19 Marzo 2013
SIN RESPALDO. La consagración de Bergoglio en Sumo Pontífice no cayó bien en el seno del gobierno argentino. REUTERS
BUENOS AIRES.- Con la diplomacia argentina en Italia puesta en la mira, desde El Vaticano confirmaron la existencia de un dossier con el que se intentó boicotear las chances de que Jorge Bergoglio sea consagrado como el nuevo Papa. Estas versiones se desprenden de una nota publicada en "El Cronista", en la que señalan las intenciones del gobierno argentino por impedir la llegada a Roma de un adversario político.
Según lo revelado por el matutino porteño, desde Buenos Aires diseñaron un texto para que fuera entregado a los cardenales que participaron del Cónclave, que en definitiva decidió consagrar a Bergoglio como Francisco.
La maniobra habría sido organizada por un legislador nacional relacionado a los organismos de Derechos Humanos y, siempre siguiendo lo publicado por "El Cronista", habría contado con la colaboración de Juan Pablo Cafiero, embajador argentino en El Vaticano.
Cafiero, con la colaboración del ex embajador durante el menemismo Esteban Caselli, habría logrado acceder a los altos mandos de la Curia, que ya tenía a Bergoglio como uno de los candidatos a conducir la nueva Iglesia que intentaría terminar con la corrupión del Banco Vaticano y con las denuncias de pedofilia que ensombrecen las iglesias de buena parte del mundo.
Con esta información, habría sido el hijo de Antonio Cafiero el que advirtió a Cancillería sobre las reales posibilidades del Arzobispo de Buenos Aires de convertirse en Sumo Pontífice.
Este hecho fue señalado como el principio de la maniobra que fue armada en base a los escritos del periodista Horacio Verbitsky, quien en su libro "El Silencio" cita entrevistas con familiares de desaparecidos y, especialmente con el sacerdote jesuita Orlando Yorio.
El 23 de mayo de 1976, en una villa del Bajo Flores, Yorio y Francisco Jalics fueron secuestrados por infantes de Marina y trasladados a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Ahí permanecieron cerca de cinco meses detenidos y sometidos a diferentes métodos de torturas por ser considerados curas guerrilleros.
En 1985, y posteriormente ante Verbitsky, Yorio señaló directamente a Bergoglio como el responsable de su detención. Estos argumentos fueron expuestos en el dossier que se mezcló entre los cardenales el día del Cónclave. Sin embargo, los cardenales tuvieron acceso al fallo de la Justicia Federal que niega la relación del hasta ese momento Arzobispo de Buenos Aires.
Ahí fue cuando se habría encendido la alarma dentro del gobierno argentino, que azorado vio abrirse el balcón de la Basílica de San Pedro y detrás de las cortinas salió Bergoglio consagrado como Francisco, el Papa argentino. LA GACETA
Según lo revelado por el matutino porteño, desde Buenos Aires diseñaron un texto para que fuera entregado a los cardenales que participaron del Cónclave, que en definitiva decidió consagrar a Bergoglio como Francisco.
La maniobra habría sido organizada por un legislador nacional relacionado a los organismos de Derechos Humanos y, siempre siguiendo lo publicado por "El Cronista", habría contado con la colaboración de Juan Pablo Cafiero, embajador argentino en El Vaticano.
Cafiero, con la colaboración del ex embajador durante el menemismo Esteban Caselli, habría logrado acceder a los altos mandos de la Curia, que ya tenía a Bergoglio como uno de los candidatos a conducir la nueva Iglesia que intentaría terminar con la corrupión del Banco Vaticano y con las denuncias de pedofilia que ensombrecen las iglesias de buena parte del mundo.
Con esta información, habría sido el hijo de Antonio Cafiero el que advirtió a Cancillería sobre las reales posibilidades del Arzobispo de Buenos Aires de convertirse en Sumo Pontífice.
Este hecho fue señalado como el principio de la maniobra que fue armada en base a los escritos del periodista Horacio Verbitsky, quien en su libro "El Silencio" cita entrevistas con familiares de desaparecidos y, especialmente con el sacerdote jesuita Orlando Yorio.
El 23 de mayo de 1976, en una villa del Bajo Flores, Yorio y Francisco Jalics fueron secuestrados por infantes de Marina y trasladados a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Ahí permanecieron cerca de cinco meses detenidos y sometidos a diferentes métodos de torturas por ser considerados curas guerrilleros.
En 1985, y posteriormente ante Verbitsky, Yorio señaló directamente a Bergoglio como el responsable de su detención. Estos argumentos fueron expuestos en el dossier que se mezcló entre los cardenales el día del Cónclave. Sin embargo, los cardenales tuvieron acceso al fallo de la Justicia Federal que niega la relación del hasta ese momento Arzobispo de Buenos Aires.
Ahí fue cuando se habría encendido la alarma dentro del gobierno argentino, que azorado vio abrirse el balcón de la Basílica de San Pedro y detrás de las cortinas salió Bergoglio consagrado como Francisco, el Papa argentino. LA GACETA
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