28 Marzo 2013
El joven de 22 años no tuvo inconvenientes en confesar que un policía, le había entregado el arma con la que acababa de asaltar a Florencio, el propietario de un drugstore ubicado en avenida Coronel Suárez al 900. Así comenzaba a cerrarse el círculo contra el miembro de la fuerza, quien el lunes fue reconocido por un vecino del barrio Ampliación Obispo Piedrabuena.
El asalto ocurrió el 14 de marzo al mediodía. Florencio estaba atendiendo el negocio cuando un muchacho entró con un arma, le sacó dinero de la caja registradora, y huyó. La víctima salió tras de él, y en la esquina de avenida Coronel Suárez y Diego de Villarroel vio a un policía. Le pidió ayuda para atrapar al ladrón, pero una vecina le contó más tarde que el sospechoso dejó el arma en el cordón de la vereda, y que el uniformado la levantó.
La víctima, junto a un amigo, atrapó al asaltante y lo entregó a la Policía. Cuando declaró, el aprehendido contó que estaba fumando un porro en el parque 9 de Julio, cuando el agente se le acercó y amenazó con llevarlo preso por estar drogándose. El muchacho lo conocía, dijo, porque el uniformado también consume estupefacientes.
"Andá a robar"
Para no detener al joven, el policía sacó su arma reglamentaria y se la entregó. "Andá a robar que yo te espero en la esquina", le ordenó, de acuerdo a la declaración del joven aprehendido. Luego del asalto al drugstore, siguiendo las precisas instrucciones que recibió del agente, el ladrón tiró la pistola al piso. "Subió a un colectivo de la línea 17 y no lo vi más", agregó el aprehendido.
Con los datos aportados, el fiscal de Instrucción de la IV° Nominación, Diego López Ávila, solicitó a la Policía que le informaran si una persona con ese nombre figuraba entre los empleados de la fuerza. De acuerdo a los registros, se trataba de un agente que se desempeñaba en la Patrulla Urbana.
El jefe de esa dependencia, José Alderete, le informó al fiscal que el agente llevaba varios días sin presentarse a trabajar, y que le habían iniciado un sumario por abandono de servicios, según informó una fuente de la investigación.
El policía fue detenido el 15 de marzo por personal de la división Seguridad Personal, a cargo del comisario Víctor Barraza. Al declarar, negó la acusación en su contra. López Ávila le imputó que, bajo amenazas, el joven había asaltado en su nombre.
Florencio, cuando relató en la Justicia el asalto que sufrió, manifestó que no recordaba el rostro del policía. Sin embargo, un vecino dijo en tribunales que estaba en condiciones de identificar al uniformado que había levantado el arma ese día. El lunes se realizó la rueda de reconocimiento. Las fuentes consultadas contaron que, sin dudarlo, el testigo señaló al agente. "Es ese", dijo, y complicó más la situación del policía.
El asalto ocurrió el 14 de marzo al mediodía. Florencio estaba atendiendo el negocio cuando un muchacho entró con un arma, le sacó dinero de la caja registradora, y huyó. La víctima salió tras de él, y en la esquina de avenida Coronel Suárez y Diego de Villarroel vio a un policía. Le pidió ayuda para atrapar al ladrón, pero una vecina le contó más tarde que el sospechoso dejó el arma en el cordón de la vereda, y que el uniformado la levantó.
La víctima, junto a un amigo, atrapó al asaltante y lo entregó a la Policía. Cuando declaró, el aprehendido contó que estaba fumando un porro en el parque 9 de Julio, cuando el agente se le acercó y amenazó con llevarlo preso por estar drogándose. El muchacho lo conocía, dijo, porque el uniformado también consume estupefacientes.
"Andá a robar"
Para no detener al joven, el policía sacó su arma reglamentaria y se la entregó. "Andá a robar que yo te espero en la esquina", le ordenó, de acuerdo a la declaración del joven aprehendido. Luego del asalto al drugstore, siguiendo las precisas instrucciones que recibió del agente, el ladrón tiró la pistola al piso. "Subió a un colectivo de la línea 17 y no lo vi más", agregó el aprehendido.
Con los datos aportados, el fiscal de Instrucción de la IV° Nominación, Diego López Ávila, solicitó a la Policía que le informaran si una persona con ese nombre figuraba entre los empleados de la fuerza. De acuerdo a los registros, se trataba de un agente que se desempeñaba en la Patrulla Urbana.
El jefe de esa dependencia, José Alderete, le informó al fiscal que el agente llevaba varios días sin presentarse a trabajar, y que le habían iniciado un sumario por abandono de servicios, según informó una fuente de la investigación.
El policía fue detenido el 15 de marzo por personal de la división Seguridad Personal, a cargo del comisario Víctor Barraza. Al declarar, negó la acusación en su contra. López Ávila le imputó que, bajo amenazas, el joven había asaltado en su nombre.
Florencio, cuando relató en la Justicia el asalto que sufrió, manifestó que no recordaba el rostro del policía. Sin embargo, un vecino dijo en tribunales que estaba en condiciones de identificar al uniformado que había levantado el arma ese día. El lunes se realizó la rueda de reconocimiento. Las fuentes consultadas contaron que, sin dudarlo, el testigo señaló al agente. "Es ese", dijo, y complicó más la situación del policía.