18 Marzo 2013
Casi todas las facultades cobran inscripción
Los costos van de $ 50 a $ 450; aunque el pago no resulta obligatorio, en algunos casos los eximidos se pierden las mejores comisiones. En Cine quisieron elevar de $ 100 a $ 300 el precio del bono, y que este pierda su carácter de voluntario, los alumnos lo impidieron
NO TAN GRATUITA. El artículo 91 del estatuto de la UNT consagra expresamente la gratuidad y la equidad de la enseñanza en la Casa de Juan B. Terán. LA GACETA / ENRIQUE GALINDEZ (ARCHIVO)
El artículo 91° del estatuto consagra la gratuidad de la educación en la casa de Juan B. Terán: "La Universidad Nacional de Tucumán (UNT) garantiza la gratuidad y equidad de la enseñanza de grado y ningún estudiante podrá ser obligado al pago de contribuciones por tales estudios". Este punto se encuentra, sin embargo, en suspenso. Tal suspensión asfalta el camino para que casi todas las facultades cobren algún tipo de arancel o bono contribución a los estudiantes.
Los montos que se les cobraron a los ingresantes entre fines del año pasado y principios de este oscilaron entre $ 50 y $ 450, según la unidad académica. Este arancelamiento generó, hacia fines de febrero, medidas de fuerza estudiantiles, que incluyeron el corte de calles aledañas a esas casas de estudio. Son los casos de los alumnos de Medicina y de la Escuela de Cine. Los primeros consiguieron que el pago del bono de $ 300 que se les pedía para inscribirse sea, en efecto, voluntario -figuraba en tal sentido; pero, en los hechos, era prácticamente obligatorio-. En Cine, las autoridades pretendieron elevar a $ 300 -y hacerlo obligatorio- un bono de $ 100 que era optativo; mediante un plan de lucha, los estudiantes consiguieron que las cosas queden como estaban.
Hace casi exactamente un año, estudiantes de distintas facultades echaron por tierra el intento del Rectorado de elevar los costos de algunos trámites administrativos. La decisión había sido tomada el 13 de marzo del año pasado, e incluía, entre otros, un aumento en el pago de la libreta universitaria, que iba a pasar a costar de $ 3,8 a $ 25. La resolución quedó sin efecto. En algunas facultades, la libreta continúa costando hoy $ 3,8.
Sólo tres facultades no cobraron ningún arancel cuando se inscribieron los ingresantes 2013 -salvo la libreta, que se cobra en todas las unidades académicas-: Artes, Filosofía y Psicología.
En las 10 restantes, a los ingresantes se les pedía que abonen algún monto. En Agronomía se pedía que paguen $ 80 (en la tesorería de la facultad); en Arquitectura, $ 140 (en un Rapipago); en Bioquímica, $ 250 (en el banco Nación); en Ciencias Económicas, $ 100 (en la facultad); en Ciencias Exactas, $ 190 (en la facultad); en Ciencias Naturales se cobraba $ 150 el material didáctico -este cuaderno resultaba más barato si se lo fotocopiaba en otro lado-; en Derecho, $ 50; en Educación Física, $ 300 (en la Caja Popular de Ahorros de la Provincia); en Medicina, $ 300 (en tesorería de la facultad); en Odontología -la más costosa, incluía los cuadernos del cursillo-, $ 450 (en la facultad).
Para quedar exceptuados del pago, en algunos casos bastaba con presentar una nota; pero en Derecho, por ejemplo, el alumno que no estaba en condiciones -o no deseaba- pagar, debía inscribirse en una fecha especial. Esto lo dejaba fuera de la posibilidad de elegir las comisiones más buscadas por los estudiantes.
Opinión estudiantil
LA GACETA consultó a 13 referentes de distintas agrupaciones estudiantiles y de diferentes facultades para conocer su opinión sobre este cobro. Sólo respondieron seis (Ver notas). Entre los que no contestaron se encuentran las dos ramas de Franja Morada (oficial y Reformista). Esta agrupación, alineada al Rectorado y a la mayoría de los Decanatos, dirige los centros de estudiantes de las facultades donde el cobro de bonos o de aranceles resulta más caro: Odontología, Educación Física (oficial) y Bioquímica (Reformista). Tampoco respondieron los dos referentes de la Juventud Universitaria Peronista. Esta fuerza conduce Exactas, otra de las facultades donde la inscripción resulta más cara.
