira para su lado sin la posibilidad de que construyan en forma conjunta y con el respeto que merece el lugar, la ideología y los pensamientos de cada uno. En otros países las dicotomías y los odios se esfuman en el mismo momento en que se queman los votos de la última elección y a partir de allí se construye. Como con Bergoglio, Tucumán tiene la posibilidad de sentirse orgulloso de los logros de sus representantes, pero en lugar de disfrutar sus acciones padece sus desencuentros.

Descorteses
La Corte Suprema de Justicia de Tucumán sabe de estos temas. En el último piso del ala norte de Tribunales falta el respeto y escasea la admiración. Si sus integrantes pudieran verse entre ellos sabrían que son cinco voluntades que aportarían a la construcción de un Poder Judicial con mayúsculas. Sin embargo, las pequeñeces son grandes obstáculos para que puedan desplegar sus capacidades. Esta semana quedó plasmado en una discusión epistolar que mantuvieron, por un lado, la vocal Claudia Sbdar, y por otro, Antonio Estofán; aunque el actor principal fue el vocal rugbista, Antonio Gandur, y los espectadores fueron ministros del Poder Ejecutivo y el novel vocal Daniel Posse.

Sbdar había venido trabajando para encarar un protocolo para unificar el tratamiento de la víctimas de delitos sexuales. Avisó a sus pares de la tarea terminada y de la posibilidad de mostrarlo a los otros poderes. Sus colegas la escucharon pero no hubo acordada para actuar. La ansiedad le jugó una mala pasada y la vocal terminó recibiendo un desplante de Gandur que hizo público su enojo. No encontró argumentos válidos para castigar a Sbdar pero tenía el visto bueno de Estofán, que quiere una voz unívoca dentro del cuerpo. Estos no son más que escarceos en un año también "electoral" en la Corte. Sbdar ha aprendido de las palizas anteriores. Se fortificó políticamente y ganó consenso en la Casa de Gobierno y, por las dudas, declama a los cuatro vientos que no le interesa la presidencia de la Corte. Estofán, a quien sí le ha interesado ese lugar, viene trabajando para que si no es él, sea un hombre que llegue de la mano de él; y, por sobre todo, para que no sea Sbdar. Por eso, en el último tiempo, alternativamente se han probado el saco Daniel Posse y Gandur.

La Corte se distrae con estas cuestiones como una forma de recrearse, ya que los ojos de la Nación están puestos sobre el fallo que puede costarles hasta la intervención del poder: el análisis de la conducta de los jueces que eximieron de culpa y cargo a los imputados en el caso "Marita" Verón.

Mientras la Corte estudia, el poder político está ensañado con Alberto Piedrabuena, con Emilio Herrera Molina y con Eduardo Romero Lascano. Los abogados defensores de estos se convertido en un fuerte pack en el scrum que pujan con la comisión de Juicio Político de la Legislatura. Es la primera vez que Sisto Terán y su ballet reciben fuerte resistencia. Los legisladores porfían porque no sea público este proceso; los letrados Roberto Toledo y Arnaldo Ahumada no están dispuestos a ceder terreno, en su defensa a los jueces. Durante la semana las novedades surgirán por el lado de Tribunales. Allí ya estaría listo el fallo que declara nula la forma en que Alperovich no le quiso aceptar la renuncia para jubilarse a Herrera Molina; y la otra noticia saldrá de la fiscalía de Carlos Albaca, quien se ha visto obligado a dar a conocer en las próximas horas lo que hizo con la causa Lebbos, que se despertó a raíz de la vulnerabilidad que mostró el gobernador José Alperovich con Susana Trimarco y con la desaparición de su hija.

Desde el mostrador
Grimson dedica un capítulo completo a analizar los mitos sobre la Capital y el Interior. Recuerda la idea de que "Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires"; aquel que señala que "Los porteños gobiernan el país", y el más patético, que sentencia: "hay dos Argentinas".

En Tucumán, Alperovich ha dejado claramente demostrado que todos esos mitos son una realidad incontrastable; y esta semana, el rector de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), Juan Cerisola, se ha preocupado por desmentirlo. Pero la verdad es que si el gobernador no lo ayuda, lo hará la Nación a un costo de poder muy alto. "Te vamos a ayudar, pero que eso no sirva para que los parlamentarios que vos aportás terminen apuntando al Gobierno", escuchó el rector de la UNT. Concretamente le estaban cobrando caro que el diputado Luis Sacca se viera beneficiado con la estructura universitaria de fondos nacionales y terminara vociferando contra los K. A buen entendedor, pocas palabras. El tiempo demostrará que aunque Cerisola lo niegue, el kirchnerismo, por medio de La Cámpora, va a pisar más firme en la UNT y en todo el país. Billetera mata galán.

Cerisola además está atado a la reforma del estatuto universitario para seguir en el Rectorado. Está esperando que se lo pidan. No es su figura la convocante, pero hay docentes que la necesitan por cuestiones de su estamento; hay no docentes que sueñan con ella para obtener el voto que ahora se les niega, y hay por lo menos siete decanos que están interesados en la re-reelección. En todos ellos confía Cerisola para seguir. Cualquier parecido con Alperovich, es pura casualidad.

Juntos pero separados
Cuando los radicales tenían en los socialistas sus socios ideales, se produjo la reunión en un bar de la esquina del Congreso. En Entre Ríos e Hipólito Irigoyen compartieron una larga tertulia el senador Cano y el diputado Sacca con un ex senador bussista devenido macrista. Los tucumanos y Pablo Walter cambiaron figuritas y encuestas. Los sondeos les dicen que a nivel nacional Mauricio Macri es la respuesta voluntaria a la consulta de quién es la oposición de Cristina y en Tucumán el elegido es Cano a la contracara de Alperovich. El ruido de la calle dejó oír que la única forma de frenar una reforma de la Constitución futura a los K es en un trabajo conjunto. Anotaron fechas (el 12 de junio vence el plazo para inscribir alianzas y 10 días después para definir los candidatos) y se comprometieron a trabajar en forma conjunta. Los macristas quieren un segundo lugar en la lista y andan buscando una mujer en el caso de que se dé esa alianza. Los radicales, como siempre, ya se están desgastando con sus internas y les sobran candidatos. Cano además tiene muy aceitada su conversación con los socialistas. El temor de todos es que las internas abiertas terminen desgastando las energías para las generales.

La batalla no es sólo política de todos contra los K. Tanto en el radicalismo como en el socialismo y en otros partidos menores priman los intereses personales y generacionales antes que los comunes (cualquier parecido a las reacciones sobre Bergoglio también es casualidad) y como piensan que en el futuro ellos serán protagonistas tienen dudas de si conviene pelear ahora en 2013. Es que si esperan cuatro años más ellos serán los protagonistas. Con ese razonamiento más de uno está dispuesto a negociar antes con Alperovich o con La Cámpora antes que con un bloque opositor.

Entre el Papa, las acciones de la Justicia y los movimientos de la oposición, esta semana puede que deje en segundo plano al oficialismo, que viene imponiendo la agenda desde hace nueve años.

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