Héroe silencioso

Dante Bautista, utilero "santo", trabaja de sol a sombra para que al plantel no le falte nada

Héroe silencioso
24 Marzo 2013

Está siempre al pie del cañón. Nunca una mala cara, todo lo contrario. Dante Bautista es un emblema dentro del mundo San Martín.
Su jornada arranca temprano, mucho antes de lo que muchos piensan. Deja su casa antes que cante el gallo y regresa cuando el día está agonizando. Pero él no se queja, todo lo contrario. "Cuando el entrenamiento es a las nueve, yo a las seis ya estoy trabajando", dice Bautista  con una sonrisa de oreja a oreja, su marca registrada.
Pocos conocen su esfuerzo. Junto a su Daniel Lizárraga, su colaborador, ordena, limpia y deja todo listo para que los jugadores solo tengan que pensar en jugar al fútbol. "El trabajo arranca tres horas antes de la práctica y termina tres horas después", explica.
La charla con LG Deportiva ingresa en una etapa nostálgica. Bautista sabe que mucho de lo que tiene se lo debe a sus dos maestros. "Lucho (Schiavone) y 'Catala' (Oscar González) me enseñaron todos los secretos de esta profesión. Son dos personas a las que les guardo un gran cariño", dice con un dejo de melancolía, el hombre multifunción en Bolívar y Pellegrini. "Hace 25 años que estoy en el club e hice de todo. Rastrillé el pasto, limpié baños y barrí tribunas, entre otras cosas", confiesa el hombre que desde chico comenzó ese amor sagrado por los colores rojo y blanco. "Me hacía la yuta del cole para venir a alcanzar pelotas en los entrenamientos", ríe con ganas Bautista.
En 2009 sufrió un golpe duro. La CD de ese momento tomó una decisión no del todo clara: fue separado de su cargo y debió trabajar junto al plantel de la Liga. "Lo hice con gusto, a pesar que sabía que era una medida injusta. Pero yo siempre estuve convencido de lo que hice y el cariño y apoyo de mucha gente fue clave en su momento", revela el hombre que tuvo momentos dorados y otros no tanto en su larga estadía junto a San Martín.
Vivió épocas duras y soportó cosas con la que mayoría tiraría la toalla. Pero él no. "Uno es hincha y tiene la suerte de, además, ser empleado. A pesar que pasé cosas malas nunca pensé en hacer daño al club. Eso no me lo perdonaría", firma el gran Dante.
El trabajo de utilería cambió con el paso de los años. Hoy el futbolísta cuida más su imagen. Champú, acondicionador, gel, perfume y cremas varias copan su neceser. "Ahora el jugador está mucho más expuesto, está bien que se produzca más. Además, creo que lo hacen para tratar de ganar con las mujeres, jaja", dice a carcajadas limpias.
Como en todos lados, dentro del vestuario existen reglas que deben respetarse. Y como sanmartiniano de cepa, prefiere omitir los colores del primo. "Están prohibidos", dice poniéndose serio. "Saben que no deben traer nada con esos colores, porque si yo puedo se los quemo", advierte Bautista antes de contar una anécdota. "En un plantel que ascendió un jugador vino con unos botines celestes y blancos; y como no dejaba que lo tiña, se lo escondí. No los pudo usar".
Bautista piensa que este año puede ser el de la gloria. "Le tengo una fe enorme a este plantel", finaliza el hombre-leyenda. Habrá que confiar en él. Tiene conocimientos de sobra

Homenaje
Dante Bautista tiene 48 años y es el utilero del plantel profesional. "Yo propuse que al sector de utilería lo bauticen 'Luis Schiavone'. Sería un merecido homenaje para un hombre que dio todo por la institución", explicó.

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