AGRUPACION LILLOI
Sofía Bardavid (vice del Centro - Cs. Naturales)
Nuestra agrupación está en desacuerdo con la actual política de arancelamiento de la educación universitaria, ya que esta atenta contra la lucha por la educación pública y gratuita, uno de los pilares fundamentales sobre los cuales se conformó Lilloi. Este año, en la Facultad de Ciencias Naturales se implementaron medidas restrictivas, tales como el pago de un bono "contribución" o la compra obligatoria de cuadernillos para los estudiantes que recién ingresan, cuyo precio alcanza los $ 150. Desde el Centro de Estudiantes de la facultad -que preside nuestra agrupación- hemos denunciado esta medida, debido a que no sólo acomete contra los derechos de todos los estudiantes universitarios, sino que, al mismo tiempo, representa una derrota frente a las conquistas obtenidas por luchas de generaciones de estudiantes. La educación pública y gratuita es un derecho que el Estado debe garantizar a todas las personas de nuestro país; y las autoridades de las universidades no deben ir en contra de ello.
Juventud Socialista - MST
Mariano Raed (secretario DDHH - Medicina)
La educación es un derecho, no un privilegio. La política en materia educativa de todos los Gobiernos -radicales y peronistas, incluido el de Cristina Fernández- ha sido la del ahogo presupuestario. Con esto se excusan los decanos para justificar el cobro de diversos tipos de aranceles; particularmente los bonos de inscripción, que se convirtieron en una caja de cientos de miles de pesos que manejan a su antojo, sin rendir cuentas a nadie. Tampoco rinden cuentas de la plata que ingresa de la minera contaminadora La Alumbrera. El Estado debe ser el único garante de la educación; rechazamos toda financiación privada y el "autofinanciamiento". Los estudiantes debemos organizarnos para defender la gratuidad de la universidad, como lo hicieron los estudiantes de Medicina, que organizados en asamblea lograron que el bono de reinscripción sea realmente voluntario. Pero también organizarnos para pelear en las elecciones contra las agrupaciones afines al Rectorado, que siempre patean en contra de los derechos estudiantiles y de la universidad pública y gratuita.
Movimiento de estudiantes universitarios
Emiliano Morelli (consejero superior)
El panorama económico de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) es crítico. Desde hace años, la Nación no aprueba el presupuesto; y ya cerró el período de bonanza de las utilidades mineras. Esta situación implicará que el Rectorado destine menos recursos a las Facultades; y estas deberán conseguirlos de otro lado. A raíz de ello, considero necesario colaborar con la institución con un pequeño aporte; sobre todo en cuestiones que hacen al funcionamiento y a la logística. Pero que de ningún modo la falta de colaboración impida que quien no puede pagar no goce de un trato igualitario. Este aporte no significa atentar contra la educación pública y gratuita, sino respaldar esta construcción colectiva que es la UNT, en la medida en que los paliativos no se vuelvan prácticas desarraigadas de la realidad ni eximan al Estado, pues este debe destinar fondos. En Arquitectura, los alumnos pagamos $ 50 al iniciar las clases, desde hace muchos años; y el que no está en condiciones de hacerlo, con la redacción de una simple nota queda inmediatamente eximido.
Movimiento Universitario Sur
Ivanna Ruiz Ramírez (Pta. Centro de Psicología)
En muchas de las Facultades de la UNT se impusieron injustos cobros a los estudiantes, que dejan sin posibilidad de acceder a la educación superior a miles de jóvenes. Estos montos tienen una doble funcionalidad: por un lado, buscan alivianar al Estado de su obligación de financiar la educación; por el otro, son un mecanismo de expulsión y de restricción de esta. En Medicina se llega a cobrar $ 500 a los estudiantes para que puedan tener derecho a rendir un examen de ingreso, algo que resulta completamente contradictorio con el principio de gratuidad que resguarda el estatuto de nuestra universidad. Si bien muchos cobros adquirieron un carácter de "no obligatorios", estos no dejan de ser un filtro para que la UNT sea un espacio educativo para unos pocos, mientras miles de jóvenes se quedan en la puerta de las facultades, sin poder cumplir su sueño de acceder a estudios superiores. Es inadmisible que con estos años de crecimiento económico todavía subsistan estas políticas restrictivas en las universidades argentinas.
Movimiento Humanista
Patricio Sanna (Consejero Superior)
El arancel universitario es un paso sustantivo en el proceso de la privatización, capaz de transformar de golpe la naturaleza de la educación pública. Desde nuestra agrupación estamos en contra del cobro de aranceles a los estudiantes, porque esto restringe el acceso de todos a la educación superior pública y gratuita. Mucho más en las condiciones en la que estos están establecidos: la "voluntariedad" del pago es un disfraz, porque en caso de que se opte por no pagar, en algunas facultades -como la de Derecho- los alumnos pierden la chance de elegir, en primera instancia, los horarios en que quieren cursar. Esto genera una flagrante desigualdad. Estos aranceles van totalmente en contra de la normativa vigente, son discriminatorios; y en la mayoría de los casos son establecidos por las facultades. Uno de los objetivos próximos debe circunscribirse en la eliminación de los aranceles, pero ello debe ir acompañado de gestiones para aumentar el presupuesto, para garantizar, de una vez por todas, la autarquía financiera de la que debe gozar nuestra casa de altos estudios.
Unión de Juventudes por el Socialismo
Anahí Rodríguez (sec. obrero estudiantil - FUT)
Rechazamos todo arancel, directo o encubierto. Defendemos la gratuidad irrestricta. El arancelamiento es medida privatista de la educación; en condiciones de crisis presupuestaria, es medida de ajuste. Pero este no se limita al arancel: se generalizan exámenes de ingreso, cupos, correlativas filtros. Como no alcanza el presupuesto, achican la matrícula. Desalojan a los alumnos, que pierden su derecho a estudiar. En la UNT, la crisis de presupuesto tiene un agravante: aquí ingresan fondos mineros, fruto de la asociación con La Alumbrera. Pero nadie sabe qué monto real ingresa ni dónde va. La Federación Universitaria de Tucumán y los centros se deben pronunciar y actuar para impedir estos atropellos. La UJS-Partido Obrero plantea un plan de lucha contra el limitacionismo; la eliminación de todo arancel, de los exámenes de ingresos, de los cupos y de las correlativas filtros. Que se abran los libros contables de la UNT para que la comunidad universitaria los investigue. Por aumento del presupuesto genuino, proveniente del presupuesto nacional. Ruptura del vínculo UNT-La Alumbrera.
Los montos que se les cobraron a los ingresantes entre fines del año pasado y principios de este oscilaron entre $ 50 y $ 450, según la unidad académica. Este arancelamiento generó, hacia fines de febrero, medidas de fuerza estudiantiles, que incluyeron el corte de calles aledañas a esas casas de estudio. Son los casos de los alumnos de Medicina y de la Escuela de Cine. Los primeros consiguieron que el pago del bono de $ 300 que se les pedía para inscribirse sea, en efecto, voluntario -figuraba en tal sentido; pero, en los hechos, era prácticamente obligatorio-. En Cine, las autoridades pretendieron elevar a $ 300 -y hacerlo obligatorio- un bono de $ 100 que era optativo; mediante un plan de lucha, los estudiantes consiguieron que las cosas queden como estaban.
Hace casi exactamente un año, estudiantes de distintas facultades echaron por tierra el intento del Rectorado de elevar los costos de algunos trámites administrativos. La decisión había sido tomada el 13 de marzo del año pasado, e incluía, entre otros, un aumento en el pago de la libreta universitaria, que iba a pasar a costar de $ 3,8 a $ 25. La resolución quedó sin efecto. En algunas facultades, la libreta continúa costando hoy $ 3,8.
Sólo tres facultades no cobraron ningún arancel cuando se inscribieron los ingresantes 2013 -salvo la libreta, que se cobra en todas las unidades académicas-: Artes, Filosofía y Psicología.
En las 10 restantes, a los ingresantes se les pedía que abonen algún monto. En Agronomía se pedía que paguen $ 80 (en la tesorería de la facultad); en Arquitectura, $ 140 (en un Rapipago); en Bioquímica, $ 250 (en el banco Nación); en Ciencias Económicas, $ 100 (en la facultad); en Ciencias Exactas, $ 190 (en la facultad); en Ciencias Naturales se cobraba $ 150 el material didáctico -este cuaderno resultaba más barato si se lo fotocopiaba en otro lado-; en Derecho, $ 50; en Educación Física, $ 300 (en la Caja Popular de Ahorros de la Provincia); en Medicina, $ 300 (en tesorería de la facultad); en Odontología -la más costosa, incluía los cuadernos del cursillo-, $ 450 (en la facultad).
Para quedar exceptuados del pago, en algunos casos bastaba con presentar una nota; pero en Derecho, por ejemplo, el alumno que no estaba en condiciones -o no deseaba- pagar, debía inscribirse en una fecha especial. Esto lo dejaba fuera de la posibilidad de elegir las comisiones más buscadas por los estudiantes.
Opinión estudiantil
LA GACETA consultó a 13 referentes de distintas agrupaciones estudiantiles y de diferentes facultades para conocer su opinión sobre este cobro. Sólo respondieron seis (Ver notas). Entre los que no contestaron se encuentran las dos ramas de Franja Morada (oficial y Reformista). Esta agrupación, alineada al Rectorado y a la mayoría de los Decanatos, dirige los centros de estudiantes de las facultades donde el cobro de bonos o de aranceles resulta más caro: Odontología, Educación Física (oficial) y Bioquímica (Reformista). Tampoco respondieron los dos referentes de la Juventud Universitaria Peronista. Esta fuerza conduce Exactas, otra de las facultades donde la inscripción resulta más cara.
AGRUPACION LILLOI
Sofía Bardavid (vice del Centro - Cs. Naturales)
Nuestra agrupación está en desacuerdo con la actual política de arancelamiento de la educación universitaria, ya que esta atenta contra la lucha por la educación pública y gratuita, uno de los pilares fundamentales sobre los cuales se conformó Lilloi. Este año, en la Facultad de Ciencias Naturales se implementaron medidas restrictivas, tales como el pago de un bono "contribución" o la compra obligatoria de cuadernillos para los estudiantes que recién ingresan, cuyo precio alcanza los $ 150. Desde el Centro de Estudiantes de la facultad -que preside nuestra agrupación- hemos denunciado esta medida, debido a que no sólo acomete contra los derechos de todos los estudiantes universitarios, sino que, al mismo tiempo, representa una derrota frente a las conquistas obtenidas por luchas de generaciones de estudiantes. La educación pública y gratuita es un derecho que el Estado debe garantizar a todas las personas de nuestro país; y las autoridades de las universidades no deben ir en contra de ello.
Juventud Socialista - MST
Mariano Raed (secretario DDHH - Medicina)
La educación es un derecho, no un privilegio. La política en materia educativa de todos los Gobiernos -radicales y peronistas, incluido el de Cristina Fernández- ha sido la del ahogo presupuestario. Con esto se excusan los decanos para justificar el cobro de diversos tipos de aranceles; particularmente los bonos de inscripción, que se convirtieron en una caja de cientos de miles de pesos que manejan a su antojo, sin rendir cuentas a nadie. Tampoco rinden cuentas de la plata que ingresa de la minera contaminadora La Alumbrera. El Estado debe ser el único garante de la educación; rechazamos toda financiación privada y el "autofinanciamiento". Los estudiantes debemos organizarnos para defender la gratuidad de la universidad, como lo hicieron los estudiantes de Medicina, que organizados en asamblea lograron que el bono de reinscripción sea realmente voluntario. Pero también organizarnos para pelear en las elecciones contra las agrupaciones afines al Rectorado, que siempre patean en contra de los derechos estudiantiles y de la universidad pública y gratuita.
Movimiento de estudiantes universitarios
Emiliano Morelli (consejero superior)
El panorama económico de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) es crítico. Desde hace años, la Nación no aprueba el presupuesto; y ya cerró el período de bonanza de las utilidades mineras. Esta situación implicará que el Rectorado destine menos recursos a las Facultades; y estas deberán conseguirlos de otro lado. A raíz de ello, considero necesario colaborar con la institución con un pequeño aporte; sobre todo en cuestiones que hacen al funcionamiento y a la logística. Pero que de ningún modo la falta de colaboración impida que quien no puede pagar no goce de un trato igualitario. Este aporte no significa atentar contra la educación pública y gratuita, sino respaldar esta construcción colectiva que es la UNT, en la medida en que los paliativos no se vuelvan prácticas desarraigadas de la realidad ni eximan al Estado, pues este debe destinar fondos. En Arquitectura, los alumnos pagamos $ 50 al iniciar las clases, desde hace muchos años; y el que no está en condiciones de hacerlo, con la redacción de una simple nota queda inmediatamente eximido.
Movimiento Universitario Sur
Ivanna Ruiz Ramírez (Pta. Centro de Psicología)
En muchas de las Facultades de la UNT se impusieron injustos cobros a los estudiantes, que dejan sin posibilidad de acceder a la educación superior a miles de jóvenes. Estos montos tienen una doble funcionalidad: por un lado, buscan alivianar al Estado de su obligación de financiar la educación; por el otro, son un mecanismo de expulsión y de restricción de esta. En Medicina se llega a cobrar $ 500 a los estudiantes para que puedan tener derecho a rendir un examen de ingreso, algo que resulta completamente contradictorio con el principio de gratuidad que resguarda el estatuto de nuestra universidad. Si bien muchos cobros adquirieron un carácter de "no obligatorios", estos no dejan de ser un filtro para que la UNT sea un espacio educativo para unos pocos, mientras miles de jóvenes se quedan en la puerta de las facultades, sin poder cumplir su sueño de acceder a estudios superiores. Es inadmisible que con estos años de crecimiento económico todavía subsistan estas políticas restrictivas en las universidades argentinas.
Movimiento Humanista
Patricio Sanna (Consejero Superior)
El arancel universitario es un paso sustantivo en el proceso de la privatización, capaz de transformar de golpe la naturaleza de la educación pública. Desde nuestra agrupación estamos en contra del cobro de aranceles a los estudiantes, porque esto restringe el acceso de todos a la educación superior pública y gratuita. Mucho más en las condiciones en la que estos están establecidos: la "voluntariedad" del pago es un disfraz, porque en caso de que se opte por no pagar, en algunas facultades -como la de Derecho- los alumnos pierden la chance de elegir, en primera instancia, los horarios en que quieren cursar. Esto genera una flagrante desigualdad. Estos aranceles van totalmente en contra de la normativa vigente, son discriminatorios; y en la mayoría de los casos son establecidos por las facultades. Uno de los objetivos próximos debe circunscribirse en la eliminación de los aranceles, pero ello debe ir acompañado de gestiones para aumentar el presupuesto, para garantizar, de una vez por todas, la autarquía financiera de la que debe gozar nuestra casa de altos estudios.
Unión de Juventudes por el Socialismo
Anahí Rodríguez (sec. obrero estudiantil - FUT)
Rechazamos todo arancel, directo o encubierto. Defendemos la gratuidad irrestricta. El arancelamiento es medida privatista de la educación; en condiciones de crisis presupuestaria, es medida de ajuste. Pero este no se limita al arancel: se generalizan exámenes de ingreso, cupos, correlativas filtros. Como no alcanza el presupuesto, achican la matrícula. Desalojan a los alumnos, que pierden su derecho a estudiar. En la UNT, la crisis de presupuesto tiene un agravante: aquí ingresan fondos mineros, fruto de la asociación con La Alumbrera. Pero nadie sabe qué monto real ingresa ni dónde va. La Federación Universitaria de Tucumán y los centros se deben pronunciar y actuar para impedir estos atropellos. La UJS-Partido Obrero plantea un plan de lucha contra el limitacionismo; la eliminación de todo arancel, de los exámenes de ingresos, de los cupos y de las correlativas filtros. Que se abran los libros contables de la UNT para que la comunidad universitaria los investigue. Por aumento del presupuesto genuino, proveniente del presupuesto nacional. Ruptura del vínculo UNT-La Alumbrera.
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